_
_
_
_
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

El PP se enreda en los pactos con Vox

La gestión de los pactos con Vox ha sido mucho peor de lo que el PP podía temer, con bandazos y contradicciones manifiestas

El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, este sábado durante la clausura de un acto sectorial en Gimenells (Lleida) sobre sistema agroalimentario y mundo rural.
El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, este sábado durante la clausura de un acto sectorial en Gimenells (Lleida) sobre sistema agroalimentario y mundo rural.Alex Lopez (EFE)
Milagros Pérez Oliva

En apenas cinco semanas el PP ha dilapidado sus mejores bazas para la campaña electoral. Había logrado convertir las municipales y autonómicas del 28M en un plebiscito contra Sánchez y el vuelco institucional logrado le situaba en una posición muy ventajosa para encarar la batalla por las generales. Le bastaba con alimentar la imagen de caballo ganador e insistir en la estrategia del antisanchismo, el comodín al que la derecha recurre para desgastar a los gobiernos socialistas cuando no puede criticar sus políticas. Lo único que tenía que hacer era no cometer errores. Pero el PP se ha enredado de tal manera en sus pactos con Vox que lo que parecía una victoria segura se está desinflando.

Con el adelanto electoral Sánchez tomó la iniciativa y ya no la ha soltado. Su contraofensiva se basa en dos elementos: movilizar al electorado progresista ante la amenaza de un retroceso y pinchar la burbuja del antisanchismo. Muchos analistas dudaron de que la estrategia del miedo pudiera funcionar. No era la primera vez que los socialistas la utilizaban -recuerden aquel “si tu no vas, ellos vuelven”- y el PP parecía inmune a cualquier desgaste. Pero esta vez, la idea de “que viene el lobo” funciona porque ya hay ovejas muertas y todos los progresistas han podido verlas. Nunca habían llegado a las instituciones tantos personajes excéntricos dispuestos a aplicar una agenda retrógrada que incluye la defensa del machismo, las corridas de toros o la caza, suprimir los carriles bici o negar el cambio climático, con acuerdos como el firmado por María Guardiola con Vox para eliminar “cualquier traba burocrática en materia climática que afecte a la prosperidad o la libertad de los extremeños”.

La gestión de los pactos con Vox ha sido mucho peor de lo que el PP podía temer, con bandazos y contradicciones manifiestas, como cuando Maria Guardiola argumentaba, para justificar su cambio de posición, que “mi palabra no es tan importante como el futuro de los extremeños” mientras en otro lugar Feijóo aseguraba que “sin palabra no hay política”. El líder del PP aparece como alguien errático y sin autoridad.

Mientras tanto Sánchez se ha lanzado a los platós a pinchar la burbuja del antisanchismo y lo ha hecho con notable éxito. Cuenta con la impagable ayuda de José Luís Rodríguez Zapatero, que exhibe un talante y una libertad envidiables. El primer objetivo era frenar la hemorragia de votantes socialistas que, molestos por las concesiones a los independentistas o la radicalidad de las políticas feministas, estaban dispuestos a apoyar al PP. El boquete, que en algunas encuestas llegó a ser del 12% de los antiguos votantes, parece taponado. Vistos los pactos del PP con Vox, a esos socialistas moderados Bildu o ERC les deben parecer ahora mucho menos irritantes.

El segundo objetivo es movilizar a los españoles de izquierda desmoralizados que en las municipales se quedaron en casa y ya han podido comprobar las consecuencias de su inhibición. El relato de la España que se hunde hace aguas. Los datos de la inflación, de crecimiento del PIB y el concierto social lo desmienten. Se está produciendo una inflexión y valdría la pena que el PSOE y Sumar unieran esfuerzos para articular un discurso en positivo capaz de imponerse al relato catastrofista del poder mediático afín al PP.

Puedes seguir a EL PAÍS Catalunya en Facebook y Twitter, o apuntarte aquí para recibir nuestra newsletter semanal

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_