Familiares en las residencias: “Los trabajadores deben vacunarse obligatoriamente”
Una usuaria de un hogar de ancianos con un brote de covid pide la máxima protección entre los empleados para minimizar los contagios
El verano de María Vilaseca no ha sido el deseado. Su abuela falleció a principios de agosto a los 97 años en la residencia Torrefort de Sant Joan les Fonts (Garrotxa), que actualmente sufre un brote de covid que ha comportado 21 positivos entre trabajadores y residentes y siete víctimas mortales. Al cabo de pocos días también murió su madre Anna, a los 69. “Le detectaron un cáncer en noviembre”, explica. “Han sido unas semanas complicadas”.
Vilaseca, educadora infantil de 37 años, no pudo visitar en los últimos meses a su abuela en la residencia, Su madre, enferma, era una persona de riesgo, y no era conveniente asumir riesgos sociales para evitar un contagio de covid que pudiera acabar afectar aún más a Anna.
La única forma de comunicarse con la anciana era a través de videollamadas, pero Vilaseca admite que su abuela necesitaba otro tipo de contacto. “Los protocolos impedían los abrazos, los besos”, lamenta, “y aquello era lo que necesitaba. A través de la pantalla no nos conocía”. La educadora infantil dice que entiende las restricciones en los hogares de ancianos por la dureza de la pandemia, pero a su vez reclama responsabilidad a sus trabajadores. “Todos los profesionales que tratan con personas de riesgo deberían estar vacunados obligatoriamente”, defiende. “Respeto la decisión individual de cada empleado, por no la comparto. La vacuna es una necesidad para todos”, argumenta.
La Generalitat se abre a plantear que la vacuna sea obligatoria entre los sanitarios
Su abuela falleció poco antes de que la residencia detectara un brote por covid, cuyo origen es una trabajadora, según confirmó ayer la directora general de Autonomía Personal y Discapacidad del Departamento de Derechos Sociales de la Generalitat, Montserrat Vilella. En este hogar de ancianos, uno de cada cinco profesionales no está vacunado, según fuentes del Govern. “En principio no nos han dicho que el motivo del deceso de mi abuela sea la covid, pero si todo el mundo estuviera protegido, quizás habría menos brotes”, argumenta, a la vez que rechaza emprender acciones legales contra la residencia.
La directora general de Autonomía Personal y Discapacidad, en declaraciones a Rac-1, defendió ayer el planteamiento de Vilaseca. “Desde el Departamento pensamos que sería muy interesante que se pudiera llevar la propuesta de hacer la vacunación obligatoria entre el personal de las residencias”, aseguró.
Vilaseca afronta ahora unas semanas de reflexión. En julio pidió la excedencia en su trabajo para cuidar a su madre, pero ahora lo dedicará a “rehacerse y arreglarse”. Sus hijas de 11 y 4 años también llenarán sus horas. Más adelante, espera regresar a la guardería. “Quizás sin la covid”, sonríe.
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