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ARTE

La desobediencia del arte de Natuka Honrubia conduce a mundos lúdicos e inquietantes

La creadora valenciana presenta sus singulares dibujos y esculturas en la galería The Liminal

F. B.
Obras de la exposición de Natuka Honrubia en The Liminal en una imagen cedida por la galería.
Obras de la exposición de Natuka Honrubia en The Liminal en una imagen cedida por la galería.

Natuka Honrubia dibuja y trabaja la escultura, como muchas otras artistas. Pero no tantas tienen un mundo propio tan definido, tan singular, donde el gozo y el dolor surgen de las entrañas de la creadora de manera casi indisociable, donde priman mucho más los sentimientos propios y la observación de la realidad que la historia del arte y los referentes artísticos más o menos de moda, más o menos de prestigio, que funcionan como cheques al portador para el mercado o para la crítica establecida.

Su mundo es lúdico, placentero, inquietante y a veces, doloroso. Se puede explorar a través de los 13 dibujos y esculturas, de pequeño y gran formato, además de un libro de artista, que se exhiben en la exposición Desobediencia de la Galería The Liminal de Valencia (Plaza de Vannes, 3) hasta el 1 de julio. Son figuras descoyuntadas, descontextualizadas que fusionan mundos que parecen antagónicos y cobran su sentido polisémico con esas asociaciones insospechadas.

En este sentido, el galerista y creador Pablo Vindel apunta en la nota de la exposición: “En Desobediencia, la voz interior de la artista impregna el espacio, haciéndolo suyo y devolviéndonos una invitación a entrar, con los ojos bien abiertos, en paradero desconocido; poblado este de seres y objetos tan aparentemente dispares (y esencialmente diversos) como muñecos de juguete, fragmentos del cuerpo sin cuerpo al que pertenecer, quimeras entre animales y humanos, mensajes ocultos en fieles representaciones de etiquetas y carteles y agujas de tejer, todos ellos característicos de su lenguaje artístico”.

Obras de la exposición de Natuka Honrubia en The Liminal en una imagen cedida por la galería.
Obras de la exposición de Natuka Honrubia en The Liminal en una imagen cedida por la galería.

La exposición se llama Desobediencia porque la artista ha hecho lo que ha querido, como ha querido. “Trabajo siempre a partir de mis sentimientos. Y aún más con el paso del tiempo. Hago las cosas porque las siento, porque me da la gana, por eso se titula así. Soy un privilegiada por ello. Además, siempre me he mantenido fuera de grupos, aislada del mundo, incluso cuando vivía en Londres, con casi 10 millones de habitantes”, explica la creadora valenciana.

En Londres ha transcurrido la mayor parte de su trayectoria artística, desde que acabó la carrera en la facultad de Bellas Artes de Valencia y obtuvo una beca en 1996 de la Fundación Cañada Blanch para estudiar en Reino Unido, en la Winchester School of Art , de la Universidad de Southampton. Luego cursó un master en fundición en la Royal College of Art, germen de los llamados Young British Artists. En 1997, la exposición Sensation, con obras de Damien Hirst o Tracey Emin, la marcó. “Vi esas obras, cómo se atrevían, cómo no tenían miedo a contar lo que querían y decidí también contar lo que yo quiero, lo que salga de mis entrañas”, comenta la artista, que regresó a Valencia hace unos años.

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Ahora, su obra se muestra más luminosa, pero con el mismo afán perfeccionista en los detalles y en la buena ejecución. Le gusta Louise Bourgeois, pero su pieza de tela de la muestra no es un homenaje a la artista francesa nacionalizada estadounidense, sino simplemente una expresión de sus sentidos. No soy una artista de artistas. Mi mundo es pequeño. Soy yo misma trabajando muchas horas, creo que me miro más a misma y miro al mundo que a otras artistas. Me gusta imaginar historias que no tienen nada que ver”, reconoce Natuka Honrubia, una artista de trayectoria y mundo singulares.

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Sobre la firma

F. B.
Redactor de EL PAÍS en la Comunidad Valenciana. Con anterioridad, ha ejercido como jefe de sección de Cultura. Licenciado en Lengua Española y Filología Catalana por la Universitat de València y máster UAM-EL PAÍS, ha desarrollado la mayor parte de su trayectoria periodística en el campo de la cultura.

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