Un hombre acepta seis años por violar a una joven en los baños de una discoteca de Barcelona
El acusado, que lleva en prisión provisional desde junio del año pasado, deberá indemnizar a la víctima con 10.000 euros
Un hombre acusado de agredir sexualmente a una joven, en los lavabos de la discoteca Pachá de Barcelona, en mayo de 2022, ha aceptado este jueves la condena a seis años de prisión. El acusado, en prisión provisional desde junio de 2022, ha admitido los hechos esta mañana ante la Audiencia de Barcelona. Tras llegar a un acuerdo de conformidad por las partes, el tribunal ha dictado sentencia firme in voce (oralmente), evitando la celebración del juicio.
El ministerio público pedía inicialmente 10 años de cárcel para el acusado, por haber forzado a la joven―a quien conoció en la fiesta esa misma noche― a entrar en un baño de minusválidos y penetrarla analmente pese a la “oposición firme” de la víctima, quien “no dejaba de suplicarle que parara, que le hacía mucho daño”, Además, el procesado deberá indemnizar a la vitrina con una cantidad de 10.000 euros y le estará prohibido acercarse a menos de 1.000 metros o comunicarse con ella durante cinco años, por encima de la pena de cárcel. Además, estará bajo libertad vigilada ocho años.
Los hechos ocurrieron el pasado 2 de mayo de 2022, en la discoteca Pachá. La víctima estaba de fiesta con dos amigas, y sobre las 04.00 de la madrugada, el procesado, acompañado de otro chico, se acercó a entablar conversación con la joven, según el informe de la Fiscalía. Esta sostiene que el procesado insistió a la víctima para intimar con ella, y finalmente esta “accedió a darle unos besos en el lavabo de minusválidos de la discoteca, con la esperanza de que después dejaría de molestarla”.
La Fiscalía apunta que una vez dentro el baño de minusválidos, “el procesado, con ánimo libidinoso, se abalanzó sobre la víctima, y girándola de forma brusca le subió el vestido y bajó las medias, intentando penetrarla por detrás pese a la oposición firme” de la joven. La joven, añade el escrito, “no dejaba de suplicarle que parara, que le hacía mucho daño”, aunque el acusado, lejos de aceptar el ruego de la víctima, la agarró de la cintura, la subió al lavamanos, le mojó con agua el orificio anal y finalmente consiguió penetrarla, sin llegar a eyacular. El ministerio público añade que un vigilante de seguridad llegó a los baños de la discoteca, momento en que la joven aprovechó para librarse del procesado y buscar ayuda en el personal de la discoteca.
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