El canto más cotizado del jilguero enjaulado
En solo dos años, en Cataluña se han decomisado del mercado negro unos 2.500 pájaros fringílidos
El furtivismo cerca al canto del jilguero (Carduelis carduelis). La captura, compraventa y exhibición de fringílidos, —aves cantoras—, jilgueros, pardillos, verderones y pinzones, está prohibida en Cataluña. Desde 2016, solo se permite la tenencia y cría en cautividad para concursos tradicionales autorizados de canto. En Cataluña, sin embargo, donde la tradición de cazarlos y los concursos se remonta a varios siglos, en dos años Agentes Rurales y Mossos d’Esquadra han decomisado unos 2.500 ejemplares del mercado negro. Desde 2015 se han tramitado 220 denuncias.
Los datos del Consejo Europeo del Censo de Aves Comunes de 2015 revelaron un declive del 67% de pardillo y del 14% de jilguero. Advirtieron que “las capturas pondrían en riesgo la futura viabilidad de las poblaciones de aves afectadas”. Y se actuó. La Comisión Europea ha requerido durante años al Gobierno estatal el cese definitivo de la caza de estas especies tras acordar que el silvestrismo —afición a la captura y cuidados en cautividad de fringílidos para adiestrarlos para el canto—, debe ser con aves nacidas y criadas en cautividad.
Según SeoBirdlife, España autorizó entre 2013 y 2018 la captura de 1.731.861 fringílidos para concursos de belleza y canto. En 2016, ante un nuevo aviso europeo, el Govern de forma pionera prohibió su captura y, del DECRETO 139/2014, que daba un período de adaptación con autorizaciones excepcionales para tener stock reproductivo de machos y hembras hasta 2018, sólo mantuvo la tenencia de aves cautivas anilladas (capturadas con autorización hasta 2016) y de aves -anilladas- nacidas en cautividad. Un buen cantor puede valer hasta 18.000 euros.
La captura de aves para adiestrarlas y participar en concursos de canto, para muchos más que afición es un modo de vida. Los llamados silvestristas, 40.000 federados, de los cuales 6.000 en la Federación Catalana de Caza (Federcat), no apoyan la normativa porque ven “inviable” su supervivencia. “Nadie ha logrado que críen en cautividad”, dice el responsable de la Federcat, Josep Vilalta. El silvestrista reclama “la captura controlada de pocas cantidades”. El jefe del Servicio de Fauna y Flora de la Generalitat, Ricard Casanovas, afirma que “solo un 10% de los federados se dedica a la cría” y que “no volverá el silvestrismo por que la cría en cautividad requiere formación, recursos y dedicación, pero es viable”.
En Cataluña, según el Cuerpo de Agentes Rurales (CAR), al año se capturaban legalmente hasta 100.000, lo que causaba un grave daño a la biodiversidad. Cinco años después de la prohibición, la lucha contra la caza furtiva y el mercado negro de estos pájaros sigue moviendo grandes cantidades de dinero. Y en muchas ocasiones, también actitudes amenazantes hacia agentes rurales, víctimas de amenazas e insultos que a veces acaban en denuncias.
De las 500 actuaciones de los Agentes Rurales en los dos últimos años destaca el hallazgo en el peaje de Martorell en agosto de 2019 de una furgoneta con 1.214 pájaros. Habían hecho 3 viajes previos con más de 4.000, valorados en 120.000 euros cazados ilegalmente en Cádiz. Se confirmó así un gran comercio ilegal entre Andalucía y Cataluña. En agosto cayó en Sabadell una organización criminal de comercio de estas aves que las vendía en mercados clandestinos de Cornellà, Terrassa, Badalona y Hospitalet.
Los Agentes Rurales han decomisado varios sistemas para atrapar a estas aves: redes abatibles, ligas —especie de varillas en cruz empapadas en cola que se ponen en las ramas de árboles y las aves quedan pegadas— o redes japonesas, una malla invisible que se pone en vertical entre dos palos para cazarlos al vuelo. Al tratar de liberarse de las trampas se enredan y acaban con lesiones en alas y plumas. La caza de fringílidos con métodos no selectivos ha acabado con miles de otras pequeñas aves, algunas protegidas.
En 2019, ante la falta de regulación aplicable a los fringílidos que subsisten en cautiverio y a los nacidos en cautividad una vez prohibida su captura, el Govern empezó a redactar un nuevo decreto, aun pendiente de aprobación. En él, se regulará la tenencia y cría para actividades tradicionales de canto, se detallará cuáles son y se regulará las transacciones para potenciar la cría para tener una población cautiva “que permita la actividad”. Asimismo, fijará un sistema para identificar a las nacidas en cautividad y controlar mejor el furtivismo. El pasado enero se pusieron otras cuatro denuncias.
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