Prisión para el conductor que mató a dos ciclistas de Rubí: conducía sin carné, con exceso de velocidad y drogado, según la investigación

El juzgado de instrucción 5 de Rubí ha decretado este martes prisión provisional, comunicada y sin fianza, para el conductor que el domingo poco antes de las once de la mañana arrolló a un grupo de nueve ciclistas de un grupo de aficionados de Rubí (Barcelona). Dos de ellos, de 67 y 72 años, murieron y un tercero permanece en el hospital en una situación crítica. El acusado, I. S. A. C., de 41 años, conducía sin carné, con exceso de velocidad y drogado, según la investigación policial. El juez señala que el hombre seguía conduciendo a pesar de tener dos condenas previas por ponerse al volante sin permiso de conducir.

El auto judicial sostiene que el investigado arrolló a un grupo de ciclistas que circulaba por la C-243c, a su paso por Castellbisbal (Barcelona), “infringiendo gravemente las normas de circulación”. Iba a una velocidad “superior a la prevista” en esa vía, con “síntomas evidentes de encontrarse bajo los efectos de las drogas” y “sin permiso de conducir”, según se desprende del atestado policial. El hombre, “sin ningún motivo aparente”, invadió el carril contrario en un tramo donde estaba prohibido adelantar, y atropelló a los ciclistas “sin realizar ninguna maniobra para evitar arrollar al pelotón”. El auto subraya que no existía “impedimento alguno para percatarse” de la presencia de los ciclistas y evitar su atropello. Después se dio a la fuga “sin interesarse por el estado de los perjudicados y sin socorrer a los mismos”.

El juez considera que hay suficientes pruebas de que el detenido conducía el coche en ese momento: un testigo le vio circular con el vehículo “reventado”, otros testigos presenciaron al coche dándole la hila, la propietaria del automóvil, y pareja del acusado, ha explicado que no tenía las llaves del coche por la mañana, constan grabaciones de la estación de ferrocarriles de la zona y además el propio investigado ha admitido en sede judicial que era el conductor del Opel Adam granate que dejó abandonado tras escaparse.

El riesgo de fuga es un elemento clave para dictaminar su ingreso en prisión preventiva, así como la reiteración delictiva. El hombre se enfrenta a dos delitos de homicidio imprudente, otro de lesiones por imprudencia grave, delito de abandono del lugar del accidente, así como conducción temeraria y conducción sin permiso. El auto subraya el “absoluto desprecio a la norma y el cumplimiento a las resoluciones judiciales” del investigado, así como el “absoluto desprecio” por “la vida e integridad ajenas”, ya que “abandonó el lugar del accidente con conocimiento de la elevadísima probabilidad de haber matado a alguno de los ciclistas”. Por todo ello, el juez argumenta que además de huir de la acción de la justicia, podría ponerse de nuevo al volante.

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