La marcha ha ido precedida por una pancarta con el lema: “Huelga feminista contra el sistema cishetero-patriarcal, racista y clasista”. Y, como en muchos otros lugares, la creatividad de los mensajes ha sido la tónica general. Una niña sujetaba un cartel con la frase: “No quiero ser princesa, quiero ser alcaldesa”. También había escritos como “no estamos todas, faltan las asesinadas”, “si mi perro entiende ‘no’ tú también puedes” o “viva la lucha feminista”.
Antes de que comenzara la protesta, la consejera de Igualdad y Feminismos, Tània Verge, ha exigido que las instituciones se comprometan con el feminismo. “Es urgente derribar el patriarcado, especialmente en un contexto en que se está rearmando con el auge de la extrema derecha”. Además de Verge, han sido varias las autoridades que han acudido a la marcha, entre ellas la alcaldesa Ada Colau, pero también representantes sindicales, asociaciones y organizaciones de estudiantes.
La protesta comenzó a las 18.30 en la plaza Universitat, recorrió la Gran Via hasta el paseo Sant Joan y acabó en el paseo Lluís Companys, donde se leyeron varios manifiestos. En la marcha de Barcelona han participado mujeres trans y trabajadoras sexuales, pese a que el feminismo abolicionista estaba en contra. Los organizadores han diseminado diferentes tarimas por todo el recorrido desde las que se han leído manifiestos para visibilizar reivindicaciones que iban desde el respeto a las personas trans, pasando por el rechazo a las violencias machistas y la derogación de la Ley de Extranjería.
La cabecera de la manifestación estaba formada solo por mujeres. Varios metros después de la cabecera se encontraba el pequeño colectivo Dones La Lluna de Vilanova del Vallès (Barcelona). Entre ellas destacaba Paquita Oliveres, de 82 años, que por primera vez se manifestaba un 8 de marzo. “Que cada una sea mujer como quiera y que haga lo que quiera. No queremos ver peleas entre las mujeres porque eso nos desune”, ha justificado Oliveres entre los aplausos de sus amigas. Mantiene saber poco “o nada” de la ley trans o de otras. “Yo ya no vengo a manifestarme aquí por mis derechos, pero sí por el de mis nietas”, ha concluido.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.