El caos de Rodalies colapsa ahora la red de autobuses interurbanos
La demanda de esta alternativa al tren ha crecido hasta en un 56% por la última gran incidencia en la red ferroviaria de corta distancia, que está a punto de solucionarse un mes después del robo de cobre que la causó
El viernes a mediodía Pablo Jáimez (Cerdanyola del Vallès, 22 años) vuelve a casa cansado después de una dura semana de trabajo. Desde los robos de cobre en la red ferroviaria de Rodalies del pasado 12 de mayo, Pablo ya no puede coger la R4 y el trayecto que antes hacía en 30 minutos se ha convertido en un “calvario” lleno de sorpresas. “A las 13.30 en punto estaba en la estación de autobuses de Fabra i Puig, el [autobús de la línea] A4 tenía que pasar a las 13.40, pero no pasó ninguno hasta las 15.20. Casi dos horas de espera”, critica Pablo. Él, como otros usuarios, está sufriendo la saturación de las líneas de autobús, que han visto aumentar la demanda en torno a un 30% con respecto al mes anterior en el área metropolitana de Barcelona y hasta en un 56% en otras líneas, por la persistencia de las incidencias en Renfe, especialmente en las líneas con dirección a Sabadell y Terrassa. La búsqueda de un transporte alternativo también ha repercutido en las estaciones de Ferrocarriles de la Generalitat (FGC), donde se detecta un incremento de más de 20.000 viajes.
Hace un mes, el domingo que estaban convocados a las urnas, los catalanes amanecían con una noticia que quitaba protagonismo a la jornada electoral: durante la madrugada se había producido un robo de cobre en el sistema de electrificación en Montcada Bifurcació que provocó la peor afectación en la red de Rodalies en mucho tiempo. Ese día ningún tren pudo llegar a Barcelona y, un mes después, las líneas R3, R4 y R7 siguen afectadas. A partir de ese robo se inició un procedimiento judicial —Adif presentó una denuncia y los juzgados de Barcelona están instruyendo el caso, en el que ya hay cuatro detenidos— y uno técnico: había que reparar tan pronto como fuese posible las afectaciones. Adif se dio dos meses, pero después de desembolsar 6,3 millones de euros en las reparaciones, parece haberlas resuelto un mes antes de lo previsto. Todo, para una vuelta a la normalidad del servicio que no termina de llegar: aunque la red de Rodalies de Renfe tenía que retomar la normalidad este fin de semana, finalmente el operador se ha dado unos días más para llevarlo a cabo con garantías, previsiblemente esta semana.
La Generalitat, que ha anunciado que se personará como acusación particular en los robos de cobre, anunció que llevaría a cabo una “auditoría exhaustiva” de la gestión de Renfe, a la espera de que se concrete cómo será el traspaso de esta red, pactado entre ERC y el PSOE en el acuerdo para la investidura de Pedro Sánchez. Pero en el día a día, quien lo sufre son los usuarios. Ana Reguán y María Reyes se han visto obligadas a duplicar el tiempo que invierten para ir cada día a trabajar. “Antes hacía un trayecto directo desde L’Hospitalet de Llobregat y ahora tengo que subir al metro hasta la estación de autobuses y de ahí coger el autobús 97 que me lleva a Vallbona”, cuenta Reyes.
La alternativa al tren, que debía ser una solución, se ha vuelto parte del problema por la saturación de pasajeros. “Al día siguiente del robo, desde Renfe mandaron refuerzos de autobuses, especialmente en las paradas de Fabra i Puig y la Sagrera. Después vino el caos, se redujo la disponibilidad de autobuses de refuerzo, otros robos de cobre como el de la semana pasada en el Garraf han aumentado los usuarios y cada día, además de retrasos se forman colas de unos cuantos metros”, explica Pablo, “sobre todo en los andenes del A1 y el A2″. Las líneas de autobús A1 (Sabadell-Barcelona) y A2 (Badia del Vallès-Barcelona) son las más concurridas: la A1 ha registrado un 33% más de viajes que en el mes de abril (antes de las incidencias de Rodalies) y un 38% más de viajes que el mismo mes el año pasado; igual que el E1 en la misma dirección, con un 24% más de viajes que en el mes anterior y el 49% más que hace un año.
María coge cada día el autobús desde Sabadell para ir a clase a Barcelona. “Hace tiempo que intento evitar los trenes, pero desde el último robo ni los tengo en cuenta. El autobús suele tardar más pero llegaba a su hora. Ahora que está más saturado, han tenido que mandar refuerzos en las horas puntas porque van tan llenos que pasan de largo”, subraya. Su experiencia coincide con la de Laura: “El mal funcionamiento de los trenes implica mucho follón y gastar más tiempo”, asegura mientras sube al 96 hacia Montcada. El autobús e2.1 Terrassa-Barcelona ha registrado una media de 1.052 viajes diarios, un 44% más que en mayo de 2023 y un 19% más que este mes de abril y A2 Badia-Barcelona ha registrado una media de 2.181 viajes diarios, un 18% más que en mayo de 2023 y un 16% más que en abril.
Desde Moventia, la compañía de autobuses que opera estas líneas, aseguran que el incremento de la demanda no es una buena noticia. “Los usuarios habituales se tensionan, el servicio está colapsado, los conductores también se tensionan y no es tan fácil como poner autobuses nuevos”, aclaran. Moventia es la empresa que presta el servicio de transporte en estas líneas que son de titularidad de la Generalitat, lo que significa que todas las decisiones relativas al refuerzo de autobuses o a los cambios de líneas tienen que ser aprobadas por la Generalitat. “Una empresa de autobuses tiene un número fijo de vehículos ―no tiene un parking lleno con los de reserva―, y reforzar determinados servicios requiere quitar los autocares de otros puntos. Nosotros, al estar coordinados con la Administración, no podemos tomar la decisión de manera unilateral”, matizan.
El Departamento de Territorio ha anunciado que reforzará las líneas interurbanas de autobús ante el aumento de la demanda pero el transporte del área metropolitana de Barcelona no ha sido el único afectado. Albert Medina (Vic, 32 años) explica que su ciudad “suele estar bien comunicada en autobús, mientras que el tren tiene muchas paradas y poca disponibilidad”. “Pero como las líneas de tren están en obras y no se ha reforzado la disponibilidad de autobuses, se sobrecargan. He tenido que esperar más de una hora al bus siguiente porque el que pasaba iba lleno y la única alternativa es esperar a que llegue el próximo. No es justo, hay quien puede tener una emergencia o un compromiso para llegar a una determinada hora”, reclama Medina. El autobús 12 Vic-Barcelona ha registrado una media de 3.475 validaciones diarias de billetes, una cifra que supone un aumento del 56% respecto a la media de viajes diarios de mayo de 2023.
Pese a la espectacularidad de los últimos incidentes, los dolores de cabeza en Rodalies no son nuevos. Lo cuentan usuarios como Javier, que lleva 23 años cogiendo la R1 para ir de El Masnou a Barcelona cada día a trabajar: “El servicio de Rodalies va como el culo. Se escudan en el robo de cobre pero no es más que otra excusa. Antes era caro y malo, ahora baratísimo pero pésimo. No sé qué prefiero”, afirma contundente.
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