La AP-7 cumple un año sin peajes y concentra el 20% de los muertos en accidente en Cataluña
El ministerio de Transportes reconoce que el aumento de tráfico y la siniestralidad han puesto la vía “al límite”
De los conductores tocando el claxon al pasar por los peajes con las barreras levantadas hace un año, a una vía que ha visto aumentar el tráfico y los accidentes hasta el punto de que el Ministerio de Transportes reconoce que está “al límite”. La AP-7 celebra este jueves el primer aniversario libre de peajes con un 40% más de turismos y un 80% de camiones y concentrando el 20% de los muertos en accidente en Cataluña hasta comienzos del pasado mes de agosto. Mientras, el Gobierno no ha avanzado en el compromiso de decidir cómo se financiarán las autopistas españolas: Transportes ha encargado un estudio sobre el futuro sistema de pago que estará listo a lo largo de 2023, al tiempo que descarta implantar nuevos peajes de manera inmediata. “No es el momento económico ni social para implantar un sistema de pago que, además, requiere un consenso territorial”, ha afirmado la ministra Raquel Sánchez. No será antes de 2025, ha añadido.
El Ministerio, titular de la vía, presume de que invertirá mil millones en esta vía y la AP-2, también gratis desde hace un año, para mejorar accesos, infraestructuras y aumentar carriles para mejorar la gestión de los accidentes. Y subraya que los ciudadanos que las han utilizado se han ahorrado 600 millones de euros, frente a un gasto en mantenimiento de 60 millones. “El balance de un año sin peajes es positivo en el sentido de que los ciudadanos se han ahorrado un gasto en un año difícil. Estamos satisfechos pero no tenemos que caer en conformismo”, ha manifestado el secretario general de Infraestructuras del Ministerio, Xavier Flores. Y ha añadido: “Hemos de mejorar continuadamente, hemos tenido problemas de congestión asociados la accidentalidad de vehículos pesados que han provocado dificultades que esperamos poder solucionar con el plan de inversiones que deben permitir la mejora de la AP-7 y AP-2 que son vertebradores de la movilidad económica y de ocio de los ciudadanos”.
Pero la opacidad es la regla a la hora de dar datos sobre siniestralidad, tanto por parte del Gobierno como del Servei Català de Trànsit (SCT), que gestiona las carreteras catalanas. El SCT indica que de enero a agosto, este año ha habido 115 fallecidos en global y que en 2019 fueron 121, sin precisar la ubicación de los accidentes.
Hasta el 20 de mayo, el efecto llamada que ha provocado la gratuidad total entre La Jonquera y Alicante había generado un incremento del tráfico y los accidentes en estos más de 600 kilómetros. En Cataluña, los fallecidos por colisiones en la autopista AP-7 se habían disparado un 200% y el registro de heridos graves había crecido un 166%. Hasta el 9 de agosto, el tramo catalán registraba 20 víctimas mortales en accidente, casi el 20% de los 103 fallecidos en las carreteras catalanas en esa fecha. La AP-7 registra decenas de incidencias diarias, entre accidentes y situaciones de congestión, como es fácil comprobar en el perfil de las Twitter específico que tiene el Servicio Catalán de Tráfico. Este mismo miércoles, un camionero bebido (y con seis veces la tasa de alcohol permitida) tuvo un accidente y su camión volcó a la altura de Sant Celoni. Resultó ileso y fue detenido por los Mossos d’Esquadra, pero su accidente provocó colas de hasta seis kilómetros en hora punta. Fuentes del Ministerio reconocen que el aumento de tráfico de camiones está muy relacionado con su siniestralidad y los episodios de congestión.
Mientras, desde el Govern, el vicepresidente Jordi Puigneró ha urgido al Gobierno a negociar el nuevo modelo de financiación de las autopistas para cumplir la directiva europea que debe estar en vigor en 2024. El número dos del ejecutivo se ha mostrado partidario de aplicar ya la viñeta europea y más adelante el modelo de que pague quien más uso haga de esas vías rápidas y quien más contamine. Su estrategia es incluir también a las carreteras que dependen de la Generalitat en ese modelo. “La seguridad de las autopistas no puede esperar a 2025″, ha dicho en función de los plazos que maneja el Gobierno de Pedro Sánchez deslizando que espera que esas fechas no respondan a “intereses políticos”. Pese a no facilitar todavía datos, el consejero ha confirmado que la siniestralidad ha aumentado y ha apuntado que tiene la sensación de que el Gobierno no invierte todo lo necesario para mantenerlas. “No querríamos que el modelo viario se parezca al ferroviario”, ha dicho en alusión al déficit crónico del Estado en inversión en infraestructuras.
El Govern urge al Ministerio a negociar ya la financiación de las autopistas y no demorar un año el cumplimiento de la directiva europea
El ministerio de Transportes niega que no haya avanzado en el último año. Se han comenzado a hacer estudios para las mejoras previstas, pero los trámites administrativos no permitían hacerlo hasta el fin de la concesión, indican fuentes de la institución.
Respecto al incremento de tráfico, más allá de las cifras globales, los aumentos difieren si se pone la lupa. En la AP-7, en la Roca, el aumento total de tráfico ha sido de un 42%, pero de un 35% los vehículos ligeros y un 76% los pesados. En cambio, en la AP-2 a la altura de Vilarrodona, donde el salto ha sido del 122% de media, con un 233% los vehículos pesados y un 89% los ligeros. En este caso los datos los proporciona el Ministerio.
El Gobierno reconoce que la capacidad de resiliencia de estas vías ante los accidentes “ha sufrido mucho” con el aumento del tráfico, de ahí la previsión de inversiones por valor de mil millones de euros. Se mejorarán 42 enlaces, algunos actuaciones de envergadura, como enlazar la C-58 con la AP-7 en Bellaterra. Y se añadirán carriles en los tramos entre L’Hospitalet de l’Infant y Amposta; Martorell, Vilafranca y El Vendrell; Hostalric, Sant Celoni y Montornès; Montmeló y Parets; y entre la frontera con Francia y La Jonquera. “Se trata de completar el corredor de tres carriles con continuidad”, indican. Además, el ministerio ofrecerá al Govern realizar otras medidas para mejorar la gestión en caso de accidente, como utilizar el antiguo espacio de las playas de peajes para ubicar grúas o aparcamientos para camiones. También abrirá “transfers” en la mediana para que haya permeabilidad entre los dos sentidos del tráfico y sea rápido poder habilitar carriles.
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