El fervor por Sorolla, la colección Lladró y el antiguo palacio de Correos de Valencia en una muestra
Ximo Puig abre la exposición ‘De la foscor a la llum. Cinc segles d’art’ con visos de lograr una afluencia multitudinaria en Valencia
El imponente Palau de les Comunicacions de València, más conocido popularmente como el antiguo edificio de Correos, se abrió al público en 1923. Ese mismo año murió el popular pintor valenciano Joaquín Sorolla. Ahora, el espacio y el artista están unidos a través de la exposición De la foscor a la llum. Cinc segles d’art, que reúne las siete obras del creador pertenecientes a la colección de la familia Lladró, adquirida por la Generalitat y formada por un conjunto de 71 pinturas y dos esculturas de Ignacio Pinazo y Mariano Benlliure.
El vestíbulo donde antes se esperaba el turno para enviar o recoger cartas, certificados o paquetes, alberga arte hasta el 11 de junio en una muestra que se abre al público este sábado con el enorme lienzo de casi 25 metros cuadrados del llamado maestro de la luz, Yo soy el pan de la vida. Fue la única pintura de temática religiosa que pintó el artista, que murió con 60 años, una obra narrativa espectacular pero menos icónica que La agricultora valenciana que la escolta a su derecha, de menores dimensiones.
Sorolla es el principio y el final del recorrido de una exposición que pretende, por una parte, mostrar la colección comprada por 3,7 millones de euros (y tasada por un valor superior a los cinco millones, en función de variables como que algunas obras pudieran ser declaradas inexportables por la Junta de Valoración del Gobierno, según fuentes de la operación), y por otra, dar inicio al Año Sorolla, declarado por el Gobierno valenciano. Además, se pretende ofrecer al público de manera gratuita la posibilidad de conocer en condiciones óptimas el ecléctico y espectacular edificio de influencia modernista que simboliza la ambición de la ciudad por subirse al tren del signo de los tiempos y que la Generalitat también adquirió el pasado año por unos 24 millones de euros.
La exposición será multitudinaria, un augurio basado en varias razones. Sorolla siempre “lo peta”, como se dice coloquialmente. El público es muy fiel y acude masivamente a sus exposiciones. Y no solo el valenciano. La exposición Visiones de España de 2009 con los paneles que pintó para la Hispanic Society fue una de las más visitadas en el Museo del Prado, tras arrasar en la Fundación Bancaixa.
La colección de la familia Lladró, que ha pasado a engrosar los fondos del Museo de Bellas Artes de Valencia, también supone un reclamo y contiene valiosas obras de José de Ribera (Lo Spagnoletto, le llamaban en Italia), Joan de Joanes, Zurbarán o un retablo de 1.390. El museo de la familia cerró hace cinco años cuando la empresa pasó a manos de un fondo de inversión y la mayoría de las piezas se almacenaban en Alcalá de Henares. Y por último, el Palau de les Comunicacions está situado en la céntrica plaza del Ayuntamiento, epicentro de las próximas fiestas falleras.
El director del Museo de Bellas Artes de Valencia y comisionado del Año Sorolla, Pablo González Tornel, subrayó que se trata de la compra de la colección Lladró es la más importante de arte que ha realizado la Generalitat, abundó en el interés de exhibir y analizar los gustos de la burguesía y destacó el valor de las piezas, así como la complementariedad con los fondos de la pinacoteca que ahora sumará medio centenar de sorollas. También incidió en el trabajo de adecuación del edificio para hospedar la muestra, como el oscurecimiento de la cúpula acristalada con el fin de evitar que la luz solar dañe los lienzos.
El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, señaló que la exposición permitirá “prestigiar” la segunda pinacoteca de España, un gran museo que los valencianos a veces tienen “demasiado olvidado” e incidió en que la cultura es “un pilar del Estado del bienestar”.
La apuesta segura por el popular maestro de la luz
Joaquín Sorolla murió en 1923 en la madrileña población de Cercedilla y dejó la mayor parte de su legado en la capital de España, donde se ubica su muy visitada casa-museo, donde se estableció. Sin embargo, buena parte de la temática de sus cuadros es valenciana, hasta el punto de formar parte de la memoria colectiva, muy del gusto conservador. Fue un pintor virtuoso, con unas facultades extraordinarias y muy prolífico, con más de dos millares de obras catalogadas. Su Por ello, las iniciativas políticas sobre Sorolla están encaminadas al éxito. La anterior Admnistración autonómica, gobernada por el PP, también apostó por Sorolla y sondeó la posibilidad de abrir un museo dedicado a su obra, un deseo que se ha mantenido a través del tiempo pero que choca con la realidad de que Madrid concentra la mayor parte de su obras. De hecho, el ministerio de Cultura también está celebrando el centenario con un porgrama de exposiciones y actividades.
Ahora, la Generalitat, gobernada por el PSPV-PSOE, Compromís y Unides Podem, ha aprovechado el centenario de su muerte para organizar un programa de exposiciones y actividades que se podrán ver en Valencia, Castellón, Alicante o Xàbia, que también pintó Sorolla. Ayer se constituyó formalmente la comisión, presidida por Ximo Puig y cuyo secretario es Jorge Alarte, director general de Relaciones con las Comunidades Autónomas. La Generalitat también ha declarado que 2023 será el año del pintor alicantino Eusebio Sempere y del cantante Nino Bravo. 2022 fue el Año Joan Fuster.
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