El bus náutico de Barcelona compite con las Golondrinas y se llena de turistas
El servicio que conecta los muelles de Drassanes y de Llevant crece semana a semana
Suena la bocina y el barco se aleja del muelle. Tras 15 minutos de espera, los casi 40 pasajeros que han comprado su billete para acceder al bus náutico —el servicio de transporte marítimo que impulsó el Puerto de Barcelona junto a Alsa a principios de julio— pueden disfrutar de las vistas que promete el viaje. Son solo diez minutos de trayecto y, al entrar a la nave, la mayoría prefiere vivir la experiencia en el exterior, desde el segundo piso; otros prefieren huir del sol y mantenerse a cubierto en la parte inferior. El nuevo servicio compite con las históricas Golondrinas, aunque ambos servicios aseguran que son negocios diferentes que se benefician entre ellos.
Con el arranque del motor del bus náutico se oye algún chillido de emoción y risas por la expectativa de vivir la novedad. Una vez recogida el ancla, muchos deciden levantarse para disfrutar mejor de las vistas, otros sacan el móvil para hacer fotos o tomarse una selfi con el mar de fondo. La mayoría son turistas jóvenes, parejas que han optado por esta corta salida en barco para observar el skyline del Puerto de Barcelona, a menos de un mes de que este celebre la Copa del América de vela. También se encuentran familias que, aprovechando su estancia en la ciudad, se han animado a conocer el servicio. Es el caso de Andrea, de 26 años, de Barcelona, que, junto a sus padres, de origen peruano, conoció el bus náutico a través de las redes sociales: “Vi un vídeo en Instagram y decidí venir. Considero que, para el precio que tiene [1,90 euros ida; 2,85 ida y vuelta], el recorrido que hace está bien, lo repetiría”. Una secuencia que se repite en Jake, otro de los pasajeros de a bordo, escocés de 27 años, que asegura que fue un vídeo de TikTok lo que lo impulsó a venir junto a su pareja.
El servicio crece semana a semana, según las primeras cifras recogidas por Alsa, la empresa que ganó el concurso en febrero. “La afluencia de personas está siendo muy buena para un servicio que se ha iniciado de cero”, afirma Isaac Álvarez, director de la Unidad de Turismo de Alsa. La empresa, que inauguró el bus náutico —con la visita de Jaume Collboni, el alcalde de Barcelona— el tres de julio, afirma no haber tenido problemas con los barcos eléctricos, pese a haber sufrido la demora para la puesta en funcionamiento de uno de los dos buques por trámites administrativos. Ahora ya operan con normalidad, cumpliendo con el horario de frecuencia de 15 a 30 minutos.
Además, aunque no tienen datos que lo certifiquen todavía, el nuevo servicio de transporte marítimo percibe una tendencia al alza de público extranjero, en un porcentaje bastante alejado del que sumarían los clientes catalanes. En todo caso, ha dicho Álvarez, “la vocación de bus nàutic es dar servicios tanto a los ciudadanos de Barcelona, acercando el mar a la ciudad, como a los turistas, contribuyendo a descongestionar el tráfico de coches en la zona”.
A diferencia de las Golondrinas, la empresa que lleva 136 años surcando las aguas de Barcelona y que ofrece excursiones de 40 o 60 minutos, el bus náutico promete trayectos que no superan el cuarto de hora. Fue eso, precisamente, lo que buscaban Andrea y su familia: “Hicimos una comparación y, para lo que queríamos, estaba bien este”. El mismo caso de otro pasajero, alemán, que prefiere mantener el anonimato y que afirma haberse decantado junto a su mujer por el bus náutico. Lo hizo porque desconocía que existían las Golondrinas, pero justo se fijó en ellas cuando subió al barco de Alsa.
Precisamente, ese conocimiento que se da por proximidad es una ventaja para esta empresa familiar que nació en 1888 y que será socio preferente de experiencias acuáticas durante la 37a Copa del América Louis Vuitton. Así lo señala Jordi Sangenís, trabajador en las Golondrinas: “Que mucha más gente venga al puerto para probar el bus náutico sirve para que vean que las Golondrinas seguimos aquí y se animen a venir, hasta gente que tal vez hacía tiempo que no venía”. Por eso Sangenís asegura que el bus marítimo les ha beneficiado: “Toda novedad que hay en el puerto es buena para nosotros, la competencia arrastra a más gente a venir”.
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