Los protagonistas del mayor caso de corrupción dentro de los Mossos se declaran inocentes

El cabo y los dos agentes de los Mossos d’Esquadra que esta semana está juzgando la Audiencia de Girona acusados de traficar con marihuana intervenida por ellos mismos en operativos policiales se han declarado inocentes. Su defensa se ha basado en dar versiones alternativas para explicar las principales pruebas incriminatorias en su contra, tanto gráficas como en grabaciones telefónicas, sonorización del vehículo policial y en seguimientos de la Divisió d’Afers Interns (DAI). Aunque les juzgan por unos hechos de 2020, el delator por el cual se inició la investigación aseguró que el cabo ya le propuso este “trapicheo” en 2006 y que duró hasta 2018, intermitentemente.

El Fiscal acusa al cabo Salva H.M., y a los agentes Joan Francesc P.A. (alias Kiku) y Òscar H.R. de pertenencia a grupo criminal, delito contra la salud pública de funcionario público continuado, de hurto y falsedad documental; y de descubrimiento y revelación de secretos a uno de ellos. Por ello les pide 12 años y 9 meses de cárcel; 12 años y medio; y 12 años y 4 meses respectivamente. También han declarado un matrimonio de Santa Coloma, Albert B. (Pitu), traficante local, y su mujer Margarita V., para quien el Fiscal pide 5 años y 3 meses. El fiscal considera que los tres agentes de la Unidad de Investigación dedicada a combatir el trafico de droga, Kiku, “crearon un entramado criminal para desviar la droga decomisada y volverla a poner en circulación para sacar un beneficio”, con ayuda de los otros acusados.

En la sesión de este jueves, tras escuchar 74 grabaciones telefónicas sonorizaciones del Corsa oficial no logotipado que llevaban los dos principales acusados y ver las imágenes de las cámaras de la comisaría, han declarado los cinco procesados. Sólo han respondido a preguntas de las defensas, representadas por los letrados Carles Monguilod, Benet Salellas y Manel Mir.

En las conversaciones captadas en el Corsa, la DAI oye como Salva y Oscar hablaban de “dar salida a unas sustancia, como van a repartir el dinero”; que no les sale bien; y de “cómo quitarse el problema de encima”. Según las grabaciones, optan por hacerlo rápido “a través de Kiku, que lo distribuya con su amigo Pitu”. A esta conversación los acusados no han hecho ninguna referencia. Sin embargo Salva sí ha intentado justificar que tras un comiso el 30 de julio que dijera a Óscar: “si ven que falta, si preguntan por la caja de cogollos, he dicho que la he puesto dentro de las bolsas con plantas y que hemos puesto agua para que se pudra”. Ha asegurado que “la llevamos a pesar, tiramos la caja porque el cartón se estropeaba, y como se hace siempre mezclamos los cogollos con la marihuana en las bolsas”. Para la fiscalía la caja con más de cuatro kilos de cogollos no llegó a comisaría, fue directa en casa de Kiku.

En otra intervención, el 1 de septiembre, las cámaras de la comisaría gravaron a Salva sacando cinco bolsas del camión-contenedor de marihuana en el que acaban de guardar 20 procedente de un comiso. Se ve como las pone en el Corsa que conduce Osca. La DAI le siguió y vio que las vació en casa de Kiku y salió con una sola bolsa que fue a tirar al punto verde. Cundo la DAI la abrió, encontró dentro las otras cuatro. Además, observaron como, precintos en mano, Salva volvía al camión y para que no descubrieran el “cambiazo”, puso a cinco bolsas con hierba podrida de un caso anterior. Según él, los precintos no eran correlativos, había por toda la comisaría y cogían los primeros que encontraban.

Los otros dos agentes subordinados de Salva han ofrecido las mismas versiones. Sobre la caja que la DAI vio a Kiku llevar a casa de Pitu, junto con bolsas, han dicho que contenía “cosas de la moto, chaqueta, pantalones… Nada que ver con droga”. Además, las plantas que hallaron en su casa, “eran para consumo propio porque me dolía mucho la espalda”, ha dicho asegurando que “nunca consumo si tengo que ir a trabajar”. Además ha justificado tener las llaves de casa de Pitu, -donde las escuchas recogen que iba a regar la marihuana de su amigo- porque “éramos amigos hacía 25 años y guardaba la moto allí”. También ha negado haber investigado una matrícula de un traficante al que vendía Pitu y por el que se le acusa de revelación de secretos.

Pitu ha reconocido tener plantas en casa y Margarita ha negado “absolutamente haber recibido ningún dinero de la droga”, sin embargo en las grabaciones se la oye casi llorar de emoción cuando lograron 7.200 € de una venta. Mañana es el turno de conclusiones definitivas e informes finales.