Walkie talkies, teléfonos fijos o chats por Teams, el apagón en el Ayuntamiento de Barcelona

Distritos municipales incomunicados que utilizaron momentáneamente los walkie talkies de la Guardia Urbana para dar avisos. Teléfonos fijos que pasaron de no sonar en años a salvar la papeleta. Un chat de gerentes por la aplicación Teams. Enchufes que funcionaron milagrosamente en medio de la oscuridad. Y bendiciones a Vodafone, que cuentan que fue la red de telefonía que mejor funcionó. Barcelona es un referente mundial en resiliencia urbana, por el trabajo de su Ayuntamiento en abordar riesgos y prevenirlos. Entre 2021 y 2023 fue seleccionada por Naciones Unidas como uno de los centros europeos en la cuestión. Todo comenzó con el hundimiento en el barrio del Carmel, que obligó a realojar de la noche a la mañana a más de mil vecinos. Luego vinieron la sequía de 2006-2008, el apagón de 2007... y más recientemente el atentado yihadista de 2017 y la pandemia. El lunes del apagón masivo, el reto fueron las comunicaciones.

Con una administración bregada en emergencias, muchos protocolos estaban engrasados y para comunicarse, los esfuerzos se centraron en las esenciales y en algunos momentos tiraron de inventiva. Por ejemplo: el chat de gerentes. Resultó que la aplicación Teams “aguantó relativamente” bien y allí se mudaron desde Whatsapp, explica una gerente. Otra responsable apunta que el apagón “puso sobre la mesa que la conectividad 4G y 5G también está conectada a la red eléctrica", por lo que es vulnerable.

Una de las cuestiones básicas de la jornada fue que la red Rescat de los cuerpos y fuerzas de seguridad, protección civil y emergencias se mantuvo en servicio durante todo el día, celebran fuentes municipales. De ahí que se concentrara toda la actividad en el Centro de Coordinación de emergencias de la calle de Lleida, el conocido como CECOR: blindado entre comunicaciones, permite la comunicación entre equipos. Si algún punto no estaba conectado a esta red, lo hizo por radio, mientras no llegaron los generadores.

Al quedarse algunas sedes de distrito sin luz, los centros de mando territoriales, con los gerentes, se trasladaron a las Unidades Territoriales (UTE) de la Guardia Urbana, las comisarías. “Nuestros walkies son digitales y funcionaron a la perfección. Y nuestros protocolos también obligan a tener baterías de reserva”, señala un agente de la Guardia Urbana sobre las primeras horas de desconcierto. Otra cuestión fueron los servicios centrales, en los edificios que hay pegados a la sede histórica de la plaza de Sant Jaume. El Instituto Municipal de Informática centró sus esfuerzos en garantizar las comunicaciones y datos de estos edificios. En gran otro polo de dependencias municipales, como las de Glòries, la luz aguantó unas horas, durante las que además se trabajó con las baterías de los portátiles. “Aunque acabamos bajando las escaleras a oscuras y con la linterna del móvil”, relata una empleada.

En una jornada histórica en la que la red de metro paró por completo, los responsables de la empresa pública Transportes Metropolitanos de Barcelona (TMB), utilizaron llamadas de whatsapp. Y corporativamente también se comunicaron por Teams, cuando falló la telefonía móvil. En los centros de trabajo (estaciones, cocheras y centros de control y seguridad) hubo red wifi. “Los momentos de incomunicación se produjeron en los traslados de un centro a otro, cuando podías estar 18 o 20 minutos incomunicado”, apuntan fuentes de TMB. También se rescataron teléfonos fijos que están conectados a la red pero funcionaban porque temporalmente se garantizaba el suministro. “Tuvieron un papel importante”, explican las mismas fuentes.

En el caso de los 900 buses que circularon durante la jornada, la empresa tiene un sistema de comunicación que se llama TETRA, similar al de los cuerpos de seguridad, que funciona por radio, pero es digital: permite comunicar voz y datos, con antenas y repetidores propios y un sistema de alimentación eléctrica propio. “El sistema nos permitió conocer en qué punto exacto teníamos cada bus, y mantener comunicación por voz con los conductores que informaban, reportaban o avisaban de paradas con gran afluencia de viajeros esperando”. En el centro de control de metro, el sistema de alimentación permitió mantener levantado el sistema informático en el que se puede ver dónde están los trenes, lo que permitió localizar a los que estaban en estaciones o en los túneles. Para hablar con los conductores, se hizo con un sistema de radio parecido al de los autobuses.

En el Ayuntamiento, el primer comité de crisis se activó a las 13 horas y se reunió a las 13.15 en el Centro de Coordinación (CECOR), explicó este martes el alcalde Jaume Collboni durante una comparecencia en la que hizo un exhaustivo balance de la jornada del apagón. Una conferencia de prensa plagada de datos y horas sobre cuándo y dónde hubo incidencias, un detalle en la información quizás fruto de episodios recientes de emergencias donde faltó información. Durante la tarde del lunes el propio alcalde y el Ayuntamiento lanzaron comunicados y alertas por las redes sociales. El principal grupo de la oposición, Junts, reprochó este martes que “saliera tarde a informar a la ciudadanía, casi seis horas después del apagón”. El partido pidió mejorar cuestiones como la información ciudadana: “Toda la comunicación y relaciones con la ciudadanía es digital y sin luz, todo cae. El lunes se vio que es necesario recuperar servicios analógicos”.

En el chat que se creó de emergencias, añaden las fuentes municipales, todos los servicios presentes volcaron información: desde los responsables de servicios urbanos como semáforos, hasta el agua o el nivel de autonomía de los generadores que tienen todos los equipamientos sensibles. “En algún caso los bomberos, hicieron repostajes preventivos de gasóleo”, relata otra gerente. También velaron por las personas que tienen bombonas de oxígeno en casa y tenían que renovarlas o acudir a hospitales.

Ya entrada la noche del lunes, cargar móviles y comuncarse con las familias fue lo primero que pedían las personas que estaban de paso por Barcelona y se alojaron en los cuatro polideportivos que habilitó el Ayuntamiento al lado de estaciones, donde han dormido unas 250 personas. Con los equipamientos cerrados, daría para otro artículos las dificultades para localizar a los responsables de los centros deportivos. Sin cobertura o batería, las personas durmieron en espacios como el centro deportivo contiguo a la estación de autobuses del Nord, no conocieron la existencia del servicio hasta que empleados municipales se les acercaron cuando se disponían a pasar la noche en parques o en la calle.