El alma y la vida del Raval, en una ópera del Liceo
El teatro estrenará ‘La gata perduda’, una creación artística en la que participan vecinos, entidades y asociaciones del barrio
Ese gran teatro en medio de La Rambla y del barrio del Raval, tan cercano pero tan lejano: el Liceo. Buena parte de los vecinos lo ven como una institución netamente burguesa que ofrece espectáculos fuera de su alcance, y no solo económicamente hablando. Pero ahora una ópera va a tratar de acercar el barrio al teatro, y viceversa: es La gata perduda, y se estrenará para inaugurar la temporada del teatro de 2022.
Una creación en la que se está trabajando todavía, tanto en el libreto, de la dramaturga Victoria Szpunberg, como en la música, una composición de Alfons Reverté, que contará con la interpretación de alumnos del Conservatorio Superior de Música del Liceo y del Taller de Músics. Será la primera ópera comunitaria que se estrenará dentro del proyecto del Liceo Ópera prima.
“Esa imagen de estar conceptualmente muy lejos también la tenía yo que viví a 200 metros del Liceo hasta la adolescencia”, resumía Salvador Alemany, presidente del teatro. Lo que busca la ópera comunitaria que combina a los profesionales del teatro y de la ópera con entidades y vecinos del Raval es acortar esa distancia. “Es un proyecto con una clara voluntad de inclusión social, que conecte con el barrio y también un proceso de la propia transformación del teatro”, añadía el director del Liceo, Valentí Oviedo.
Cincuenta entidades y asociaciones del barrio ya se han involucrado en la creación operística y su participación es a diferentes niveles. Tan dispares en sus actividades como la Fundación Tot Raval, que quiere que la ópera muestre la complejidad del barrio en el que conviven 50.000 personas con 40 lenguas diferentes; el Lloc de la Dona, una entidad que trabaja en la formación y programas de prostitutas y que colaborará con el vestuario de la ópera; Xamfrà, un centro de música y escena del Raval que aportará música al montaje; la entidad Top Manta, la Asociación Carabutsí —”el Raval es rumba y la rumba es el Raval”, afirmaba Sam, uno de sus impulsores— o el Coro filipino Kudayapi, que ha servido de inspiración de uno de los cinco personajes principales de la ópera. Instituciones culturales como la Escola Massana, o centros como el Macba también han sido enrolados en la experiencia.
El proyecto arrancó en 2018 con decenas de entrevistas de la autora del libreto con entidades del barrio y vecinos: “Es complicado porque se trataba de buscar un encuentro entre un barrio muy ecléctico con un género muy tradicional y pautado como es la ópera. Lo que intentaba era una inmersión para pensar en la trama, sus paisajes y personajes“, resumió la autora del libreto que ha trabajado muy de cerca con el coro de mujeres africanas de Ca la Dona, la librería El Local y la comunidad filipina.
Sin querer avanzar la trama de La gata perduda, su autora explica que la historia gira en torno a un inesperado suceso que tiene proyección fuera del barrio y también de las fronteras.
Un argumento, con misterio y fantasía pero anclado en nuestro tiempo, que huirá de los clichés típicos del Raval pero que tampoco obviará la realidad de un barrio complejo socialmente. Szpunberg dice que todavía no han determinado si el final de la ópera será dramático —algo habitual en los libretos operísticos clásicos— o todo lo contrario: “Lo estamos discutiendo”.
Musicalmente, la ópera estará dividida en dos actos y durará una hora y 45 minutos. Tordera, el creador de la partitura, explicó que los personajes principales —cantantes profesionales— se corresponden a los que se plantean en las óperas y que, en esta ocasión, se complementarán con la diversidad musical del barrio. “Habrá una gran escena en la que se apreciará la diversidad musical”, adelantó. Será en esa parte donde intervendrá un gran coro del barrio, además de otras formaciones.
Un proyecto con fondos europeos
El proceso de creación de esta ópera comunitaria parte del trabajo conjunto de las entidades y vecinos del barrio con los profesionales del teatro y uno de los terrenos en los que se pretende trabajar más esa mixtura es en el montaje que dirige Ricard Soler. En la fase de preparación, a lo largo de este año, se hará un llamamiento a todas las personas que viven en el Raval a participar de alguna manera en el proyecto, algo que se hará a través de las escuelas, de los CAPs y de las bibliotecas.
La gata perduda será la primera ópera del proyecto Ópera Prima, que se compromete a una creación cada tres años. Está incardinado en el programa europeo Traction, que persigue acercar la ópera a todos los públicos, y ha contado con fondos europeos. De los 600.000 euros del coste total de todo el proyecto y la producción, 400.000 son aportados por la UE.
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