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El Festival de Pedralbes celebra 10 años con una lluvia de estrellas

Su director se muestra seguro de organizarlo el año próximo y de solventar para esta edición problemas de espacio y aforo que definió como “flecos”

Festival Jardins de Pedralbes
Publico asistente a uno de los conciertos de la edición de 2019, la última antes de la pandemia, del Festival de Pedralbes.

Ante la adversidad y la incertidumbre, optimismo y arrojo. Estas son las claves que parecen articular el ímpetu de Martin Pérez, director de Concert Studio, empresa que organiza un Festival de Pedralbes que este año celebra su décima edición. A los inconvenientes de la pandemia con su rosario de cancelacione (la empresa ha realizado menos de 50 conciertos de los 250 que tenía programados) se ha sumado el cambio de criterios en lo tocante al uso del recinto y a la competencia de otra empresa que podría aspirar a organizar el festival el próximo año. Ante estos hechos, que Martín Pérez reconoció le habían dejado cansado y, peor aún, “desalentado, ya que se encaja peor aquello que no se comprende”, la respuesta ha sido un cartel que suma artistas que estaban previstos en las dos ediciones anteriores y que alcanza 34 conciertos protagonizados por nombres tan populares como los de Patti Smith, Raphael, Paul Anka (único concierto en España), Gilberto Gil, Jehtro Tull, Nile Rodgers & Chic, Tom Jones, Pablo Alborán, Diana Krall, Kool & The Gang, Ben Harper, Madness, Diego el Cigala o Els Amics de les Arts, entre otros. Las entradas, unas 97.800 en total, de las cuales ya se vendieron en los dos años previos unas 30.000 que el público se ha guardado hasta poderlas utilizar, se pondrán a la venta este viernes. Las fechas del festival se distribuyen entre el 7 de junio y el 24 de julio.

Lo que aún queda por definir es la forma que tendrá el festival, a cuyo público Martín Pérez prefiere calificar como “clientes”. Hasta ahora el festival ha ofrecido dos perfiles de consumo, el de quienes asisten al concierto principal y usan complementariamente el village con su oferta de restauración y aquellos que solo asisten al village y oyen de fondo el concierto principal sin tener acceso a él, limitándose así a la oferta del escenario secundario. Este segmento supone un 14% del público total del festival, que para tal efecto precisa desplegar su infraestructura en las ocho hectáreas que hasta ahora podía utilizar de común acuerdo, señaló Martín Pérez, con el servicio municipal de Parques y Jardines.

Martín Pérez, responsable del Festival Jardins de Pedralbes, en una imagen de archivo.
Martín Pérez, responsable del Festival Jardins de Pedralbes, en una imagen de archivo.CONSUELO BAUTISTA

Con el cambio de criterios de uso del recinto, que según Martín Pérez reduciría el espacio del festival a 0,4 hectáreas (y que también impediría la doble disposición con o sin sillas del escenario principal, lo que reduciría el aforo del mismo), “nuestros clientes perderían la comodidad, singularidad y habitabilidad que hasta ahora les hemos ofrecido”, lamentó. A pesar de todo, Martín Pérez se mostró convencido de que en breve se podrán solventar estas limitaciones mediante unas conversaciones que ha de tener con el Ayuntamiento.

De cara a la onceava edición, Martín Pérez se mostró seguro de hacerla, “ya que tengo firmado un contrato con la Generalitat por los próximos cinco años, y la Generalitat es una institución seria”, afirmó. Más adelante, se mostró sorprendido por las circunstancias que han marcado la edición de este año “en la que un abogado que no declaró a qué empresa representaba quiso aparentemente licitar por la organización del festival no dando finalmente más señales de vida, lo que nos ha permitido continuar, ya que perder el festival sin competidor hubiese sido gravísimo”, ironizó.

Es conocido que Clippers, empresa organizadora, entre otros, del festival de Cap Roig, ha mostrado su interés por el festival de Pedralbes y no ha descartado competir por él en 2023. Aún con todo, Martín Pérez se mostró convencido de que su proyecto es el más adecuado y que acabará solventando lo que él calificó como “flecos pendientes” relativos al uso del espacio y limitaciones de aforo. Por lo demás, el festival tiene este año un presupuesto de cerca de cuatro millones de euros, de los cuales más de un 70% se cubren por la venta de entradas y 23 % patrocinios, siendo testimonial el importe de subvenciones (0,4%). Lo anómalo de esta temporada, en la que la oferta musical es absolutamente disparatada por su descomunal volumen, no se percibe como un problema: “Nuestro festival tiene fuerza por sí mismo”, aseguró su director, “es como ir al restaurante de siempre con un amigo y una vez allí elegir qué comes. Tenemos un público fiel”, concluyó, no olvidando avisar a los compradores: “Por favor, no atiendan a las ofertas fraudulentas de Viagogo a través de la red, ya que venden las entradas más caras que nosotros”.

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