Las vacunas: más beneficios que riesgos
Hay que acelerar la campaña de administración. Cada día que pasa sin inocular, se ralentiza la salida de la pandemia de covid y permite que el virus siga causando muchas muertes
Los cambios en los planes de vacunación, así como las modificaciones de la edad a la que hay que administrar las vacunas, están generando dudas y pueden producir reticencias en algunas personas. La detección de algunos casos de trombosis de senos venosos cerebrales en personas que habían recibido pocos días antes la vacuna de AstraZeneca hizo que las agencias reguladoras del medicamento emitieran una señal de alerta que obligó a estudiar en profundidad estos casos. Ahora ya sabemos la probable patogénesis por la que se produce esta reacción adversa, que aunque es extremadamente rara, se ha demostrado que está asociada con esta vacuna. Hace pocos días surgió la misma señal con la vacuna de Janssen, aunque en este caso aún se está estudiando si existe o no asociación. Todo ello ha condicionado diferencias de criterios y estrategias según los países, muchas veces condicionados por razones más políticas que científicas, lo cual no ayuda en absoluto a progresar de forma adecuada y rápida en los planes de vacunación. Es normal que la gente se preocupe, pero hay que poner estos datos en su justo contexto.
Los pinchazos en las residencias han reducido un 97% las hospitalizaciones y un 98% los decesos
A fecha de 4 de abril, se habían vacunado en Europa 34 millones de personas con AstraZeneca y se habían notificado 169 casos de trombosis de senos venosos cerebrales, lo que representa una incidencia de 5 casos por millón de personas vacunadas, o lo que es lo mismo 0,0005 casos por cada 100 personas vacunadas. En el caso de la vacuna de Janssen se han producido 6 casos de este tipo de trombosis entre las casi siete millones de personas que han recibido la vacuna en Estados Unidos, una incidencia de 1 caso por millón, cifra similar a la observada en población general no vacunada. Es decir, un porcentaje incluso mucho menor (0,00009 casos por cada 100 vacunados).
A la vista de estos datos podemos afirmar con total seguridad que los beneficios de la vacunación superan, y mucho, los riesgos. La pandemia ha causado ya más de 3 millones de muertes en todo el mundo y el número de contagios supera los 140 millones. En España se han confirmado ya más de 3,4 millones de casos, con 77.102 muertes por esta causa.
¿Cuántas hospitalizaciones y muertes han evitado hasta ahora las vacunas en España? Se acaban de presentar en un estudio prepublicado y liderado por Carmen Cabezas, subdirectora general de Promoción de la Salud de la Generalitat de Catalunya, los primeros resultados de la efectividad del programa de vacunación en algunos de los grupos de población de mayor riesgo: las personas que residen en centros geriátricos y los profesionales sanitarios. La mortalidad por coronavirus en las residencias geriátricas es, sin duda, uno de los episodios más trágicos de la pandemia. Afortunadamente, desde hace unas semanas, las hospitalizaciones y muertes por covid-19 en residencias se han reducido prácticamente a cero gracias a la vacunación.
La inmunización ha mostrado una reducción de infecciones en el personal sanitario del 94%
Desde el 27 de diciembre de 2020 al 5 de marzo de 2021 se había vacunado al 92,7% de residentes en centros geriátricos con al menos una dosis y al 75,8% de sus cuidadores. El impacto de la vacunación en los primeros dos meses del programa ha sido enorme, con una reducción del 97% de hospitalizaciones y del 98% de muertes. La vacunación ha mostrado también una reducción de infecciones en el personal sanitario del 94%.
Este estudio, el primero en España sobre el impacto del programa de vacunación en la vida real, no deja lugar a dudas. Hay que acelerar la campaña. Cada día que pasa sin vacunar, cada vacuna que se demora, ralentiza la salida de la pandemia y permite que el virus siga causando muertes. Evidentemente, hay que estudiar los efectos secundarios que puedan producir las vacunas. Pero los beneficios de las vacunas superan, y mucho, sus posibles riesgos.
Magda Campins es jefa del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Vall d’Hebron en Barcelona.
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