El pueblo de Barcelona donde los vecinos ahorran 50 euros en la factura de la luz gracias a placas solares en edificios municipales
La comunidad energética de Caldes de Montbui autoabastece al Ayuntamiento y a 100 familias con una potencia de 221 kilovatios, el doble de capacidad de autoconsumo que la capital catalana
Caldes de Montbui, una población de 17.797 habitantes a 35 kilómetros al norte de Barcelona, se enfrenta al alza de los precios energéticos regando el municipio con placas solares en los tejados de los equipamientos públicos. En menos de un año, se ha materializado un proyecto donde cien familias se han ahorrado 53 euros de media en la factura de septiembre gracias a la Comunidad Energética Local (CEL). Estas entidades crean, gestionan y comparten su propia energía verde para ahorrar a través del autoconsumo y volcar sus excedentes a la red.
El Consistorio estima que la CEL, que se ha puesto en marcha este verano con seis instalaciones fotovoltaicas, pasará a autoabastecer a 650 familias en 28 placas a lo largo de todo el municipio en un año, tras anunciarse una concesión de fondos Next Generation. La Unión Europea impulsa desde 2019 la creación de estos proyectos autónomos y marcados por la participación vecinal para reducir la dependencia de las grandes eléctricas que casi monopolizan el mercado.
Caldes se ha convertido en el organismo público con más potencia fotovoltaica para el autoconsumo colectivo instalada en Cataluña (221 Kilovatios), el doble del Ayuntamiento de Barcelona, que ocupa la segunda posición en el ranking del Registro de Autoconsumo de la Comunidad.
El alcalde, Isidre Pineda, y el regidor de Acción Climática, Jordi Martí, brindaron este miércoles para celebrar el premio a “Territorio Ejemplar” en los galardones que otorga la bodega Familia Torres, empresa líder del sector que invierte el 11% de sus beneficios en la reducción de huella de carbono. La CEL también opta a ganar el 9 de diciembre el Premio a mejor proyecto europeo en Transformación Urbana Sostenible de 2022. El Ayuntamiento de Caldes es uno de los tres finalistas de esta distinción de la Plataforma Ciudades Sostenibles, que agrupa a más de 2.500 gobiernos locales de 125 países.
☀️ La Comunitat Energètica Local de #CaldesdeMontbui, #LaCEL, rep el Premi Torres & Earth 2022 en la categoria de Territori Sostenible per l’aposta que apropa l’energia fotovoltaica a la ciutadania
— Aj Caldes de Montbui (@AjCaldesMontbui) November 30, 2022
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“Cuando presentamos la propuesta de la CEL a la secretaria técnica del Ayuntamiento casi se desmaya”, bromea Pineda. El alcalde recuerda que hace un par de años se fijaron en que existían cooperativas en municipios como el suyo, pero quisieron crear un proyecto poco común: “Una iniciativa 100% pública a través de esta nueva categoría de las comunidades energéticas”. Según él, lo característico de su modelo reside en que el autoconsumo es colectivo, no solo para el propio Ayuntamiento: “No se trata de una eléctrica municipal, sino de compartir la energía generada por las cubiertas públicas con los vecinos”.
La última placa de la primera fase de la CEL se colocó el pasado marzo; en total las seis instalaciones distribuidas en edificios como el centro cívico, la biblioteca o el campo de fútbol implicaron una inversión exclusivamente municipal de 350.000 euros. El ayuntamiento estima que tardará apenas dos años en amortizarla: la Oficina de Acción Climática calcula que a inicios de 2024, con 22 nuevas placas, ahorrarán 200.000 euros anuales en su factura eléctrica a precios actuales.
Xavier Vasco y su pareja, Marta Luque, son uno de los 100 hogares que participa en la CEL, que cede un Kw por vivienda sin tener que cambiar de empresa comercializadora. Vasco celebra que “en un mes y medio” ya tiene amortizada la cuota de 50 euros anuales para inscribirse en el programa. Este vecino, químico de profesión, comenta que quería reducir desde hace tiempo su dependencia de los combustibles fósiles, “más con la inflación actual”. Pero instalar placas en su casa era una inversión poco viable: “es un peaje muy alto”. A inicios de septiembre recibió su primera factura descontada después de que la CEL comenzase a operar en agosto. Vasco ha ahorrado entre 30 y 40 euros en sus últimos recibos, pero espera que esta cantidad aumente en la próxima primavera, cuando haya más actividad solar.
A finales de septiembre Celia Galera, directora de Habitat Futura, creó una comunidad energética en un escenario distinto: una manzana de 700 vecinos del Eixample de Barcelona. Asegura que un proyecto como el de Caldes, en municipios con menor población, permite “más agilidad” ya que una ciudad como Barcelona tiene “muchas restricciones y poco espacio”. “Hay que acudir a más ventanillas para tramitar una comunidad energética”, concluye la abogada. El hecho de que Caldes disponga de una pequeña distribuidora local es el otro factor que les ha facilitado conectar la CEL a la red sin muchas trabas administrativas, según el regidor Martí.
La CEL de Caldes está adelantando a la Generalitat, que tiene un déficit de instalaciones renovables a gran escala en la Comunidad. Actualmente tramita la constitución de una energética pública catalana que persigue lo mismo que este Ayuntamiento: obtener energía mediante paneles solares en sus edificios públicos, entre otras medidas. Gracias a los 1,3 millones de euros provenientes de Bruselas, la CEL de Caldes estima cubrir a un total 650 familias a inicios de 2024, el 10% de los hogares del pueblo.
El Consejo de Ministros aprobó en octubre el plan +SE para “dotar de un marco jurídico a las comunidades energéticas que facilite su desarrollo”, que se materializará en un real decreto que completará la Ley del Sector Eléctrico. Actualmente no existe un registro oficial de este tipo de entidades.
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