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Ford y Volkswagen, los dos grandes triunfos por atraer inversión extranjera

Los expertos consideran que el talento generado por las universidades y un ambiente institucional y social propicio son esenciales

C. Vázquez
Interior de la fábrica que Ford tiene en Almussafes, Valencia.
Interior de la fábrica que Ford tiene en Almussafes, Valencia.David Ramos

”Somos un espacio seguro para invertir”, aseguró el presidente valenciano Ximo Puig el pasado miércoles después de conocerse la decisión de Ford de enchufar su factoría de Almussafes al coche eléctrico a partir de 2025. Lo afirmó después de que, con un intervalo de semanas, la Comunidad Valenciana se adjudicase la gigafactoria de baterías eléctricas de Volkswagen, y los futuros modelos eléctricos que la multinacional estadounidense planea producir en Europa. “Han sido meses de intenso trabajo. Es un día para sentirnos orgullosos”, apostilló después de solidarizarse con la factoría alemana de Saarlouis, también de Ford, que pujaba por el mismo proyecto que Almussafes. La confianza, la credibilidad y un trabajo intenso, ya fuera fin de semana, festivo o pleno agosto, ayudaron a que negociaciones de este tipo se cerraran con éxito, apuntan fuentes oficiales.

La comunidad autónoma lleva años mejorando su imagen en el exterior, según los expertos. “El actual Gobierno valenciano ha dado un cierto sosiego y los gobiernos anteriores también contribuyeron a poner la autonomía en el mapa. Mi impresión es que llevamos bastantes años creándonos una cierta imagen de cara al exterior, no somos un desierto”, apunta Manuel Sanchis, profesor titular de Economía Aplicada de la Universitat de València.

De hecho, el Ejecutivo del Botànic se ha esforzado, con la recesión provocada por la crisis financiera de 2008 dando algún que otro coletazo, por reactivar áreas con tradición industrial como Sagunt. En 2016 se consiguió la implantación de Galmed en Parc Sagunt I, un proyecto que moría de inanición. Luego llegaron Mercadona, Importaco, Crown Holdings, líder mundial en la fabricación de latas de aluminio; o Tempe, la compañía con sede en Elche que fabrica calzado para Inditex y que adquirió para expandirse una parcela en el parque saguntino. A la segunda fase del parque industrial llegó Volkswagen, que añadirá presumiblemente proveedores al área, y ya está en marcha el proyecto de Parc Sagunt III.

En Alicante crece el distrito digital y, después de que la Comisión Europea levantara el veto sobre la Ciudad de la Luz, la Generalitat confía en que sea un polo de atracción para la industria audiovisual. En Castellón, junto al aeropuerto, también se han instalado tres escuelas de pilotos y una empresa especializada en el desmontaje de aviones retirados.

Inversiones como la de Volkswagen o Ford no caen del cielo, vienen porque hay una tradición industrial en el sector del automóvil. La instalación de la multinacional estadounidense en los años 70 en Almussafes fue un punto de inflexión. Pasamos de exportar sobre todo naranjas, a automóviles. Y el resultado es que el tejido industrial autóctono se ha robustecido”, diagnostica Sanchis.

Los nuevos proyectos han llegado por la confianza que suscita la autonomía, la tradición industrial y un ambiente institucional y social propicio para que este tipo de inversiones se produzcan, opina Sanchis: “Hay el caldo de cultivo necesario para que el invasor decida arriesgar su capital porque saben que no le van a traicionar por el camino”. La disposición de los trabajadores, la eficiencia y la flexibilidad, son también decisivos, al igual que la colaboración público-privada.

Los datos de la Secretaría de Estado de Comercio colocan a la Comunidad Valenciana en quinta posición en volumen de inversión productiva extranjera en 2021. La valenciana, por detrás de Madrid, Cataluña, País Vasco y Andalucía, absorbió el año pasado cerca de 856 millones de euros, un 4% del total español, pero con un crecimiento respecto al parón pandémico de 2020 del 142%. La subida con respecto a 2019 es del 11%.

”Algunos de los puntos fuertes que tenemos son las dos grandes universidades, el puerto de Valencia, la conexión por AVE y cuando esté acabado, el Corredor Mediterráneo”, añade José Manuel Pastor, catedrático de Economía e investigador del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas. Ante el anuncio de Ford de reducir los empleos en Almussafes pese a la adjudicación de los vehículos eléctricos, Pastor recuerda que en 2035 se dejarán de producir coches de combustión, “así que negar la evidencia no sirve de nada. El coche eléctrico es una revolución y hará que aparezcan nuevos trabajos. Se cierra una puerta pero se abre otra”, concluye el economista.

Enclave tecnológico urbano

Los Gobiernos autonómico y local de Valencia están haciendo grandes esfuerzos para atraer empresas de alto contenido tecnológico, reconoce Pastor, también director de la Cátedra de Modelo Económico Sostenible del Ayuntamiento de Valencia. Y el primer paso en la consideración de enclave tecnológico urbano, con ventajas fiscales para atraer y retener un talento que, paradógicamente, gracias a esa conectividad que supone el AVE acaban con trabajos en Madrid o Barcelona. Y para retener el talento, con empleo de calidad, sin sobrecualificación y con salarios altos, hay que captar empresas de alto contenido tecnológico. Es fundamental. Con el turismo no conseguimos retener todo el talento universitario.

“Tenemos mucho talento, el suelo era netamente más barato en Valencia que en otras ciudades y los salarios de los graduados son competitivos. Todos ellos son factores determinantes para la localización de nuevas empresas. “Tenemos mano de obra cualificada, buena conectividad y si tuviéremos el corredor sería mejor todavía”, concluye Pastor.


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Sobre la firma

C. Vázquez
Periodista del diario EL PAÍS en la Comunitat Valenciana. Se ha ocupado a lo largo de su carrera profesional de la cobertura de información económica, política y local y el grueso de su trayectoria está ligada a EL PAÍS. Antes trabajó en la Agencia Efe y ha colaborado con otros medios de comunicación como RNE o la televisión valenciana À Punt.

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