Los ‘mossos’ investigados por una agresión racista piden que la víctima les reconozca con la cara tapada
Los seis agentes que humillaron a un joven en el Bages solicitan cubrirse el rostro en la rueda de reconocimiento ordenada por el juez
Los seis agentes de los Mossos d’Esquadra investigados por una agresión racista en Sant Feliu Sasserra (Bages) deberán someterse, a finales de enero, a una rueda de reconocimiento. La víctima, Wubi D. R., cree que será capaz de identificarlos como los autores de los insultos racistas y las vejaciones que sufrió el 10 de enero de 2019. Los mossos, sin embargo, han jugado una última baza para impedirlo: han pedido al juez que investiga los hechos someterse a la prueba con el rostro cubierto.
La petición es insólita. La defensa de los seis agentes del Área de Recursos Operativos (ARRO) de los Mossos que están siendo investigados alega que, en su primera declaración, Wubi D. R. afirmó que los agentes que le humillaron eran antidisturbios y tenían el rostro tapado con una braga. SOS Racismo, que ejerce la acusación en nombre del joven, ha rechazado la petición por “absurda”: argumenta que, durante la intervención, los policías se descubrieron el rostro y por ese motivo la víctima es ahora capaz de reconocerlos.
El titular del juzgado de instrucción número 5 de Manresa, que investiga a los mossos por delitos de lesiones y contra la integridad moral, aún no se ha pronunciado sobre la petición de los agentes. El juez había ordenado que el próximo 28 de enero se practique la rueda de reconocimiento, una diligencia que también ha intentado bloquear, sin éxito, la defensa de los agentes.
SOS Racismo considera que el escrito de los Mossos es un paso más en su estrategia para obstaculizar la investigación. “Pretende dilatar el procedimiento que juzga unos hechos que pasaron hace ya casi dos años, aunque ello implique solicitar un absurdo, como es que una rueda de reconocimiento se lleve a cabo con la cara cubierta”, ha señalado en un comunicado. La entidad ha rechazado facilitar públicamente los escritos presentados ante el juzgado.
Los hechos ocurrieron durante el desalojo de un piso ocupado en Sant Feliu Sasserra, una localidad de apenas 600 habitantes a medio camino entre Manresa y Vic. Wubi D. R., que tenía entonces 20 años, vivía allí junto a cuatro amigos. Cuando los Mossos le pidieron la documentación, salió corriendo, aunque luego lo pensó mejor y regresó. SOS Racismo explica que los agentes le acusaron de haber pegado a un policía, le llevaron a un aparcamiento y allí le tiraron al suelo, “le golpearon con las botas en las costillas, le escupieron y le humillaron con insultos y amenazas racistas”, según consta en la denuncia.
Wubi pudo grabar con su teléfono móvil el momento en el que fue detenido. “Negro de mierda, hijo de la gran puta”, se oye decir a uno de los agentes en la grabación, que la propia víctima dio a conocer el pasado mes de junio en redes sociales para denunciar el racismo de la policía. Ese mismo agente admite que es racista, llama a Wubi “mono” y le conmina a marcharse “más lejos de África” la próxima vez que vea llegar a los Mossos d’Esquadra.
La difusión del audio, de 13 minutos, provocó un escándalo y obligó al Departamento de Interior a mover ficha. El entonces consejero Miquel Buch anunció que cambiaba a los policías de destino, aunque no los suspendió de empleo y sueldo.
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