El taxista que cambió el turno y murió a golpes por una discusión de tráfico en Barcelona

Carlos Ríos tenía 53 años. Sin pareja ni hijos, era taxista y compartía vehículo –y negocio- con su sobrina. El pasado jueves por la noche discutió con un motorista a la altura del 192 de la travessera de les Corts de Barcelona. Ríos bajó del vehículo y el motorista se enzarzó a golpes con el taxista. La paliza lo llevó al Hospital Clínic donde ingresó en estado crítico. La misma noche del jueves los Mossos detuvieron al motorista al que, en un principio, se le acusó de delito de lesiones, declaró ante el juez de guardia y quedó en libertad el pasado sábado. Ríos murió el domingo debido a las heridas provocadas en la pelea.

Ríos no tenía que trabajar la noche del pasado jueves, pero cambió el turno con su sobrina. Llevaba varios minutos al volante cuando tuvo lugar la pelea con el motorista que acabó, finalmente, con su vida. “A Carlos le han arrebatado la vida cuando estaba prestando servicio y un malnacido la ha emprendido a golpes por una discusión de tráfico”, denunciaba este lunes Tito Álvarez, líder del sindicato Élite taxi. Ríos, también era socio de Élite, por lo que la entidad de taxistas ha anunciado que su equipo jurídico “se pondrá a trabajar para que la pena contra este asesino sea la más alta posible”.

Se da la circunstancia que la agresión fue grabada en vídeo por otro taxista que circulaba detrás de Ríos. Este taxista depositó la filmación en manos de los Mossos d’Esquadra. La policía autonómica recibió las grabaciones y tuvo conocimiento, la misma noche del jueves, del altercado y rápidamente –gracias a las imágenes y el número de matrícula de la moto- arrestaron al agresor. El motorista fue acusado de un delito de lesiones y puesto en libertad con cargos el sábado, pero ayer los Mossos informaron al juzgado del fallecimiento de Ríos por lo que la calificación penal al motorista podría aumentar hasta acusarle de un delito de homicidio.

Tito Álvarez asegura que los taxistas tienen muchas peleas a lo largo del día: “Es muy habitual que pasen las motos y te toquen el retrovisor, te enseñen el dedito… Hay mucho estrés y agresividad en la ciudad y el tráfico es insoportable. Hay que tener cuidado con todo: bicicletas, patinetes, motos…y además, la invasión del carril taxi es continua. Hay gritos y peleas pero las agresiones son muy excepcionales”. Álvarez todavía no acaba de entender cómo alguien puede “salir a trabajar y que le quiten la vida”. “El taxi está totalmente roto. Muchas veces no somos conscientes de a lo que nos arriesgamos cada vez que salimos a trabajar”, concluye.

“Carlos era una persona bondadosa, generosa y muy profesional, estamos seguros de que su pérdida dejará una huella muy profunda a todas las personas que tuvieron el privilegio de compartir la vida con él”, describe en un comunicado que Élite Taxi ha hecho público este lunes.

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