Los Mossos detectan a más de 300 estafados en los conciertos de Coldplay: “Compré unas entradas a un chaval de Twitter que se llamaba Gabri”

La misma red social en la que Ana Escudero, de 30 años, fue estafada le sirvió para darse cuenta del engaño. “Compré unas entradas a un chaval de Twitter que se llamaba Gabri”, explica la mujer, sobre los 220 euros que se gastó en dos tickets para el concierto de Coldplay. Habló con él, le resultó fiable, y pagó. Pero el jueves por la noche, cuando Chris Martin daba el segundo de sus cuatro conciertos en Barcelona, empezaron sus temores. “Vi a otra chica en Twitter que decía que la habían estafado, que no había podido entrar. Y ponía la foto de Gabri”, recuerda. Con el terrible miedo del engañado, primero quiso creer en las excusas que él le puso: “Me escribió el viernes, me dijo que a él también le habían estafado, y que me devolvería el dinero”. Luego vio que a su tuit de denuncia no paraban de sumarse nuevos afectados, hasta crear un grupo de WhatsApp que suma ya 92 víctimas. La policía catalana ha detectado a más de 300 personas estafadas presuntamente por dos personas, que no se conocen entre sí. Y alertan del peligro que se avecina, con conciertos de Rosalía, Beyoncé o Madonna a la vuelta de la esquina.

Gabri es en realidad Gabriel I., de 36 años. Su cara corre por las redes, así como su DNI, los números a los que los afectados hicieron bizums y las cuentas bancarias con las transferencias. Los Mossos, que cuentan con 52 denuncias formales, confirman que es uno de los dos investigados como los principales sospechosos de vender entradas falsas a través de las redes sociales. “Captaron a las víctimas a través de Instagram y de Twitter. Ofrecían una apariencia de veracidad e incluso hicieron videollamadas con algunas de las víctimas”, explica el caporal de los Mossos d’Esquadra Jesús Ballesteros, de la unidad de investigación de Sarrià-Sant Gervasi. El segundo día del concierto de Coldplay, detectaron un “elevado número de víctimas” algo “inusual” y decidieron ir a las puertas del concierto, en el estadio Lluis Companys. “Allí nos sobrepasó la magnitud de la estafa”, relata Ballesteros, que fue él mismo junto con su equipo a tomar en el terreno las denuncias. De las 20 iniciales pasaron a más de medio centenar. Los Mossos calculan que han vendido las entradas por entre 110 y 160 euros a 300 afectados, un botín que puede superar los 30.000 euros.

El segundo sospechoso es conocido como “Pepe”, pero sus víctimas, también reunidas en otro grupo de WhatsApp, no han tardado en identificarlo como José R., de 23 años, y en este caso “multirreincidente”, que “ha hecho lo mismo en otros conciertos”, resume Ballesteros. Aina Jordà, de 24 años, se puso en contacto con él a través de un amigo, que asegura que está tan sorprendido como ella. “Estaba buscando entradas desde hacía mucho tiempo, lo había colgado muchas veces por Instagram”, explica la joven. Cuando el viernes se plantó en la puerta del concierto... “Nos dijeron que ya habían presentado no sé cuántas personas con esa entrada. Que se sabían el código de memoria”, recuerda. Su primera reacción fue echarse a llorar. La segunda, explicárselo a un amigo policía. Mientras explicaba en voz alta, allí mismo, lo que acababa de pasarle, alguien pilló su conversación al vuelo, le dijo que a ella también la habían timado y que había un grupo de afectados, que igual que en el caso de Gabri, sigue creciendo.

“Son dos personas que no se conocen, y que han hecho multitud de estafas por todo el mundo”, indica el caporal Ballesteros, sobre el perfil de los dos principales sospechosos. Han encontrado a víctimas de Barcelona, de Madrid, de A Coruña, de Las Palmas, de San Sebastián... Y temen lo que puede estar por venir. En Barcelona, se esperan conciertos de Rosalía, de Beyoncé, de Madonna... “Se suele detectar en el último momento, en la puerta del concierto”, lamenta Ballesteros, que asegura que algunas de las ventas fraudulentas de Coldplay —unas entradas que no eran nominales— se cerraron ya en el mes de febrero. “Somos sensibles con lo que supone para la gente, por eso quisimos facilitarles la vida, coger la denuncia lo más rápido posible”, añade, sobre la sensación de impotencia de las víctimas, muchas de ellas grupos de jóvenes llegados de lejos, absolutos fans de Coldplay. “Gente llorando a lágrima viva”, resume, sobre la reacción de los estafados.

Los Mossos han abierto una investigación que agrupa todas las denuncias de manera conjunta. Recuerdan siempre que hay que comprar las entradas en circuitos oficiales y rehuir de las redes sociales como canales para encontrar esas ofertas. En los casos detectados, o bien revendían una entrada buena en muchas ocasiones, o bien directamente la falsificaban. A Ana Escudero, Gabri, su supuesto estafador, le acabó devolviendo ese domingo el dinero. “Supongo que quiere blanquear su imagen”, explica esta mujer, que trabaja en una agencia de publicidad online. Todavía está afónica porque finalmente tuvo suerte, y la organización le regaló a ella y a su amigo dos entradas. “Ha sido mucho estrés”, explica, sobre las consecuencias de explicarlo en Twitter, que incluso supuso organizar una quedada con más de 40 afectados delante de la comisaría de plaza España de los Mossos d’Esquadra, en Barcelona. “Solo quiero que lo pillen y no lo haga más”, repite. Aina Jordà, abogada de profesión, no tuvo tanta suerte y se quedó sin poder ver a Coldplay: “Estos estafadores han jugado con la ilusión de la gente”.

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