El pádel se consolida en suelo catalán

No hay deporte en el mundo con un crecimiento exponencial tan grande como el pádel. El incremento masivo de jugadores a nivel amateur lo ha colocado como el segundo deporte más practicado de Cataluña. Aspectos como la facilidad de aprendizaje, el no necesitar estar en una gran forma física o el juego en parejas son algunas de las ventajas que provocan que el número de practicantes sea cada vez mayor. A través de la Federación Catalana de Pádel (FCP), el organismo que se encarga de la gestión y la promoción de este deporte, cerca de 24.000 jugadores han podido obtener ya su licencia federativa, lo que supone un incremento del 10% respecto a 2021. Estas cifras sitúan a la catalana como la Federación autonómica con más licencias de España, con cierta distancia respecto a las demás.

En menos de 10 años la cifra de clubes adscritos a la FCP se ha triplicado, alcanzando ya los 303. Su director general, Albert Nogueras, afirma que la clave de este éxito radica en que “está muy bien organizado, desde el nivel más amateur hasta el circuito federado”. En Cataluña se realizan torneos prácticamente semanales para niños, jóvenes o adultos en todas las categorías. “Es difícil hacer una predicción a futuro sobre cómo evolucionará el pádel en Cataluña, porque el crecimiento en todos los aspectos es cada día superior al anterior”, añade Nogueras.

Mientras arde la polémica entre la Federación Internacional y el World Pádel Tour (WPT) por la gestión del circuito profesional, la competición no se detiene. La élite del pádel mundial ha unido a Miami, Amsterdam y Estocolmo con Reus. La capital de la comarca del Baix Camp acogió el primer torneo oficial de la temporada 2022 en Europa, el Estrella Damm Reus Costa Daurada Open.

“Quedan muy pocas personas que todavía no hayan cogido la pala, únicamente necesitan un incentivo para hacerlo”, pensó Josep Cuerba, concejal de deportes del Ayuntamiento de Reus, una vez se confirmó la noticia. Para involucrar al máximo número de personas en el evento se creó el Open Reus Pro Pádel. O lo que es lo mismo, una serie de torneos semanales organizados conjuntamente con los clubes de la ciudad en los que podía participar cualquier reusense, tuviese más o menos nivel, fuera hombre o mujer, niño o adulto. Incluso se habilitaron pistas para personas con diversidad funcional. El objetivo era claro: todo Reus al pádel.

El volumen de practicantes no es equivalente a la repercusión mediática del deporte. La popularidad del pádel crece de forma anómala. Es la práctica del juego a nivel amateur la que está provocando el auge en los medios, con un share televisivo del 2% y creciendo. Según la Encuesta de Hábitos Deportivos en España 2020, realizada por el Ministerio de Cultura y Deporte, el pádel ya es el deporte de raqueta más practicado en España y hasta un 80,8% afirman practicarlo como mínimo una vez al mes como deporte complementario al fútbol, el ciclismo, la natación o la halterofilia.

Visto desde televisión, en una pista profesional, la arena es prácticamente imperceptible. Sin embargo, la realidad es que sin ella no habría juego. Esta arena es la que cimienta toda la tarima, la que evita que se deteriore y la que prolonga la vida de la pista. Cada grano de arena cuenta. Igual que cada nuevo jugador.

A diferencia de otros deportes, en el pádel el nivel de juego o la edad no suponen un hándicap de entrada. Esto, sumado al incentivo competitivo de poder ir escalando puntos en un ranking oficial que permite competir cada vez con mejores jugadores, supone un estímulo potentísimo y generan del pádel un cóctel que causa cierta adicción.

Esta temporada Cataluña cerrará el círculo y propiciará el saque de apertura hacia el siguiente. La primera prueba del circuito profesional en suelo europeo de 2022 fue en Reus y la última será en Barcelona entre el 15 y 18 de diciembre. Hasta entonces, miles de pistas en toda Cataluña serán ocupadas a diario por hombres y mujeres de toda condición, dejando una huella en la arena de cada una de ellas. Porque el pádel ya es más que una realidad en suelo catalán.

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