La operación del Hard Rock le estalla a ERC en la víspera de la campaña electoral
El Ejecutivo que preside Aragonès renovó el pasado mes febrero las condiciones para seguir con un proyecto que ahora rechaza abiertamente
Un fantasma recorre las elecciones catalanas del 12-M. El proyecto del megacasino del Hard Rock, en Tarragona, es la sombra detrás del adelanto electoral -fue la línea que los comunes no aceptaron para votar la tramitación de los Presupuestos- y todo parece indicar que alcanzará también la carrera electoral. En la víspera de la tradicional pegada de carteles, el Govern de ERC se ha visto obligado a encajar que, pese a que en su programa electoral apuesta por “hacer de Cataluña un país libre de casinos”, el pasado 27 de febrero y coincidiendo con su pacto presupuestario con el PSC, formalizaron su compromiso con las condiciones para el proyecto. Con todo, fuentes cercanas a la operación creen que se ha descafeinado el contenido.
La portavoz del Govern, Patrícia Plaja, y la consejera de Territorio, Ester Capella, se vieron obligadas este miércoles a explicar por qué, el pasado día 27 de febrero, no se dio cuenta de dicho acuerdo, que según adelantó La Directa, dejaba sin efecto el Acuerdo de Govern del 12 de diciembre de 2020. En la rueda de prensa posterior al Consell Executiu no de hizo entonces ninguna mención al acuerdo mediante el cual se mantenía el encargo para la operación, si bien se derogaban unas condiciones muy específicas sobre a quién se compraban los terrenos, el valor y a quién se le vendían.
El acuerdo del pasado febrero, explican fuentes cercanas al diseño de la operación, no responde a ningún vencimiento específico de los términos que obligaran a su prórroga. Eso sí, se trata de la misma fecha en que ERC y PSC llegaron a su acuerdo presupuestario. Este pacto finalmente quedó en nada porque los comunes rehusaron permitir tramitar las cuentas y todo desembocó en la convocatoria adelantada de los comicios catalanes. Incumplir el actual compromiso con el Hard Rock tendría, según el Govern, consecuencias económicas pues ya hay otorgadas unas licencias de explotación de casinos.
El nuevo acuerdo ya no es tan específico, incluso fuentes cercanas a la operación inicial lo califican de “descafeinado” o que podría ser leído como una apertura en las condiciones. Por ejemplo, no hace referencia explícita a que una vez se apruebe el plan director del proyecto -que avalaría un hotel de 75 metros de altura y que albergaría 1.200 máquinas tragaperras y 100 mesas de apuestas- el Incasòl adquiera los terrenos a la Mediteranean Beach and Golf Community por 120 millones de euros. Y, en un mismo acto y garantizando que no se pierde ni un euro de recursos públicos, se vendan a la sociedad BCN UR 3 SAU.
El texto bendecido por el Ejecutivo el pasado mes de febrero simplemente se reafirma en el encargo al Incasòl para que “formalice con las partes lo acuerdos privados y públicos” que permitan “la adjudicación de los terrenos” en “unidad de acto y el mismo precio”. Plaja quitó hierro ayer a que en su día no se informara de ese acuerdo en la rueda de prensa, defendió que no recordaba “haber dado cuenta de ningún acuerdo que dejara sin efecto un acuerdo previo”. Capella, por su parte, aseguró que durante la negociación de las fallidas cuentas tanto el PSC como los comunes conocían el acuerdo. “Todo el mundo sabía que había un acuerdo previo preexistente, las partes eran conocedoras, unas partes condicionaba el Presupuesto a que fuera deprisa y los otros no lo querían”, ha dicho la consejera.
Tras conocer la noticia, la líder de los Comunes Sumar, Jéssica Albiach, ha acusado a ERC y al Govern de haber “mentido” sobre el proyecto y ha exigido la comparecencia del presidente, Pere Aragonès, ante la Diputación Permanente. Albiach ha añadido que la “confianza” entre ERC y los Comunes ha quedado muy “deteriorada”. LA CUP también quiere que el president - candidato acuda a dar explicaciones a la Cámara.
El fantasma del proyecto del Hard Rock promete además asustar a más de uno durante la campaña que se abre este jueves. ERC tiene ahora que encajar el hecho de que diera oxígeno mediante esa prórroga a un proyecto que ya sí rechaza de manera frontal. En su programa electoral, los republicanos proponen revertir mediante una ley las rebajas fiscales que en 2014 aprobaron CiU, PP y PSC para dar encaje al proyecto del megacasino. Esa medida se acompañaría de la prohibición y el patrocinio de la actividad del juego y las apuestas para así “poner las bases para hacer una Cataluña libre de casino”. El programa electoral de lo socialistas, publicado este miércoles, no hace ninguna referencia específica al megacasino.
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