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La Fundación Brossa inaugura la nueva etapa en medio de las críticas

Los artistas reivindican un concurso público de dirección y más transparencia en la gestión, mientras que el presidente, Vicenç Altaió, asegura apostar por un modelo innovador y radical

Fundacion Brossa
El nuevo Espai Joan Brossa en la calle Seca 2, cuando abrió en 2019.Carles Ribas

Justo unas horas antes de que la Fundación Brossa reabra sus puertas este jueves renovada en cuerpo y espíritu, la Plataforma Asamblearia de Artistas de Cataluña (PAAC) ha decidido dar voz al malestar y las críticas cada vez más insistentes hacia la gestión y contratación de la institución. “Desde hace meses recibimos quejas por parte de los artistas. En junio de cara a la restructuración de la Fundación, tuvimos una reunión con su presidente Vicenç Altaió y otros miembros de la directiva para trasladarles nuestra preocupación por la opacidad de la gestión y pedirles que convocaran un concurso para la dirección”, explica Montserrat Moliner, presidenta de la PAAC. Pese a que ambas partes creyeron haberse entendido, finalmente no fue así y la PAAC vuelve a formular las mismas peticiones, esta vez públicamente. Sin embargo, no lo hace con un comunicado como es habitual, sino con una campaña de memes.

“Es una forma mucho más eficaz de llegar a la sociedad. Por ello lanzamos una convocatoria para artistas encargados de apoyar la junta en temas de difusión, de una forma más creativa y eficiente. Los memes de este año son de Choy Archischa, un colectivo anónimo que se dedica a denunciar a través de la red injusticias laborales en el mundo del arte”, explica Moliner, adelantando que los memes no serán todo. “La PAAC está redactando un comunicado más amplio sobre la crisis de las fundaciones, en especial modo las que reciben cuantiosas financiaciones públicas, empezando por la Tàpies que prometió celebrar un concurso, pero sigue sin convocarlo o la Miró, que se rescató con dinero público sin investigar cómo y por qué se llegó a tal agujero”, añade.

Dos de los memes creados por la PAAC para protestar por la gestión en la nueva Fundación Joan Brossa.
Dos de los memes creados por la PAAC para protestar por la gestión en la nueva Fundación Joan Brossa.

Vicenç Altaió, presidente del patronato de la Fundación Brossa, que tras seis meses de cierre para acometer la reforma del edificio, empieza este jueves su nueva etapa con el nombre de Centre de les Artes Lliures, se declara asombrado por las críticas. No descarta celebrar un concurso, pero solo si en un par de años fuese necesario. “Apostamos por un modelo innovador y radical, sin estructura piramidal, con una dirección transversal, interdisciplinar e intergeneracional, donde las decisiones se toman de forma colectiva y no se hace distinción entre la elaboración de contenidos y su gestión”, indica Altaió, interrumpiendo el intenso ajetreo que precede la inauguración. Se refiere a la dirección colegiada formada por Marc Chornet, director de Artes en vivo, María Canelles, directora de Artes visuales y Sheila Eroles, directora de Producción, todos elegidos por el Centro de Estudios Joan Brossa.

Según Altaió su funcionamiento se inspira directamente en el pensamiento transgresor y avanzado a sus tiempos de Joan Brossa (Barcelona, 1919-1998) poeta, artista visual y autor teatral, que practicó la transdisciplinariedad y la hibridación entre las artes mucho antes de que estas palabras fueran acuñadas. Por eso el espacio dedicado a las artes plásticas y el Escenario Brossa, consagrado al teatro de vanguardia, se unen en el Centro de Artes Libres, que ocupa los espacios de la Seca, la antigua Casa de la Moneda, cedidos por 10 años y reestructurados con un coste de 300.000 euros por el Ayuntamiento. Y aquí empiezan los problemas, porque aunque se trata de una fundación privada (“con vocación de servicio público”, asegura Altaió), recibe una importante financiación pública, alrededor del 80% del presupuesto general.

“Dirección colegiada o no, los miembros están nombrados a dedo. Tenemos todo el derecho a reivindicar un concurso y más transparencia en la gestión y la contratación de los técnicos, tal como indica el Código de Buenas Prácticas consensuado por el sector”, continúa Moliner.

Según la PAAC, el sector de las artes visuales queda desprotegido, como se demostró durante la producción de una de las propuestas inaugurales El Gantxo de Lola Lasurt, artista conocida por proyectos políticos y reivindicativos que rescatan episodios del pasado enlazándolos con el presente. “Mi proyecto estaba comisariado por Judit Barnés, que tras coger la baja maternal no volvió, así que yo me encontré completamente abandonada. Canelles apareció por primera vez el día del montaje, solo para discutir temas de créditos”, lamenta Lasurt. En cambio, el escultor David Bestué, que firma del montaje de La Serp Viva, la exposición permanente dedicada a Brossa, no tuvo los mismos problemas“porque cerró todos los temas de producción, antes de que Barnés se fuera”, indica

Altaió por su parte no parece preocupado por la joven edad y la falta de trayectoria de Canelles, al contrario, las considera unas ventajas. “En 1982 cuando el Espai 10 de la recién inaugurada Fundación Joan Miró me fichó como comisario, junto a Gloria Picazo y Rosa Queralt, nosotros también éramos jóvenes e inexpertos”, asegura Altaió

El Gantxo, una colaboración de Brossa y Mestre Quadreny que nunca se estrenó en España, trata del fracaso del sistema de representación y de nuestra incapacidad para organizarnos social y políticamente”, explica la artista, miembro de la junta de la PAAC. El proyecto de Lasurt forma parte de PostBrossa, una serie de producciones de relectura del poeta, que debían de enlazarse una con otra. Lasurt tomó el testigo de El Ganivet de Laia Estruch, pero por el momento no hay otro proyecto en previsión. Tal como escribió Brossa “El poema siguiente, ahora comenzará”, a ver cómo continúa…

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