Aragonès y Borràs intentan superar la crisis del Govern en una tensa reunión
Las cúpulas de Junts y Esquerra buscan unificar posiciones con vistas al debate de Política General de finales de mes
No hay semana que los dos socios del Gobierno catalán, Esquerra y Junts, no caigan en una nueva espiral de reproches que hagan pensar en un final abrupto de la coalición. Esta semana el desacuerdo se centra en cómo responder a la exigencia de la principal entidad privada independentista, la Assemblea Nacional Catalana, que pide retomar la senda unilateral y proclamar la independencia en 2023. Ello sin haber cerrado otras heridas como la suspensión de la líder de Junts, Laura Borràs, como presidenta del Parlament; o la imposibilidad de poner en marcha un órgano de coordinación entre el Govern, los partidos y las entidades independentistas. Con esta sucesión de desacuerdos y tras una tensa Diada, las cúpulas de ambos partidos, con el president Pere Aragonès y Borràs a la cabeza, se han reunido este miércoles, a última hora en Barcelona, para intentar acercar posiciones. Fuentes de la coalición han calificado el tono de la cita de “tenso”.
Esas mismas voces insisten en que, si bien se han mantenido conversaciones en los últimos días, la cita que se ha celebrado en el Palau de Pedralbes ha permitido repasar los principales desacuerdos entre las vías que cada uno propone de cara a lograr la independencia. Ambas formaciones han sido incapaces de encontrar una fórmula entre la vía de presionar un nuevo referéndum mediante el diálogo y la negociación con el Ejecutivo central y la apuesta confrontacional de Junts. Los de Borràs pusieron el debate de Política General, la próxima semana, como fecha límite para que ERC mueva ficha y, si no, dejarán en las manos de las bases la continuidad del Govern y el tiempo corre.
El encuentro tuvo una amplia representación de las cúpulas de los dos partidos. Por parte de ERC acudieron , además de Aragonès, la consejera Laura Vilagrà, la portavoz Marta Vilalta, el líder en la Cámara Josep Maria Jové y el director del gabinete del president, Sergi Sabrià. Por parte de Junts participaron Borràs, su número dos Jordi Turull, el vicepresident Jordi Puigneró, el jefe de filas en el Parlament Albert Batet y el portavoz Josep Rius.
El enfrentamiento entre los socios había vivido un momento álgido el pasado martes, cuando Aragonès y Puigneró se reunieron por separado con los líderes de la ANC. Tras una Diada que terminó a gritos de “Govern dimisió” delante de los consejeros de Junts (y la ausencia de los de ERC), la apuesta del líder del Ejecutivo para acercar posiciones con la Assemblea mediante la reunión terminó siendo interpretado como una muestra más de división. Dentro de Junts tampoco ha sentado muy bien el hecho de que el titular de Economía, Jaume Giró, pusiera voz a la discusión interna dentro de su partido sobre si hay que salir o no del Govern en sus últimas intervenciones en medios. En Junts dicen que la reunión ya estaba agendada pero ERC dicen que ha sido cosa de último minuto.
De ahí que, según voces de los republicanos, se haya instado a sus socios a aclarar su posicionamiento interno acerca de cuestiones como la vía independentista unilateral que la ANC ha vuelto a poner encima de la mesa con fecha incluida: segundo semestre de 2023.. “Hay que construir confianzas. Y se les ha pedido que se aclaren. Que se definan. Porque hace falta lealtad. Se puede construir, pero tienen que definirse. No puede ser que digan una cosa y la contraria, y que no se sepa cual es su posición en nada”, explican fuentes republicanas conocedoras del encuentro. Esquerra también reprocha a Junts que haya abierto el melón de su posible salida del Govern sin tener una posición unitaria al respecto. “Que se queden o se vayan, pero tienen que aclararse”, explican en ERC.
Junts también tiene una ristra de reproches hacia el socio mayoritario del Govern. La delegación liderada por Borràs reclamó en el encuentro que la mesa de diálogo pactada por ERC y PSOE se ciña a hablar de cuestiones como la autodeterminación o la amnistía de los condenados por el proceso independentista, algo que ERC rechaza, pues considera que el acento ahora debe estar en la desjudicialización para poder entrar después al resto de temas “en igualdad de condiciones”.
Según ha informado Catalunya Ràdio, Junts también han reclamado la puesta en marcha de un órgano de coordinación que ayude a evitar nuevas crisis. Sin embargo, la composición de este órgano divide profundamente a los socios, incapaces de acordar, por ejemplo, qué papel debería tener la asociación que impulsa Carles Puigdemont desde Bélgica denominada Consell per la República.
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