El rechazo de los maquinistas al traspaso de Rodalies enquista la huelga
Los trabajadores alegan que la maniobra les deja “secuestrados” por la Generalitat
Las negociaciones para el traspaso de Rodalies a Cataluña y la Comunidad Valenciana ha enconado en estas dos comunidades la huelga que mantienen los maquinistas de Renfe, convocada en toda España pero que está provocando las mayores afectaciones en estos territorios. El sindicato convocante, Semaf, admite que esta es una de las reivindicaciones, y rechaza el traspaso a las comunidades para no quedar “secuestrados” laboralmente. Este viernes, en el segundo día consecutivo de paros, se vivió en la red de Rodalies catalana un importante colapso por la falta de maquinistas que, según Renfe, no respetaron los servicios mínimos de un 85%. La huelga obligó a operar con menos de la mitad de los trenes.
El incumplimiento de los servicios mínimos motivó la apertura, por parte de la empresa, de expedientes disciplinarios contra los empleados que no se presentaron a trabajar. Se les atribuye una falta muy grave, que contempla desde inhabilitaciones por empleo y sueldo hasta un posible despido. La falta de maquinistas hace imposible tener personal suficiente para poder dar cobertura a todos los convoyes. En Cataluña, hasta las siete y media de la mañana solo se había podido activar el 47% de los trenes previstos, informó Renfe. Una hora más tarde, en pleno pico de demanda matinal, apenas operaba un 42% de los servicios programados. El número de trenes cancelados ascendía a más de 100. A mediodía, eran más de 200, y Rodalies operaba al 39% de lo que habían fijado los servicios mínimos.
Todo ello conllevó retrasos generalizados en todas las líneas. “Pedimos disculpas a todos los ciudadanos por las molestias que está causando esta huelga”, manifestó Mayte Castillo, directora de Rodalies Cataluña. La empresa mantiene que, cumpliendo con los requisitos formales, había enviado las órdenes a los maquinistas para que cubrieran los servicios mínimos. La dirección de Renfe alude a una estrategia de incomparecencia voluntaria por parte de sus empleados, como medida de presión para que se atiendan sus reivindicaciones. “Apelamos a su responsabilidad”, ruega Castillo.
Pese a no haber ningún expediente de regulación de empleo en marcha ni tampoco reclamaciones salariales, las diferencias entre compañía y maquinistas están lejos de solventarse, y Semaf ha anunciado que la huelga se alargará durante varias jornadas de las dos próximas semanas. La ministra de Transportes y Movilidad, Raquel Sánchez, ha admitido que la situación “preocupa”. Diego Martín, portavoz de Semaf, explica que la protesta pide garantizar el restablecimiento de todos los servicios que se prestaban antes de la pandemia, para evitar que la empresa pueda ampararse en una reducción de servicios como excusa para encoger su plantilla. Además, Semaf alerta sobre la necesidad de un plan de choque para incorporar nuevos maquinistas, a fin de que se puedan compensar bajas y jubilaciones. Renfe sostiene que tiene un plan de formación en marcha para sumar 900 profesionales en toda España.
Pero, según la Generalitat, detrás de esta huelga está el rechazo al plan de traspaso de Rodalies, una larga reivindicación del Govern y que incluiría a la flota de trenes y al personal, incluidos los maquinistas. El departamento de Territorio manifiesta que están puestas las bases para que el traspaso sea una realidad en 2022, siempre que se cuente con luz verde del ministerio. La administración catalana deslegitima que el cambio competencial sea un motivo sólido para el paro de los maquinistas, y afirma que en ningún caso se produciría un menoscabo de sus condiciones de trabajo.
Martín alega que si hay más caos en las vías valencianas y catalanas es por culpa de Renfe, y no porque los maquinistas hayan optado por no cumplir con los servicios mínimos en estas comunidades en las que se está negociando el traspaso. “Es un problema de mala planificación de Renfe, todo empleado que ha recibido la notificación de servicios mínimos, ha ido a trabajar”, asegura. Aunque admite que el rechazo a ello es uno de los motivos de la huelga. De los 1.000 maquinistas que hay empleados en Renfe en Cataluña, “entre el 80% y el 90% son de fuera de la comunidad”, indica. “Estos trabajadores no se quieren pasar su vida laboral secuestrados en Cataluña, y Renfe es la única empresa que puede garantizar su libre movilidad laboral”, abunda. Ricard Font, secretario de Territorio y Movilidad de la Generalitat, defiende que el traspaso no mermaría las condiciones laborales ni impediría los traslados.
Según Carlos Pellejero, secretario general de servicios a la ciudadanía del sindicato CCOO, “la transmisión de unidades productivas es algo regulado y que sucede regularmente, tanto en el ámbito público como en el privado”. Apunta que, cuando se da un traspaso de plantilla a un nuevo empleador, “procede la subrogación en las mismas condiciones laborales”. Pellejero señala que, en un supuesto como el que enfronta a Renfe con sus maquinistas, “debe de haber trabajadores para los que tener la posibilidad de trabajar en toda España sea una oportunidad, mientras que para otros será una maldición, por miedo a que los trasladen”.
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