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Aliadas contra el despoblamiento rural

El proyecto social y educativo PenyLab reduce la brecha digital en los chavales de la localidad de Vistabella del Maestrat

Alumnos de Vistabella en una imagen cedida por Penylab.
Alumnos de Vistabella en una imagen cedida por Penylab.EL PAÍS

La tecnología en el mundo rural abre una puerta a la oportunidad. En un entorno donde las opciones son escasas, cualquier iniciativa es bienvenida. Pero con la tecnología las posibilidades se multiplican. Aunque la pandemia ha representado un dolor de cabeza en las escuelas rurales, los chavales de Vistabella del Maestrat (L’Alcalaten, 342 habitantes), han corrido otra suerte gracias a PenyaLab, un proyecto social sin ánimo de lucro de dos expertas en tecnología educativa llamado a reducir la brecha digital en el mundo rural, haciendo de las personas usuarias y creadoras de tecnología. “Para los niños de Vistabella, el uso del correo electrónico, webquests y herramientas TIC tipo Canva o Padlets, es algo habitual. El trabajo ha dado sus frutos este año”, celebra Anna Agustí, educadora social y diseñadora tecnopedagógica, impulsora de este laboratorio rural.

Detectar necesidades y buscar soluciones con las herramientas tecnológicas es la esencia de PenyaLab. Con la colaboración del investigador de la UJI Germán Fabregat y vecinos del pueblo, han diseñado un prototipo para asustar jabalíes y paliar su efecto en el campo, por ejemplo. “Personas que nunca se hubieran acercado a la tecnología han participado en su diseño, construcción y evaluación con todo el aprendizaje que comporta”, explica Helena Brau, docente, directora de proyectos y cofundadora de PenyaLab.

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El Espacio Joven de este laboratorio social potencia la participación. “Queremos combatir el grave problema de la despoblación y ofrecer espacios de encuentro y de creación específicos para jóvenes, que son los que acaban marchándose en busca de oportunidades académicas y laborales. Las actividades tecnológicas tienen una metodología activa basada en el trabajo por proyectos, el aprendizaje-servicio, el trabajo cooperativo y comunitario, el Learning by doing y el Do it yourself”, relatan las promotoras.

Colaboradoras del CRA de Penyagolosa, el primer instituto-escuela del sistema educativo valenciano que da servicio a cinco poblaciones e integra alumnado de infantil, primaria y ESO, en el aulario de Vistabella, PenyaLab ofrece el programa “STEAM a l’aula” para motivar la participación de alumnos y docentes.

En el interior montañoso de Els Ports, donde hace una década apenas llegaba el 2.0., el despoblamiento también condiciona el presente de Vilafranca, municipio que acoge el CEIP Don Blasco de Alagón, uno de los siete centros de Castellón participantes en el proyecto piloto de herramientas digitales educativas, Centro Digital Colaborativo (CDC), basado en el sistema operativo Lliurex; la plataforma Aules para aprendizaje, desarrollado sobre Moodle; la plataforma Web familia, herramienta de comunicación de los centros con las familias y el alumnado; las páginas web de los colegios alojadas en el PortalEdu con WordPress, y la plataforma Office 365 de Microsoft controlada por la Generalitat, que proporciona cuentas de correo electrónico y fomenta el trabajo colaborativo. “Una administración implicada en colaboración con la comunidad educativa posibilita la transformación digital. La buena conectividad a internet ha permitido realizar una importante adecuación de calidad de espacios y metodologías digitales”, explica Colom Miralles, director del colegio.

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