Los nuevos fuegos artificiales: cien drones con luces dibujan el cielo de la playa de Barcelona

La playa del Somorrostro de Barcelona fue la noche del miércoles el marco de excepción para el primer espectáculo de luz y música realizado con drones en la capital catalana. El espectáculo fue bautizado como ECO y fue diseñado y puesto en práctica por la empresa Flock Drone Art, que es la creadora del show que se contempló en el litoral barcelonés. Para el espectáculo se utilizaron un centenar de drones que dibujaron imágenes como un planeta, el ave Fénix, una flor con pétalos o la palabra (muy aplaudida): Barcelona.

“Cada una de las luces que despegarán son naves no tripuladas conocidas como drones. Cada dron está programado dentro del conjunto para ofreceros una experiencia innovadora y sorprendente y todo acompañado por una banda sonora hecha a medida. Una unión perfecta entre arte y tecnología que es también respetuosa con el medioambiente y que estamos seguros que os sorprenderá”, con esta voz en off comenzaba un espectáculo inédito en la capital catalana. En la arena de la playa decenas de personas –sobre todo turistas- se concentraban para disfrutar de las imágenes.

El público se acercó a esta nueva experiencia con los hábitos idénticos a cuando se presencian castillos de fuegos artificiales. La experiencia no tiene nada que ver. Ver imágenes generadas por drones es una actividad tranquila, sin sobresaltos e, incluso, un poco infantil. La música y la voz en off fue conduciendo a los asistentes por un relato donde aparecían ballenas, círculos, ojos, mundos… de forma tranquila y pausada mientras el público se exclamaba y acababa aplaudiendo las formas que decenas de luces dibujaban en el cielo de Barcelona.

Miguel Lyons, el director comercial de Flock Drone Art, destacó que todo su equipo llevan dos meses trabajando en este proyecto que sirvió de broche final al 27º Simposio Internacional de Arte electrónico (ISEA 2022) impulsado por la Universidad Oberta de Cataluña (UOC). “Es el primer espectáculos de estas características que se ha podido ver en una gran ciudad española. Es muy diferente a un castillo de fuegos artificiales ya que permite una anchura que no se consigue con los fuegos. Hacemos imágenes de 80 metros de año a 100 metros de altura”, señaló Lyons.

El espectáculo fue visible desde gran parte de la zona del litoral de la capital catalana. Lyons aseguró que desde donde se contempló mejor es a una distancia de 300 metros. El cielo se convirtió en un verdadera pizarra donde por 15 minutos hacer volar la imaginación.

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