ERC y el PSC encarrilan los presupuestos catalanes
Los socialistas y los republicanos dan por hecho el acuerdo, que se prevé inminente, y apremian a los comunes a sumarse al pacto pese al Hard Rock
Los presupuestos catalanes atisban la luz verde. Esquerra Republicana y el PSC tienen encarrilado un acuerdo para cerrar la aprobación de las cuentas de la Generalitat de 2024 y lanzan la pelota al tejado de los comunes para que se sumen al pacto. Las dos fuerzas ya han insinuado este lunes que las negociaciones están muy avanzadas y que el acuerdo puede ser inminente. La republicana Raquel Sans ha vaticinado que esta será la semana de los presupuestos y la socialista Èlia Tortolero se ha amparado en la discreción de las negociaciones, pero ha dado por bueno el compromiso de Pere Aragonès en el Parlament para validar el proyecto del Hard Rock, al que se oponen los comunes.
Con el previsible acuerdo, los dos socios se aprestan a cerrar un culebrón que se arrastra desde hace meses y que reedita el pacto de hace un año. PSC y ERC, que ya firmaron las cuentas de 2023, suman juntos 66 escaños y están a dos de la mayoría absoluta. Los comunes rechazan radicalmente al megacasino y exigen que se archive o se entierre definitivamente el proyecto ahora que Cataluña sufre la peor sequía de su historia. La líder de los comunes, Jéssica Albiach, ya avisó el domingo, en una entrevista en EL PAÍS, que si a Aragonès le gusta tanto el Hard Rock deberá buscar otras mayorías. Los comunes han facilitado la aprobación de los últimos tres presupuestos.
El inminente acuerdo da aire a Aragonès que se ha propuesto agotar la legislatura, que expira en febrero de 2025, pese a gobernar con una escuálida mayoría de 33 escaños sobre 135. Salvador Illa, líder del PSC, siempre asegura que no “mezcla carpetas”, pero el PSOE confía en que los republicanos apoyarán los Presupuestos Generales en el Congreso, como ya ocurrió en 2023. En sus últimas comparecencias en el Parlament, Aragonès ha tenido que escuchar una ráfaga de críticas por el hecho de que a final de febrero el presupuesto sigue pendiente de aprobación. “Después de meses de negociación, esta semana tendría que servir para avanzar en el acuerdo”, ha vaticinado Sans. ERC ha intentado enviar mensajes conciliadores a los comunes, opuestos a gastar ni un euro en el complejo Hard Rock, sin contrariar al PSC, que defiende el proyecto. “No estamos en la fase de Hard Rock sí o Hard Rock no”, argumentan desde ERC y se pone énfasis en que la única alternativa que tiene el Govern a estas alturas es “seguir con la tramitación” del megacasino.
Illa ya empezó a lanzar la semana pasada mensajes que mostraban su disposición a aprobar los presupuestos y que coincidieron con el acuerdo presupuestario entre Jaume Collboni y ERC en el Ayuntamiento de Barcelona donde tampoco suman mayoría. El lunes dijo que le costaría mucho “votar en contra” de las cuentas y el miércoles, en la sesión de control, Aragonès ya avisó a los comunes, casi resignado, que en la cámara no había una mayoría contraria al macrocasino y que no debían sacrificarse las cuentas que prevén una aumento del gasto de 2.000 millones de euros. No dijo más, pero llla, tres días después, lo consideró suficiente como para dar por cumplidas las promesas de 2023 con la prolongación de la B-40, la comisión de ampliación del aeropuerto y el Hard Rock y asegurar que las negociaciones estaban “avanzadas”. Sus denuncias por la lentitud en las obras de la sequía han pasado a mejor vida.
Pese a que las palabras de Aragonès fueron poco categóricas, el PSC las da por buenas. “Ya hemos ido reiterando que confiamos en su palabra. Hizo una mención, se comprometió en el Parlament y lo damos por cerrado”, ha afirmado la portavoz socialista, que se ha amparado en la discreción de las negociaciones para no dar detalles sobre las mismas. El PSC aún no ha detallado sus reivindicaciones para 2024 más allá de poner el acento en la lucha contra la sequía, educación, vivienda, seguridad y las energías renovables.
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