Una pyme que vuela con la batería de litio
La valenciana Endurance Motive, dedicada al ensamblaje de baterías, es una de las compañías que más se han revalorizado en la bolsa de pequeñas empresas en expansión
En 2018, un año antes de que la Real Academia de las Ciencias de Suecia reconociera con el Nobel de Química a los padres de la batería de iones de litio, los ingenieros Ander Muelas y Carlos Navarro fundaron Endurance Motive, una compañía con sede en Canet de Berenguer (Valencia) dedicada a ensamblar y convertir estos dispositivos en el nuevo combustible de vehículos industriales, barcos, autobuses o motos. Es una batería ligera, recargable y potente y la sucesora natural de las desfasadas pilas de plomo.
En poco tiempo la empresa ha conseguido duplicar sus ventas cada año, y desde que cotiza en el BME Growth, el mercado español para pequeñas empresas en expansión, sus acciones se han revalorizado el 100%. La pila o celda de litio la importan de China y en su fábrica las ensamblan y dotan de un software que les da seguridad y seguimiento de la batería. “Hay un montón de máquinas en Europa que funcionan con baterías de plomo y que aceptarían el cambio por las de litio. Por ahí hemos empezado”, explica Navarro. Es un cambio tecnológico equiparable al de la sustitución de la bombilla incandescente por la de led, explica.
El cambio en los vehículos industriales de plomo a litio le ha permitido a la empresa ganar tamaño, montar una organización, tener experiencias y salir a Bolsa. Con el bagaje adquirido sus responsables se sienten preparados para producir baterías para motos, barcos o autobuses. “Lo complicado con las nuevas tecnologías es llegar ni muy tarde ni muy pronto. Si llegas pronto lo pasas mal hasta que se desarrolla el mercado. Y si llegas tarde ya no puedes entrar o pierdes capacidad de crecer”, resume Navarro.
La fábrica de Canet, que emplea a unos 65 empleados, monta desde baterías de ocho pilas hasta de 300, capaces de alimentar una carretilla elevadora o un autobús. Endurance ha despachado además dos gigantescas baterías para barcos y espera este año más alegrías del sector marino. En Suecia, por ejemplo, hay barcos de pasajeros que se mueven con baterías, también existe un petrolero japonés de cabotaje eléctrico. Y las embarcaciones que navegan por los fiordos noruegos tienen prohibido propulsarse a gasóleo porque perjudican el entorno natural y las últimas millas se hacen en modo eléctrico.
Los pedidos para carretillas industriales van viento en popa pues trabajan con concesionarios de los fabricantes más conocidos, y en Francia son suministradores de la empresa encargada de remolcar los aviones del principal operador aéreo.
En el sector marino la compañía está preparando todas las certificaciones necesarias para acudir en 2023 a un mercado mayor. Y luego está el ámbito urbano, con la nueva generación de motos, buses, camiones de basura o máquinas de limpieza. “La ciudad se tiene que electrificar”, apostilla Muelas.
La compañía no tiene tamaño suficiente para adentrarse en el mercado de los coches eléctricos pero su crecimiento desde que abrieron la fábrica ha sido exponencial. El año pasado ensamblaron 550 unidades y este esperan alcanzar las 1.100. La cifra de negocio en 2020 fue de 2,3 millones de euros y el año pasado la duplicaron. Para que la empresa pudiera doblar sus resultados han recurrido a fórmulas de financiación que le permitieran un crecimiento rápido. En julio de 2021 comenzaron a cotizar en el BME Growth y cuatro meses después Endurance se convirtió en una de las cinco compañías que se revalorizaron por encima del 100%.
“Hemos vivido procesos de crecimiento agresivos y las necesidades de financiación son continuas para una empresa que crece a este ritmo. Son buenas la transparencia y la notoriedad que te da cotizar en Bolsa”, añade Mueñas, así que debutaron en el mercado financiero para pymes en expansión el año pasado. “Tenemos todos los cimientos para que cada vez que haya una necesidad de financiación, los inversores lo entiendan y acudan”, expone.
En la empresa saben que en cinco años el sector de la electromovilidad será inmenso. Lo que hoy son 10 barcos en cinco años serán 2.000. No habrá motos ni autobuses urbanos a gasóleo y se podrá electrificar toda la movilidad: coches, bicicletas, autobuses, camiones de recogida de la basura o ambulancias. “Y todo está por hacer, así que los que tengamos la experiencia estaremos en inmejorable posición”, vaticinan. Hay muchos proyectos en Europa para fabricar las baterías de litio, pero de momento ninguna planta ha entrado en funcionamiento. “Dentro de unos años habrá celdas de litio fabricadas en Europa, pero ahora tenemos que traerlas de China”, apuntan. Y si se añade el hidrógeno, lo integrarán.
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