El primer contacto de Bruce Springsteen con Barcelona renace en el Palau Robert

Hace exactamente 42 años, el 21 de abril de 1981, el ya olvidado Palacio Municipal de Deportes de Barcelona acogió el primer concierto en Bruce Springsteen en España, iniciándose así el eterno romance que desde entonces ha unido al cantante de Nueva Jersey con esta ciudad y, sobre todo, su público. Fueron tres horas de música que marcaron indudablemente un antes y un después: nunca se había visto por estos pagos una tempestad musical de aquellas características.

Noche histórica que ahora, a pocos días de la nueva visita del Boss, ha revivido en los jardines del Palau Robert. Se trata de una exposición del fotógrafo Francesc Fàbregas centrada en aquel evento. Estas fotografías son las únicas oficiales de aquel concierto ya que Fàbregas fue el único fotógrafo autorizado. Mucho se habla de las recientes exigencias de algunos ídolos musicales en lo referente a las fotografías pero ya en 1981 Springsteen o su entorno solo permitieron un fotógrafo en su concierto barcelonés. Su discográfica contrató al fotógrafo de la ya entonces mítica revista Vibraciones para que se encargara de realizar este trabajo y se distribuyesen las fotografías entre todos los medios interesados.

Las 30 fotografías que Fábregas ha recuperado, incluyendo algunas inéditas, la mayoría en blanco y negro, presentan a un Springsteen joven, enérgico, sonriente, siempre amparado tras alguna de sus históricas Telecaster y con una enorme expresividad facial que denota la satisfacción que él mismo ha explicado en diversas ocasiones al referirse a esta actuación, una auténtica epifanía para su público. Un concierto tan mitificado como el de los Beatles, el primero de los Stones o el de Bob Marley en los que si reuniéramos a todas las personas que recuerdan haber asistido, abarrotaríamos varios estadios del Barça cuando en realidad apenas cabían 7000 personas en el Palacio de los deportes.

Las 30 fotografías se exponen, además, en un marco inmejorable: el jardín del Palacio Robert al pie de la Diagonal. El aire libre potencia la sensación de libertad que emanan las imágenes presentadas junto a recuerdos de algunos asistentes como Loquillo, Manuel Huerga, Jordi Beltrán, Gay Mercader o Gabriel Jaraba.

“Estas fotos se publicaron no solo en Barcelona sino en toda España”, recuerda Francesc Fàbregas enarbolando una contagiosa sonrisa de oreja a oreja. “La historia de la exposición comienza con un traslado de domicilio en el que encontré en el garaje de mi casa, un lugar no especialmente bueno para guardar fotografías por su humedad, una caja que contenía los negativos de este concierto y de otro de Lluís Llach. Me hizo mucha ilusión porque los negativos estaban perfectos. Poco después, con el cierre de la revista RockdeLux pude recuperar todo el material que allí tenía entre el que encontré también algunas fotos a color inéditas de este concierto. Recuerdo la responsabilidad con la que trabajé aquel día y también los nervios de la noche en mi casa revelando los carretes e intentando que nada se estropeará”.

La alegría actual de Fàbregas, rodeado del numeroso público que se acercó a la inauguración, era el contrapunto a las malas vibraciones que siguieron a la supresión, hace escasas semanas, del festival Formentera Fotográfica que él había creado y dirigía. Tras diez ediciones el Consell Insular decidió cancelarlo. “Según los responsables de turismo se trataba de un problema de presupuestos. El mensaje no fue muy claro y es una lástima que después de diez años no nos sentáramos a hablar. He oído que con el ahorro van a construir unas pistas de pádel”.

Cerrada la etapa de Formentera y mientras las fotos del Boss acaban de ser colocadas, Fábregas ya está trabajando en un nuevo proyecto que verá la luz antes del verano en el Palau Martorell, un lujoso palacio de la plaza de la Merced que tras la reciente exposición de Sorolla aspira a convertirse en un importante centro cultural. “Se tratará de una colección de fotografías que he ido recuperando mezclando estilos y personajes. No será una antológica sino que se basa en potenciar a las personas sobre el espectáculo, lo que los cantantes nos dicen visualmente cuando están cantando. La exposición incluirá muchos primeros planos y un plafón gigantesco con unas 360 fotos”.

Los jardines del Palau Robert seguirán abiertos hasta el 14 de mayo y en el aire quedará todavía durante unos días la incógnita de si vendrá Bruce Springsteen a ver la exposición durante su estancia en B

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