La Cambra de Comerç se prepara para unas elecciones más reñidas para los independentistas

Las elecciones a la Cámara de Comercio de Barcelona, que hace cuatro años dieron una sorpresa por la victoria que logró la candidatura independentista Eines de País, se prevén esta vez más reñidas. La Generalitat ha publicado este viernes las candidaturas proclamadas para los 52 epígrafes elegibles en la cita del 20 de septiembre. Y parece que la candidatura independentista tendrá competencia en todos, ellos a diferencia de lo que pasó hace cuatro años. Y en la mayoría de los casos, estos competidores pertenecen o son cercanos a empresas de la lista de Josep Santacreu, la otra candidatura que aspira a ganar en todos los epígrafes en litigio.

A falta de conocer los detalles y la composición de la lista de Santacreu, exconsejero delegado de la aseguradora DKV, la proclamación de las candidaturas da una doble idea: primero, que esta vez será una lucha entre dos listas —una independentista y otra alternativa, que se ha anunciado pero de la que no se conocen los detalles— mientras que hace cuatro años se presentaron tres candidaturas. Eso hizo que el voto no independentista llegara más fragmentado y además poco movilizado. Segundo, que en esta ocasión Eines de País no lo tendrá tan fácil ya que en cada epígrafe la empresa candidata de la lista independentista tendrá que batallar con una alternativa, mientras que en 2019 en algunos casos concurrió sin competencia. Algunos de los rivales pertenecen a la lista de Santacreu, y otros no —se presentan sin inscribirse en ninguna lista, de forma independiente—. En la votación del pleno en la que se elegirá al presidente, estos independientes podrán decantar la balanza hacia la opción independentista o la alternativa. En este grupo de no adscritos están empresas como Casa Ametller, Agbar o Banc de Sabadell.

Por su parte, la lista de Eines de País ha optado por ampliar su base y presentarse con más fuerza, consciente de que para reeditar la victoria de hace cuatro años esta vez necesitará más empuje ante una oposición configurada alrededor de una sola lista. Para hacerlo, se presenta con 29 nuevos candidatos, que provienen en algunos casos de candidaturas rivales hace cuatro años, o del entorno de ERC —Eines de País, avalada por la Assemblea Nacional Catalana, estaba hace cuatro años más cerca de la órbita de Junts—.

El portavoz de Eines de País, Toni Fitó, celebra que en cada uno de los epígrafes haya competencia: “Es lo más democrático, creemos que es muy bueno que todas las empresas puedan encontrar representación en cada una de las vocalías”. Fitó no cree que esta mayor concurrencia reste posibilidades a su candidatura —“Estamos a la espera de saber quién va con quién”, recuerda—, y a la vez se muestra satisfecho de que empresas grandes como Banc de Sabadell o Agbar hayan decidido presentarse en las vocalías que se eligen por sufragio, y no en las que se otorgan a las empresas que más pagan a la Cambra.

Los 52 epígrafes, o asientos, que representan a 14 grupos de actividad empresarial, son una parte de la representación empresarial en la Cambra. Otros seis asientos los ocupan las patronales, y en esta ocasión han decidido presentarse juntas Pimec y Foment del Treball en una candidatura conjunta que ya se ha declarado electa: los seis asientos los ocuparán Anna Cornadó (Copisa), Ignasi Marull (PWC), Eloi Planes (Fluidra), Emma Gumbert, Martina Font (Font Packaging Group) y Miquel Martí (Moventia). El pleno de la Cambra, de 60 asientos, lo completan dos vocalías que representan a las empresas que mayor aportación económica hacen, pero no se ha presentado ninguna candidatura para ellas. El año pasado, la Cambra aprobó reducir de 14 a dos las llamadas sillas de plata, estos dos asientos que representan a las empresas que más aportación hacen a la organización.

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