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La lluvia en Barcelona no puede con la fiesta para ver la salida de la Vuelta a España

Aficionados al ciclismo se mezclan con vecinos y turistas a lo largo de 14 kilómetros para ver pasar la contrarreloj por equipos. En total, 140.000 personas de público

Los corredores del Intermarché - Circus - Wanty a su salida de la primera etapa de la Vuela Ciclista a España, una contrarreloj por equipos que se disputa este sábado en Barcelona.
Los corredores del Intermarché - Circus - Wanty a su salida de la primera etapa de la Vuela Ciclista a España, una contrarreloj por equipos que se disputa este sábado en Barcelona.Manu Bruque (EFE)
Clara Blanchar

Después de una semana de calor achicharrante que ha dinamitado varios récords, va y se pone a llover 15 minutos antes del inicio de la salida de La Vuelta a España en Barcelona. La primera etapa, una contrarreloj por equipos, ha recorrido la capital catalana con las vallas a lado y lado del trazado llenas de vecinos, turistas y aficionados en un recorrido de 14 kilómetros pensados para resultar un gran escaparate de la ciudad: Sagrada Familia, Torre Glòries, Torres Venecianas.... Y de paraguas. 140.000 personas, según el Ayuntamiento. Pero no se ha ido nadie, ni en los ratos que más ha llovido, fuerte en algún momento, menos en otros. En la esquina de las calles de Lepant con Mallorca, un giro de 90 grados con la Sagrada Familia de fondo, decenas de paraguas con gente jaleando a los corredores, justo en un punto en el que han tenido que reducir la velocidad al pasar por la pintura mojada de un carril bici.

Durante la prueba ha habido varias caídas. Pese a que la carrera es puro espectáculo, con los cascos y bicicletas aerodinámicas que lucen los 22 equipos y el silbido que provocan al pasar, el agua, le cielo oscurecido por la tormenta y la hora de la prueba, de 19 a 21 horas, ha reducido la velocidad y la visibilidad de los corredores, lo que ha provocado quejas de los equipos que salieron más tarde. El Ayuntamiento ha explicado que el sistema de alumbrado de la ciudad se activa con sensores en función de la luz y temporizadores que se programan anualmente. En los últimos años, añaden, se encienden a las 20.45, y pese a que “las condiciones climáticas y de luz han cambiado de forma imprevisible, se ha intentado avanzar el horario de encendido pero el sistema no lo permite”, han indicado las mismas fuentes.

Entre el público, locos de la carretera que han bajado a la capital con la bici y el maillot. Familias que han adelantado el regreso de las vacaciones, como la de Jordi Vila: “Vimos el documental de Netxflix sobre el Tour y descubrimos lo interesante que es el ciclismo y la importancia de pedalear en equipo”. Detrás, un grupo de botiguers del barrio comentando la actualidad del barrio y lamentando que en una retransmisión que se verá en todo el mundo, la ciudad aparezca bajo el agua. Numerosos turistas también se han sumado a las vallas, para ver un equipo pasar cada cuatro minutos, aunque a menos velocidad que si no lloviera.

El mayor corte de tráfico de la historia

Durante la mañana y a mediodía, ha habido otro tipo de frenesí en los 14 kilómetros. Desde las cinco de la mañana, para ser más exactos. La etapa inaugural de La Vuelta ha puesto la ciudad patas arriba, con el corte de tráfico más severo de la historia y centenares de personas (500 agentes de la Guardia Urbana, entre ellos) trabajando en la organización. Media ciudad ha permanecido vetada al coche desde las dos de la tarde. Y a buena parte a los peatones, porque el circuito de la contrarreloj está completamente vallado a lado y lado de las calles, aunque hay 78 pasos para emergencias. El inicio de la Vuelta también ha estado marcado por la detención, pocas horas antes del comienzo y en la comarca del Solsonès, de cuatro personas acusadas de querer boicotear en los próximos días el paso de los ciclistas por esa zona, previsto para la tercera etapa, que se celebrará el lunes.

A las 18.00 horas, una hora antes del inicio de la carrera, los equipos ya entrenaban y detrás de las vallas había aficionados esperando y aplaudiendo, pendientes también del cielo ante la inminente tormenta anunciada para la tarde y noche. A las 16.30 horas el trazado de la contrarreloj ya había quedado completamente blindado.

