Las asociaciones de vecinos de Barcelona en su 50 aniversario: “Vamos a por todas”

La solemnidad formal del Saló de Cent del Ayuntamiento ha saltado por los aires este jueves para celebrar el 50 aniversario de la Federación de Asociaciones Vecinales de Barcelona, la FAVB. Un acto en el que las sillas han echado a los bancos, para disponer a los presentes frente a frente, como en una asamblea y en la que las pancartas de los presentes se contaban por decenas. “Queremos los equipamientos de La Modelo ya”, “¿Y el plan del barrio, para cuándo?”, “El solar de los juzgados ha de ser para el barrio”, “Participación real”.

“Ocupemos el Saló de Cent”, ha sido el nombre del acto en el que los representantes vecinales --con abundantes canas, pero también mucha mili partiéndose la cara desde que asociarse era ilegal-- han dejado claro que seguirán reclamando una ciudad mejor y más justa, hasta el último rincón. “Celebramos el acto central del 50 aniversario en el Saló de Cent. Nos hubiéramos sentido más cómodos en uno de los equipamientos que hemos ganado, pero este es el espacio más simbólico del poder de la ciudad, vamos a por todas”, ha avisado Susana Pascual, activista vecinal y conductora de barrio. “Sabemos que sin el movimiento vecinal Barcelona sería una ciudad peor, más injusta, con menos participación social y con menos vida en los barrios”, ha reivindicado.

La alcaldesa Ada Colau, que en su pasado como activista también formó parte del movimiento vecinal y ahora recibe a menudo reproches desde los barrios, ha asegurado que “es imposible pensar esta ciudad y en la democracia sin el trabajo de las asociaciones de vecinos” y ha enumerado las reivindicaciones y mejoras urbanas que han conseguido: “Luchas contra operaciones especulativas, para afrontar el problema del amianto, por la vivienda, asambleas de parados, vocalías de mujeres, exigencia de escuelas, plazas, centros cívicos”. Esta tarde no ha habido reproches.

Parques como el de la Pegaso, el Clot, equipamientos como Cotxeres de Sants, La Farinera del Clot, el Pati Llimona, Can Fargas o, recientemente la biblioteca García Márquez son logros de los barrios, ha listado. “Es imposible pasear por Barcelona sin la huella de vuestras luchas, os necesitamos mucho y sea quien sea que gobierne tendrá que rendir cuentas ante la ciudadanía organizada”, ha zanjado.

Representantes de asociaciones de diez barrios han presentado un decálogo de exigencias del movimiento vecinal con puntos como la lucha contra las desigualdades, por condiciones de vida y una vivienda digna, para acoger a los que llegan a la ciudad, por los equipamientos y procesos participativos, por la educación, la salud, un urbanismo amable, contra la crisis climática y con una mirada feminista.

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