Inaugurado el tranvía hasta Verdaguer: “Me encanta. Cuando llegue a Francesc Macià será perfecto”

A Antonia y Pedro les encanta andar. Jubilados de más de 70 años, vecinos de Glòries, invierten el tiempo en cuidarse y pocas cosas más saludables hay que un paseo para mantener el cuerpo activo. “Depende del día caminamos hasta Palau Reial o hacia el Fòrum”, comparte el hombre mientras señala ambas direcciones con las manos. La pareja acaba de bajar en la estación Glòries tras completar el nuevo tramo de tranvía inaugurado este domingo hasta Verdaguer. “Venimos para ver si nos va bien para volver a casa tras pasear”, dice ella, operada de las dos rodillas. “A veces cuando camino me duelen las piernas y necesito regresar en transporte público”. Y la extensión de la línea T4 le va de maravilla.

Pasan pocos minutos de las 11 de la mañana y el convoy del nuevo Tram va llenísimo. Ni un asiento vacío. Es día de estreno y los vecinos se adentran a probar el transporte. La mayoría son personas de edad avanzada que viajan con más ánimo curioso que funcional. “Hemos sufrido las obras durante muchos años. Ahora nos toca disfrutarlo”, entiende Alberta, vecina de la calle de Mallorca, también jubilada, que ha quedado con una amiga específicamente para coger el Tram. En 3′40′' llega a la parada de Sicilia; en 5′35′' a Monumental (con conexión con la L2 del metro); y en 9′20′' a Glòries (L1). El recorrido conecta con 13 líneas de autobús urbano.

El nuevo servicio amplía en dos kilómetros la red de tranvía y aumenta la proximidad de unos barrios acostumbrados a requerir del autobús para estar en contacto. “El autobús es cómodo y rápido, pero aquí hay pocas formas de llegar a la zona de Francesc Macià o Urgell”, remarca Eneko, estudiante de un máster. Únicamente la línea azul del metro (L5) se despliega horizontalmente, aunque no alcanza todas las zonas colindantes con Diagonal. El resto de líneas de la zona(L4, L3, o los FGC) son verticales y conectan la ciudad de mar a montaña.

Precisamente la percepción mayoritaria es que el gran éxito del Tram será unir los tramos del Besòs y Llobregat en Francesc Macià. “El tranvía me encanta. Es muy cómodo y silencioso, pero cuando llegue a Francesc Macià será perfecto”, insiste Alberta. “Creo que lo utilizaremos mucho más si también podemos ir hasta Sant Just, por ejemplo, que es una zona muy bonita”. El servicio ha empezado a operar a las cinco de la mañana. El estreno estaba previsto para el sábado, pero la huelga convocada por los comités del tranvía llevó a las instituciones a aplazarla un día.

Esta primera fase de conexión ha requerido una inversión de 63 millones de euros, de los cuales 48 corresponden a obra civil y otros 15 a la fabricación de tres nuevos trenes para reforzar el servicio. Según datos del Ayuntamiento, el nuevo tramo entre Glòries y Verdaguer absorberá una demanda adicional de 24.000 viajes al día y ayudará a eliminar unos 2.000 vehículos al día del tramo central de la Diagonal.

La segunda fase de la conexión con la Diagonal, la que debe permitir conectar el Trambesòs con el Trambaix, se encuentra en proceso de redacción del proyecto de infraestructura y de las instalaciones del tranvía, que incluirán tres futuras paradas: Diagonal/Cinc d’Oros, Balmes y Casanova. Ese proyecto tiene un presupuesto estimado de unos 170 millones de euros, sin incluir la reurbanización, proceso por el que el Ayuntamiento de Barcelona ya tiene redactado un documento que está en fase de validación técnica. La durada de las obras se prevé de tres años y medio; pero requiere de impulso político.

En este sentido, la nueva presidenta del grupo municipal de Barcelona en Comú, Janet Sanz, que sustituye a Ada Colau como líder de los comunes en el Ayuntamiento, ha reclamado este domingo al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, que “acelere” la conexión del Trambesòs y el Trambaix y que lo desligue del presupuesto municipal para 2025. “Clama al cielo que no se haya unido aún”, ha expuesto en una declaración a los periodistas. “Se podría cruzar la ciudad de punta a punta en 25 minutos”, ha añadido.

Mientras la política busca soluciones, Antonia y Pedro seguirán andando ciudad arriba, ciudad abajo. “Vivir en Barcelona es un lujo. No nos damos cuenta, pero es una suerte”. Abandonan la estación y se van hacia casa.