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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

En Junts buscan votantes de clase alta

La cabra tira al monte, y en Cataluña contamos con un partido político nutrido de la vieja guardia convergente y de sus herederos, que disfrazados de nacionalistas republicanos y de izquierdas les ha traicionado su subconsciente

Carmen Domingo
Una escena de 'Plácido', de Berlanga
Una escena de 'Plácido', de Berlanga

En los tiempos de lo políticamente correcto dirigirse a los ricos es impopular. Da igual que se haga desde los partidos del ámbito de la derecha neoliberal, nacionalista o no, tradicionalmente nutridos de votantes de la burguesía y tradicionalmente, también, preocupados de lo suyo ⎯empresas y privatizaciones⎯ y despreocupados de los servicios públicos.

Como decía, incluir en tu discurso a aquellos que no tienen problemas y despreocuparse de las rentas bajas, de los que “llegan de fuera”, de los que necesitan ayudas…, no vende. Tal vez por eso, todo el arco parlamentario se afana en hacernos creer que hablan para toda la sociedad, incluso para aquel porcentaje de desfavorecidos necesitados de distintas ayudas y prestaciones públicas. Así pues, desde algunos partidos disimulan como pueden y todos, sin excepción, incluyen en sus programas electorales alguna mención. ¿Recuerdan Plácido, de Berlanga? Pues eso “Siente un pobre a su mesa”… pero ni mucho rato ni, por supuesto, deje que se quede en ella.

Por eso, por más que lo disimulen, la cabra tira al monte, y en Cataluña ⎯con experiencia más que sobrada en gobiernos neoliberales⎯ contamos con Junts, un partido político nutrido de la vieja guardia convergente y de sus herederos, que disfrazados de nacionalistas republicanos y de izquierdas ⎯un oxímoron en toda regla⎯ les ha traicionado su subconsciente y no han podido disimular sus orígenes y en cuanto han tenido la oportunidad se han dirigido a los ricos y, luego, les han pedido dinero.

Me explico.

Esta campaña que empieza, Junts la afronta como grupo parlamentario nuevo (atrás quedan sus lazos con el PDeCAT). Al parecer, tienen dificultades para conseguir avales bancarios, quién sabe si tras su ficticia DUI y sus brindis al sol ya no se fían de ellos ni los bancos. En cualquier caso, han seguido la estrategia de pedirles a sus votantes un “préstamo” (a sus candidatos ya les han pedido entre 3.000 y 6.000 euros, parece que en Junts se exige ser económicamente solvente para representarlos). Las cantidades que piden a los votantes varían, desde 1.500 a 3.000 euros, aunque siempre puedes ser más generoso y para eso añaden una casilla donde teclear la cifra deseada. La intención, como dijo Dalmases en Twitter es: “No depender de los bancos”. Como si el mundo convergente nunca hubiera tenido relaciones crediticias con ellos. Olvidando que hasta el año pasado todavía pagaban liquidaciones de deudas bancarias. Bueno… quizás ahora a los bancos no, pero, añaden, en cuanto “ganen” le pedirán sin parpadear “al opresor Estado español” que les hace vivir en “una dictadura” que les dé lo suyo, o sea, lo que les toca en función de los escaños conseguidos.

Una diría que los votantes a los que se dirigen tienen suficiente solvencia para disponer todavía de un raconet de dinero en el banco y tal vez están dispuestos a dárselo a sus futuros representantes. Muy claro lo tienen porque, ya días antes Joan Canadell allanó el terreno y aseguró, en una entrevista, que en cuanto gobernaran eliminarían los impuestos de sucesión y patrimonio. De nuevo un discurso para los adinerados. Es lógico que si tus votantes disponen de unos miles de euros para la causa, haya que prometerles la devolución del favor, aunque, eso sí, ahora con dinero de todos que dejarán de tener las arcas públicas al no ingresar ese impuesto. Por cierto, podrían pedirle a Díaz Ayuso los pdf de sus leyes fiscales porque serán calcadas.

Y de nuevo hablando a sus votantes Canadell ha aclarado hoy en el Twitter de Junts que lo que espera para Cataluña es que haya muchos emprendedores porque solo así “puede estar al nivel de bienestar de Dinamarca, Austria o Holanda. Para llegar a ello necesita la independencia y apostar por el espíritu emprendedor”. Ni sanidad, ni educación, ni ayudas ni, por supuesto, el tema de la emigración, solo emprendedores.

Quizás es a esos mismos “emprendedores” a los que les pide dinero, para hacer luego una lista ⎯de esas que tanto les gustan para poder dividir a la sociedad entre “buenos y malos catalanes”⎯ y devolver, de un modo u otro esas “inversiones”, como ha hecho con sus candidatos, pero en esta ocasión a través de muchos de los puestos de libre designación de las distintas administraciones. En definitiva, convertir la administración autonómica catalana, junto con su galaxia de organizaciones “culturales”, su aparato mediático y su política de contrataciones, en un cortijo donde repartir el dinero de todos en función de lealtades.

¡Como para que no salgamos todos votar el 14-F!

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