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ópera
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La belleza absoluta de ‘Pelléas et Mélisande’ se adueña del Liceo

Josep Pons y Àlex Ollé firman un fascinante montaje de la genial ópera de Claude Debussy con un reparto de cantantes sin fisuras

Pelleas et Melisande Liceu Barcelona
Una escena de 'Pelléas et Mélisande' en el Teatre del Liceu de Barcelona.David Ruano (Teatre del Liceu)

El regreso de Pelléas et Mélisande en el mejor montaje que se ha visto en el Gran Teatro del Liceo en muchos años -la dirección musical de Josep Pons es tan fascinante como la onírica puesta en escena de Àlex Ollé- es un éxito artístico de primer orden solo empañado por los pobres resultados en taquilla. La genial ópera de Claude Debussy, basada en el drama homónimo de Maurice Maeterlinck, es una obra de culto que marca un punto y aparte en la moderna historia del género operístico. No es de fácil acceso, y eso explica tanto la floja asistencia como la fuga de espectadores tras el primer acto-, pero cuando conectas con su enigmática y poética belleza, descubres un nuevo mundo expresivo de inmensa riqueza.

Aunque la huella de Parsifal planea en muchos momentos, Debussy se aleja de la estética wagneriana y abre nuevas perspectivas tanto en el tratamiento vocal -una declamación cantada sujeta a las inflexiones de la lengua francesa y al servicio de la poética simbolista de Maeterlinck- como en el protagonismo de una orquesta de refinados matices, colores y latidos rítmicos

Es un ópera de belleza absoluta que no se parece a ninguna otra -austera en la forma, exuberante en su caudal poético y musical- y no admite medianías, ni en el foso ni en la orquesta y el equipo vocal. Ante semejante reto, la orquesta del Liceo da la talla bajo la transparente, limpia y precisa dirección de Pons, al frente de una orquesta concentrada y detallista. Al éxito contribuye un elenco vocal de lujo, con la soprano Julie Fuchs, el tenor Stanislas de Barbeyrac y el barítono Simon Keenlyside otorgando carisma y expresividad al triángulo amoroso formado por Mélisande, Pelléas y su celoso hermanastro Golaud.

La puesta en escena de Ollé es imponente. Se trata de una revisión de la producción que estrenó en 2015 en la Semperoper de Dresde y refuerza la dimensión onírica de la ópera. Hay escenas de estética afín al universo cinematográfico de David Lynch en la atmósfera oscura y el erotismo latente de una historia de amor y muerte que Ollé narra en un espacio escénico que exalta el carácter simbólico de la ópera.

La escenografía de Alfons Flores es una obra de arte: una caja gigantesca sobre una plataforma giratoria que muta su aspecto, tan pronto muro impenetrable como mansión cuyas habitaciones se van iluminando -gran trabajo de Marco Filibeck y Lluc Castells en el diseño de luces y vestuario- en rápidos cambios de escena.

Los personajes se mueven continuamente, entre aguas gélidas y un bosque amenazador, como una tela de araña en la que Mélisande queda atrapada por su perseguidor, un Golaud violento y maltratador, cegado por los celos, que el barítono Simon Keenlyside perfila con imponente presencia escénica. Cuando Golaud mata de dos disparos a Pelléas, Ollé detiene la música. La madre descubre el cadáver y ordena que los sirvientes se lo lleven: el silencio, roto por el chapoteo del agua y el dolor mudo se adueñan del escenario. Un momentazo teatral.

Julie Fuchs triunfa en su primera Mélisande, de pureza vocal y exquisita dicción, suave e intensa cuando la tensión poética revela su agitación interna. Irradia luz, carisma y belleza. A su lado, el tenor Stanislav de Barbeyrac se deja guiar por la musicalidad que respira el texto y la carga poética que irradia la música.

La mezzosoprano Sarah Connolly y el bajo Franz-Josef Selig otorgan carácter y emoción a Geneviève y Arkel con notabilísimos medios vocales. Completan con acierto un reparto sin fisuras la soprano Ruth González, en el difícil papel del pequeño y maltratado Yniold, y el bajo Stefano Palatchi como médico.

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