La población catalana dedica “casi el doble” del tiempo a redes sociales que a hacer vida en familia

Las redes sociales han revertido las dinámicas en la vida social de la población catalana. El tiempo que los catalanes dedican a las redes es de más de dos horas diarias, casi el doble del que invierten en pasar tiempo en familia, una actividad a la cual un 13,6% de la población destina unos 43 minutos al día. Así lo constata la Encuesta sobre el Uso del Tiempo de Cataluña 2024 elaborada por el Institut d’Estadística de Catalunya (Idescat). Enviar WhatsApp’s es, según el estudio, una de las actividades que ocupa más tiempo a los jóvenes de entre 10 y 24 años, con una media diaria de dos horas.

A rasgos generales, la encuesta muestra que el 17,4% de la población catalana de 10 años o más usa las redes sociales y le dedica 71 minutos al día de media; y el 14,6% de la población destina unos 36 minutos al día de media a comunicarse por mensajería instantánea.

Existe un abismo entre sexos en el tiempo que dedican a los cuidados. Las mujeres triplican a los hombres en la planificación de tareas domésticas. El 60% de las mujeres asegura que planifica las comidas familiares en los días laborables, frente al 23,7% de los hombres. El 54% organiza la cesta de la compra, frente al 26% de los hombres; y la limpieza ocupa al 61,6% de las mujeres frente al 20,9%.

En el seguimiento escolar de los hijos, como asistir a las reuniones con el profesorado, su recogida en los centros o la monitorización del rendimiento académico, la diferencia es todavía más acuciante: el 48,8% de las mujeres declara que sigue las comunicaciones con la escuela, en contraste con el 11% de los hombres. La diferencia se ensancha en la franja de entre 25 y 44 años, entre los que la cifra de mujeres asciende al 55,9% y en hombres cae hasta el un 9,8%.

Marta Junqué, directora de Time Use Iniatiative, advierte de que el 80% de la población activa en Cataluña tiene problemas con la gestión del tiempo, en especial las mujeres. “La jornada laboral de ellas es más larga. El hecho de que los hombres empiecen a introducirse en el mundo de los cuidados no soluciona el problema. Si no tienes más de dos horas libres al día, tienes pobreza del tiempo”, alerta.

Los datos muestran que la diferencia de tiempo dedicado a las tareas del hogar y de cuidados se ha reducido respecto a la edición anterior (2010-2011), pero esta reducción no responde a un incremento del tiempo que dedican los hombres, sino a una disminución del tiempo que dedican las mujeres.

En la última encuesta, las mujeres dedicaban casi el doble de tiempo que los hombres: dos horas y 54 minutos diarios, ante las dos horas en el caso de los hombres. Actualmente, las mujeres dedican tres horas y 17 minutos al día, mientras que los hombres destinan dos horas, lo que reduce la diferencia, pero mantiene una brecha de más del 64%. En términos prácticos, las mujeres continúan asumiendo más de una hora diaria adicional de trabajo no remunerado.

Lejos queda el modelo que propuso el filántropo y socialista utópico galés Robert Owen en el siglo XIX. En aquella sociedad basada las colonias industriales y en la que el peso de la mujer en el mercado laboral era ínfimo, el modelo de las ocho horas de Owen -ocho de trabajo, ocho de descanso y ocho de recreo-, ya no es válido. Sin embargo, Junqué advierte de que la sociedad todavía se rige por ese principio, pero que la incorporación de la mujer al mundo laboral rompió aquel triángulo.

“En aquel esquema no se contemplaban los cuidados, porque se daba por hecho que eran las mujeres quienes se encargaban. Por eso, desde la entidad, sugerimos un nuevo pacto social y proponemos una ley de usos del tiempo que tanto PSOE como Sumar se comprometieron a aprobar”, explica la experta. A pesar de que Cataluña ha reducido un 46% la brecha de género en tareas domésticas y familiares, todavía queda camino por recorrer.

La clase social y el nivel de formación son otros factores que inciden directamente en el uso del tiempo. En concreto, el 72% de las mujeres con estudios de educación primaria o inferior declaran que se encargan de dichas tareas, mientras solo un 22% de los hombres con el mismo nivel asegura hacerlas. En el caso de las personas con educación superior, el porcentaje de mujeres que afirman ser quienes planifican se reduce al 53,4%, y el de los hombres aumenta hasta el 25,4%.

Junqué atribuye este fenómeno a la estrecha relación entre tiempo y poder. “Cuanto más poder tiene uno para la organización, más poder tiene para lograr esa autonomía. Las clases con menos recursos no la logran, pero tampoco pueden comprar tiempo”, matiza. “Si una familia no llega a llevar a los hijos al colegio, paga a alguien para que lo haga”, ejemplifica.

Parte de la solución pasa, según Junqué, por la reducción de la jornada laboral a las 37 horas y media. Pero más, que una simple reducción, Junqué considera que la jornada debe compactarse. “A las siete de la tarde el 30% de los españoles está trabajando. Eso no se da en el resto de Europa. No es eficiente ni productivo. Hay que eliminar las jornadas partidas y compactarlas. Es decir, que sean menos horas, pero más intensivas”, concluye.