La jueza ordena prisión provisional para el pistolero de Tarragona mientras sigue en el hospital
Marin Eugen Sabau, que sigue inconsciente, culpaba a la empresa “de todos sus males” y mostró nulo “respeto por la vida humana”, señala el auto
La jueza que investiga el tiroteo a manos de un vigilante de seguridad ocurrido el martes en Tarragona, que dejó cuatro heridos, ha ordenado su ingreso en prisión provisional sin fianza. El pistolero, Marin Eugen Sabau, de 45 años, deberá cumplir por ahora la medida en el hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona, donde permanece ingresado e insconsciente después de atrincherarse en una masía y resultar herido de gravedad en un intercambio de disparos con los Grupos Especiales de Intervención (GEI), una unidad de élite de los Mossos d’Esquadra. La jueza ha ordenado a la policía autonómica que “establezca las medidas de vigilancia necesarias para el cumplimiento de la medida en el hospital”. Cuando obtenga el alta médica, será trasladado de inmediato a la cárcel de Tarragona.
El auto de prisión, al que ha accedido EL PAÍS, arroja nuevos detalles sobre la jornada de furia en la que Eugin -nombre con el que era conocido por su entorno- quiso, presuntamente, vengarse de sus jefes. A las 11.17 horas del 14 de diciembre, irrumpió en las oficinas de la empresa Securitas en la plaza del general Prim, en pleno centro de Tarragona. Había encadenado una baja laboral de larga duración y las relaciones con la empresa eran difíciles. “Tras discutir con uno de sus jefes”, reza el auto, el pistolero “acabó disparando a tres de los trabajadores de la empresa”, que permanecen hospitalizados en estado grave: el gerente José Manuel M., el inspector Juan Jesús H. y la jefa de servicio Luisa R.
El hombre abandonó Securitas a gran velocidad y se dio a la fuga, armado, al volante de un Citroën Xsara de color gris. La policía autonómica activó el dispositivo Gàbia (Jaula) para apresarle lo antes posible. En un momento de la huida, Eugin “se encontró con un indicativo de paisano que estaba realizando un control en la rotonda Mas Pujol” y “abrió fuego contra la dotación policial con un arma de fuego larga”, relata la titular del juzgado de instrucción número 5 de Tarragona, Sònia Zapater. Hirió en el brazo a un agente, que tuvo que ser trasladado en helicóptero y ejerce la acusación particular con el abogado José Antonio Bitos, del sindicato de Mossos USPAC.
Una hora después, un vecino de Riudoms (Tarragona) alertó de que había visto “un individuo sospechoso en una masía abandonada” de ese municipio. Era Eugin, que según comprobaron los agentes “llevaba chaleco antibalas y estaba en actitud de espera con un arma larga que llevaba mira telescópica”. Tras el fracaso de las negociaciones promovidas por la policía, alrededor de las 16.30 horas el vigilante de seguridad “empezó a disparar contra los agentes”, que respondieron a la agresión. El hombre acabó con diversas heridas de arma de fuego.
La policía autonómica ha puesto a disposición de la jueza un correo electrónico enviado por Eugin en el que “hace constar los agravios laborales a los que manifiesta haberse sometido”. En el correo “indica las personas responsables” de esas afrentas y menciona además que dispone de armas de fuego de las que adjunta fotografías. En el texto se acusaba a la empresa de conductas racistas, según fuentes de la investigación. Pese a las amenazas, nadie activó ninguna alerta en la empresa de seguridad.
Eugin era un amante de las armas. Desde hacía 15 años frecuentaba un club de tiro y, además, era titular de una licencia para poseer hasta seis armas de fuego. Aun así, la jueza le atribuye -además de los delitos de homicidio en grado de tentativa y atentado- un delito de tenencia ilícita de armas.
La magistrada Zapater ordena la prisión provisional por riesgo de fuga -“parece ser que actualmente carece de trabajo, y no consta que tenga familiares a su cargo”- y por riesgo de reiteración delictiva: Eugin, añade el auto, carece de “respeto por la vida humana” ya que disparó contra compañeros de trabajo y también abrió fuego contra agentes de los Mossos. Nada indica que no pueda volver a agredir a sus víctimas, porque eran “su objetivo premeditado” y las personas a las que consideraba “la causa de todos sus males”. Tal como marca la ley, dada la hospitalización del investigado, la jueza ha convocado a las partes (fiscalía y defensa) a una audiencia, el lunes, sobre la prisión provisional.
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