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Comercio y restauración claman por un plan de choque económico

Los sectores exigen ayudas directas a la Generalitat frente a más restricciones

Blanca Cia
Concentración del sector del comercio y la restauración frente al Palau de la Generalitat para protestar por las medidas restrictivas por el covid.
Concentración del sector del comercio y la restauración frente al Palau de la Generalitat para protestar por las medidas restrictivas por el covid.MASSIMILIANO MINOCRI (EL PAÍS)

El pleno convencimiento de que se encadenaría una nueva tanda de restricciones que les impediría levantar las persianas de las tiendas de los centros comerciales era evidente en las conversaciones de los trabajadores y empresarios que ayer se manifestaron en la plaza de Sant Jaume. Una concentración más— con menos participantes que otras convocatorias anteriores— para pedir medidas urgentes que ayuden a soportar los efectos económicos de la pandemia. Restauradores y comerciantes piden un plan de choque económico para proteger 120.000 puestos de trabajo. Los convocantes —desde las patronales del comercio, las principales asociaciones de comerciantes tanto de Barcelona como del resto de Cataluña y el gremio de restauración— consideran que el Govern incurre en “una falta total de planificación y previsión” y sostienen que la labor de gobierno tiene que proteger el binomio de salud y economía.

Los que tienen sus negocios en los centros comerciales se sienten discriminados porque el cierre decretado el pasado siete de enero por la Generalitat les afecta solo a ellos [en fin de semana tampoco pueden abrir el resto de comercios no esenciales]. Todos coinciden en varias demandas económicas; que las ayudas sean directas y a fondo perdido, similares a las que se están otorgando en otros países europeos y que se condonen parte de los créditos ICO concedidos desde el pasado mes de marzo, cuando se decretó el estado de alarma. En paralelo, piden que los ERTO se prolonguen hasta finales de este año y que se suprima el pago de unos impuestos de una actividad muy perjudicada por la crisis y por las restricciones. Entre los manifestantes, las comparaciones con otras realidades eran constantes: “el metro va lleno ¿y eso no es más peligroso que la actividad con aforo limitado en un centro comercial?

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Olga y Marta, madre e hija, estaban pancarta en mano entre los que se concentraron en la plaza de Sant Jaume: “Es verdad que cada vez venimos menos, yo creo que es por agotamiento. Hay gente que prefiere quedarse en casa”. Su caso puede ser uno de tantos comerciantes que ha visto como este año ha sido una auténtica sangría. Lleva 34 años como autónoma en el sector, tiene una tienda multimarca de ropa en el centro comercial Anec Blau de Castelldefels: “En mayo, en medio del estado de alarma, me animé a pedir un ICO de 40.000 euros. Y tuve que hacer obras en la tienda. Al reabrir en verano, pensé que se podría superar. Pero ha llegado el otoño y esto ha sido un desastre. Los cierres nos han dejado con casi todo el género en las estanterías y las perchas y hay que pagar a los proveedores, además de los impuestos y ahora a devolver el ICO a partir de la primavera. Y, todo eso, con una ayuda de unos 2.000 euros. Es que no se puede aguantar. ¿Qué tendré que hacer, quedarme sin piso?”

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Sobre la firma

Blanca Cia
Redactora de la edición de EL PAÍS de Cataluña, en la que ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional en diferentes secciones, entre ellas información judicial, local, cultural y política. Licenciada en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona.

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