Quejas de vecinos por las severas restricciones de movilidad

La severa restricción de movilidad ha provocado quejas de vecinos. En la calle de Aragó, Maite Picardo se encendía cuando veía las vallas y se daba cuenta de que tendría que caminar hasta casa de su madre, en Marina con Alí Bei, porque el tráfico ya estaba cerrado. Le ha tocado el gordo de las restricciones, porque la contrarreloj sale justo de la playa, al final de la calle de Marina. “Es verdad que llevan toda la semana avisando”, reconoce, “pero no se puede cortar la ciudad cada dos por tres: cuando no son obras, es una carrera”, lamentaba. “¡¿No tienen Montjuïc para cortar, o la Zona Franca?!” exclamaba.

De reojo la miraba Javier López, más de una década en la organización de La Vuelta, este año como responsable de publicidad en ruta. Porque el circuito está trufado de publicidad de los patrocinadores: en vallas, en farolas. Tiene que supervisar que todo esté bien y asegura que “en Barcelona se han echado muchas ganas”. Parte de la caravana de la organización llevaba desde las cuatro de la mañana en pie para que todo salga bien. El trazado se revisa cuidadosamente por parte del equipo de seguridad en carrera: que no haya baches, manchas de aceite, obstáculos... Y la Guardia Urbana ha retirado coches y motos aparcadas desde primera hora.

Vecinos intentando cruzar la calle de Aragó con avenida Meridiana a las 14 horas, cuando se instalaban las últimas vallas en el trazado de la contrarreloj de La Vuelta.
Vecinos intentando cruzar la calle de Aragó con avenida Meridiana a las 14 horas, cuando se instalaban las últimas vallas en el trazado de la contrarreloj de La Vuelta.C. B.

Pero el corte es tan estricto que cuando los que ponen las vallas (¡se necesitan 14.000!) han cortado la esquina donde se cruzan la avenida de la Meridiana, Guipúzcoa y Rogent, se ha liado un poco. Se lo miraba de lejos Joaquim Tur, del bar La Coctelera, desde donde se puede ver pasar la contrarreloj casi sin levantarse de la mesa. “Cortar el paso a peatones cinco horas antes es exagerado”, exclamaba a las dos de la tarde y recordando que el semáforo que hay delante del bar “es un paso para vecinos entre barrios”. “Ni el muro de Berlín, ni en pandemia”, remachaba un cliente que minutos después se enfrentó a los que colocan vallas. “Dicen que vayamos en metro, pero no tenemos la parada en la puerta de casa”, apostillaba otra vecina.

Hilton Fry, australiano de 88 años, ex ciclista que se ha desplazado a Barcelona con su hija para ver la salida de La Vuelta. Casualmente, su hotel está en la calle de Aragó, por donde pasará la contrarreloj.
Hilton Fry, australiano de 88 años, ex ciclista que se ha desplazado a Barcelona con su hija para ver la salida de La Vuelta. Casualmente, su hotel está en la calle de Aragó, por donde pasará la contrarreloj.C. B.

Quien no se quejaba era Hilton Fry, 88 primaveras y muchas horas de vuelo, porque es Australiano y está de viaje a Europa para visitar a su nieto en Holanda. De paso, se desplazó para ver etapas del Tour y este sábado a la contrarreloj. Sin saberlo, su hotel está en la misma calle Aragó. “No teníamos ni idea, ha sido casualidad tener el hotel a pie de carrera”, explicaba su hija Michel. Hilton fue corredor profesional en Australia y la gorra y la camiseta que llevaba le delatan, aunque sus piernas recuerden que no está para pedalear.

Autobuses, también afectados

El corte de tráfico se extenderá hasta las 21 horas entorno un recorrido de 14 kilómetros que tiene origen en la playa del Somorrostro y llegada en Maria Cristina, donde los vecinos se han visto obligados a retirar los vehículos aparcados. El Ayuntamiento recomienda utilizar el metro, evitar desplazamientos en coche y utilizar las rondas si es necesario cruzar la ciudad, donde tampoco será operativo el servicio de bus, porque 45 líneas se verán afectadas. También la movilidad a pie quedará afectada en los 14 kilómetros de recorrido de la prueba. Durante dos horas, de 19 horas a 21, cada cuatro minutos pasa un equipo a una velocidad media de 50 kilómetros por hora, pero que alcanzan los 80 por hora.

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Sobre la firma

Clara Blanchar
Centrada en la información sobre Barcelona, la política municipal, la ciudad y sus conflictos son su materia prima. Especializada en temas de urbanismo, movilidad, movimientos sociales y vivienda, ha trabajado en las secciones de economía, política y deportes. Es licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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