Maria del Mar Bonet en violeta reabre Luz de Gas
Ponsa, Budó, Borràs y Forcadell acudieron al recital de la cantante el Día Internacional de la Mujer
No es que se vea la luz al final del túnel pero, de vez en cuando, como ayer, esa luz se cuela por algún intersticio. Luz de Gas ha vuelto a programar conciertos, puntualmente y solo conciertos, nada de bailar o tomarse una copa, pero ya es más de lo que teníamos. Durante un año las puertas han estado cerradas y no por falta de ganas, ni de sus responsables ni de su público. Volver ayer, en el festival Som aquí, veus contra la violència masclista, con el concierto de Maria del Mar Bonet, después de tantos meses, pasando por el oscuro pasadizo que lleva desde la calle de Muntaner, ha sido realmente emocionante pero está lejos de la normalidad. Las ocho de la tarde no son una hora normal, el enmascaramiento generalizado tampoco y la poca asistencia obligada a un concierto que merecería aglomeraciones, aún menos.
Luz de Gas ha vuelto a abrir aunque solo haya sido para doscientas personas, con las barras cerradas y acabando apresuradamente antes de que el toque de queda convirtiera en ilícito y sancionable un simple acto cultural. Aunque en este caso de simple no tenía nada y no fue casual reabrir en el Día Internacional de la Mujer para reivindicar una vez más la lucha contra la violencia machista con un pequeño festival, Som Aquí.
Como en los viejos tiempos, como si nada hubiera cambiado, a la puerta del local el incombustible Fede Sardà repartía sonrisas y ánimos entre amigos y conocidos y, sobre todo, explicaba con entusiasmo nuevos proyectos. Y Gemma Recoder, la responsable de la organización, dándole las gracias a todo el mundo por asistir cuando, en buena lógica, tendría que ser al revés. Y dado que era el día de la mujer algunos rostros femeninos de nuestra política también se acercaron hasta Luz de Gas como las consejeras Angels Ponsa y Meritxell Budó y también Laura Borràs y Carme Forcadell.
En el aspecto artístico Som Aquí no pudo comenzar con mejor pie: Maria del Mar Bonet recuperando canciones de poetisas o dedicadas a la mujer de diferentes épocas y procedencias estrenando un espectáculo al que tituló como una de sus más bellas canciones: Nosaltres les dones. Y fue con esa canción, escrita en el lejano 1977 sobre un poema de la poetisa finlandesa de origen sueco Edith Södergam, con la que comenzó la velada.
La mallorquina, vestida totalmente de negro, rompió su rutina, está presentando estos días su último disco a dúo con Borja Penalva, para reencontrarse con un viejo cómplice, el pianista y acordeonista Dani Espasa, Juntos bordaron un recital repleto de sensibilidad y emoción. Bonet pasa por un gran momento vocal y Espasa le crea en cada tema un traje a medida en el que no se encuentra a faltar ningún otro instrumentista aunque Bonet utilizó la guitarra en algunas canciones.
Poetisas
Por el escenario iluminado por una suave luz violeta —en realidad la cantante había presentado su actuación como un recital de color violeta— fueron desfilando entre palabras propias las de algunas poetisas cercanas al repertorio de Bonet, de Maria Mercè Marçal a Rosalía de Castro, y quedó tiempo para algunos poemas masculinos dedicados a mujeres, sobre todo una personal y sentida versión del Homenatge a Teresa del recordado Ovidi Montllor.
Un tema dedicado a Carme Forcadell desató gritos de “¡libertad!” en la audiencia. Y Bonet acabó el recital afirmando que seguiría cantando Què volen aquesta gent mientras no vieran la libertad, dijo, “los políticos encarcelados o en el exilio”. Y el público la cantó con ella antes de que la cantante se despidiera deseándonos que pudiéramos vivir la primavera de cerca.
Un concierto redondo con el previsible final apresurado (aunque hubo bises, entre ellos, el tercero, la indispensable La Balanguera) y el rápido desalojo del local al estilo alarma de bombardeo.
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