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Frederic Amat, CaboSanRoque y La Veronal ‘bailan’ en el Lliure

El pintor proyecta sus dibujos en el suelo del escenario de ‘RRR’

Un momento de 'RRR' en el Lliure.
Un momento de 'RRR' en el Lliure.

Hermosa, elegante, sofisticada y original resulta RRR, una pieza nacida de la interrelación entre el pintor y escenógrafo Frederic Amat, la música de CaboSanRoque y el baile de Jon López, de la compañía de danza contemporánea La Veronal. Es una obra de corte abstracto que traza un intenso diálogo entre la pintura, la música y la danza. Una pequeña obra de arte que apasiona al espectador por su pulcra ejecución y su belleza estética, que se ha presentado en el acogedor espacio escénico del Teatre Lliure de Gràcia.

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Frederic Amat realiza desde su mesa de trabajo infinidad de dibujos en tinta negra, rectos, curvos y retorcidos, que se proyectan en el gran lienzo blanco del suelo del escenario y encierran miles de significados, como si fuera una hipnótica partitura musical que se dibuja a gran velocidad. El color blanco y el negro son los únicos protagonistas de la pieza. Son dibujos que se realizan al compás de las notas del árido, no exento de belleza, pasaje sonoro ideado por CaboSanRoque, interpretado por Laia Torrents y Roger Aixut.

Esta forma de trabajo de Amat ya se pudo apreciar en el espectáculo inaugural de la pasada edición del Grec, titulado, A tocar!, del Baró d’Evel junto a otros artistas.

La coreografía que Marcos Morau, director de La Veronal, ha ideado para su magnífico bailarín, Jon López, es un baile fluido, versátil en el gesto y con una pátina felina muy acorde con las posibilidades del dúctil intérprete. Su cuerpo elegante o retorcido interpreta el tenaz y contundente trazo de los dibujos de Amat. Al principio de RRR, cuyo sonido vibrante de la letra r es constante en la partitura musical, el bailarín inicia un sinuoso baile con una vara con cabeza de serpiente. Sus paseos sobre los dibujos del pintor despliegan múltiples opciones gestuales que al final derivan en un controlado y sugestivo caos. Mención especial merece la intervención de Arnau Colomo como ayudante de Amat, que se pasea en escena como portador de materiales que el pintor utiliza en sus intervenciones.


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