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Detenido de nuevo el abogado implicado en la mayor estafa inmobiliaria de España

Los Mossos arrestaron al letrado por participar supuestamente en una trama para vender el piso de una anciana que murió sin descendencia

Estafa inmobiliarias
Fachada de la vivienda de la calle de Benet Mercadé, en el barrio de Gracia, que intentó vender la trama.Albert Garcia

Mientras la mayor estafa inmobiliaria de España sigue a la espera de juicio, uno de los principales procesados, el abogado Francisco Comitre, ha sido detenido de nuevo por los Mossos d’Esquadra. Comitre fue arrestado el 23 de mayo por su presunta participación en una rocambolesca trama para vender el piso de una anciana que murió sin descendencia, confirman a EL PAÍS fuentes policiales y judiciales. La investigación atribuye al abogado y a otros tres detenidos los delitos de estafa, pertenencia a grupo criminal, falsedad documental, denuncia falsa y usurpación de identidad. Comitre fue condenado, el pasado marzo, a casi ocho años de cárcel por tráfico de drogas, en una sentencia que aún no es firme, y afronta una petición de otros 20 años de cárcel por la macroestafa.

El engaño reúne todos los elementos de una buena historia: un jugoso piso sin dueños vivos a la vista, una testaferro que utiliza una peluca para hacerse pasar por la mujer muerta, un comprador de buena fe y un abogado con un largo historial de denuncias a sus espaldas como presunto cerebro de un retorcido ardid que empezó a gestarse, el pasado marzo, en una notaría de Montgat (Barcelona).

Hasta allí acudió Encarnación V. con una peluca en la cabeza y en la mano un DNI que no era el suyo. Suplantó, con éxito, la identidad de una anciana que había fallecido y era dueña de un coqueto piso en el barrio de Gràcia de Barcelona. Pretendía otorgar poderes para la compraventa de la vivienda a otra mujer, que en realidad era ella misma. La gestión la había encargado por correo electrónico un abogado que era cliente habitual de la notaría de Montgat: Francisco, según los empleados. Como el notario titular no estaba, acudió a la firma, una tarea rutinaria, el de la vecina localidad de El Masnou.

Sin que nadie se diera cuenta del engaño, Encarnación V. acababa de autorizarse a sí misma para comprar y vender el piso de una mujer fallecida a la que no conocía de nada. Y así lo hizo un mes después. Ya sin peluca, con su identidad real y ante el mismo notario compró la vivienda por unos 100.000 euros, pese a estar valorada en unos 400.000. El notario dio fe de la operación, aunque los Mossos no le implican en la trama más allá de una posible “negligencia”, apuntan fuentes policiales.

Usada por 200 euros

La tesis de los investigadores es que Encarnación V. se prestó al engaño por 200 euros que, presuntamente, le pagó Francisco Comitre. El abogado vio la oportunidad de hacerse con el piso unos meses antes, cuando una abogada acudió a su despacho con un hombre que buscaba asesoramiento. El hombre había estado cuidando a los ancianos propietarios del piso de Gràcia. Ella fue la última en fallecer, sin descendencia, y él se había encargado de todo hasta el final. Disponía de todos los papeles y el DNI de los difuntos, y quería saber si podía optar, legalmente, a quedarse con la vivienda. Comitre le cobró 2.000 euros por unas gestiones que, siempre según la tesis policial, nunca llevó a cabo.

En lugar de eso, el abogado —que sigue en ejercicio— ideó supuestamente la fórmula de poner el piso a nombre de una testaferro y sacarlo a la venta para beneficio propio. Así fue como un matrimonio se interesó de buena fe por la vivienda a través de un agente de la propiedad inmobiliaria (API) también involucrado en la trama, según los Mossos. Vieron el piso, les gustó y pagaron 43.000 euros en concepto de arras. Para entonces el inmueble constaba, oficialmente, a nombre de Encarnación V. El matrimonio ingresó el dinero en una cuenta bancaria y, al día siguiente, se había esfumado.

Comitre y el resto de implicados podrían haber acabado vendiendo el piso, por el que pedían 450.000 euros, de no ser por un obstáculo sobrevenido: otro interesado en la vivienda habló con unos vecinos que le explicaron que la dueña había fallecido tiempo antes. El hombre se lo contó extrañado a un notario que conocía, que a su vez alertó al notario que supervisó la operación: algo olía mal en los poderes y la compraventa que había firmado. Cuando este comprobó que la mujer que se presentó en su despacho no era quien decía ser, pues llevaba un año y medio muerta, alertó al juzgado y al registro de la propiedad.

La operación se paralizó, el matrimonio comprador perdió los 43.000 euros y los implicados, temerosos de quedar al descubierto, idearon el colofón final del plan. Los Mossos sospechan que, bajo la directriz de Comitre, Encarnación V. presentó una querella en el juzgado donde acusaba a la abogada que inicialmente había puesto en contacto al cuidador de los ancianos con Comitre de haberla contratado para urdir la trama de suplantación. Los investigadores de la policía catalana, sin embargo, descartan que esa abogada esté implicada.

El pasado 23 de mayo, por orden del juzgado de instrucción número 3 de Barcelona, los Mossos detuvieron a los cuatro investigados: Comitre, la testaferro, el agente inmobiliario y la persona que expidió el cheque de compra del piso por 100.000 euros. Comitre fue citado directamente en la comisaría de Les Corts al no tener un domicilio en Cataluña, según fuentes policiales. En el registro del despacho donde ejerce como abogado encontraron el original del cheque de los 100.000 euros, la peluca que supuestamente usó Encarnación V. para hacerse pasar por la muerta y también el registro de poderes. “Me la ha jugado”, declaró la testaferro ante los Mossos. El hombre que emitió el cheque también le señaló: fue una gestión para Comitre. Él sigue en libertad, acusado de nuevo de un delito de estafa. Consultada por este diario, su abogada en este asunto ha declinado hacer comentarios.

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