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CRÓNICA PARLAMENTARIA
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Elecciones municipales en el Parlament

Si estará contaminado el debate que incluso los rumberos que recibieron el apoyo de la Cámara para ser patrimonio de la Unesco se han puesto a cantar y les ha salido “Barcelona tiene poder”

Manel Lucas Giralt
Varios rumberos y miembros de las bancadas del Parlament, este miércoles, en el salón de los Pasos Perdidos de la Cámara.
Varios rumberos y miembros de las bancadas del Parlament, este miércoles, en el salón de los Pasos Perdidos de la Cámara.EUROPA PRESS (EUROPA PRESS)

El Parlament acusa la cercanía de las elecciones municipales. Se nota en las intervenciones, en unos casos más sutilmente y en otros de manera desacomplejada: Josep Rius, diputado de Junts y número siete en la lista de Xavier Trias, ha preguntado al conseller de Interior por la inseguridad en Barcelona, ha citado tres veces en tono crítico a la alcaldesa de Barcelona Ada Colau y ha elogiado en dos ocasiones a su jefe de candidatura: todo muy propio de la política que corresponde al Parlament. Justo antes que él, la candidata de Ciudadanos a la alcaldía barcelonesa, Anna Grau, ha arremetido contra las ocupaciones ilegales con su énfasis habitual, dando golpecitos en la mesa mientras pronunciaba retóricos “basta, basta, basta”. Grau ha aprovechado para anunciar su agenda de precampaña: “hemos prometido que iremos cada martes a las ocho a [las casas okupadas] El Cubo y La Ruina hasta que las desalojen”.

Si estará contaminado el debate legislativo por los comicios inminentes que incluso los rumberos que han acudido al pleno a recibir la felicitación unánime por su candidatura en la Unesco se han puesto a cantar en el Salón de Passos Perduts y les ha salido “Barcelona tiene poder”. La actuación, por cierto, ha permitido ver que tiene más sentido del ritmo Pere Aragonès que Salvador Illa, y Alba Vergés o Assumpta Escarp que Albert Batet.

Un Batet que, sin duda, habrá pronunciado por última vez el saludo ritual “presidenta Borràs” antes de arrancar su intervención: el Parlament vivía este miércoles un compás de espera, a la expectativa de la decisión de la Junta Electoral sobre el escaño de Laura Borràs. Una decisión que se ha hecho esperar hasta última hora de la tarde, aunque no ha aportado sorpresas: la Junta retira el escaño a la líder de JxC. El TSJC condenó en marzo a Borràs a cuatro años y medio de cárcel y 13 de inhabilitación por fraccionar contratos cuando dirigía la Institució de les Lletres Catalanes (ILC).

El asunto salpica también de lleno la campaña electoral. Por el momento, todo esto irrita sobremanera a Trias, tan obsesionado por poner tierra de por medio que su candidatura no se llama Junts per Cat sino Trias per Barcelona: sólo sobrevive la preposición.

Entretanto, el caos de las oposiciones a funcionarios y el nuevo fiasco de Rodalies han ocupado buena parte de la sesión de control, que ha vivido un momento esperpéntico a cuenta de Carlos Carrizosa: al portavoz de Ciudadanos, ávido de efectismo, no se le ha ocurrido otra cosa que anunciar que había pedido al ChatGPT -la herramienta de inteligencia artificial que elabora textos y argumentos por encargo- la redacción de una pregunta al president Pere Aragonès. Seguro que en su cerebro sonaba como una idea brillante, pero en el hemiciclo ha sido un centro a puerta vacía para que Aragonès rematara: “ciertamente, ustedes han de recurrir a la inteligencia artificial porque de capacidad política cada vez tienen menos.”

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