El circo planta una sede permanente en Besalú

El circo, como simboliza su emblemática carpa, es un arte efímero y nómada, hecho de materias tan fugaces como la ilusión, la emoción y el riesgo. Es un mundo consustancial al llegar y marcharse. Pero para que su huella no se pierda en el aire de las partidas y el desvanecerse de los sueños precisa, paradójicamente, de un lugar estable en el que guardar su memoria para recordar lo que ha sido y lo que debe seguir siendo. Eso es lo que, tras muchos años de esfuerzo y tesón, ha nacido en Besalú: Circusland.

Circusland, que abrió sus puertas el viernes y lo impulsa la misma Circus Art Foundation que organiza el Festival Elefant d’Or y el Gran Circ de Nadal de Girona (su alma es Genís Matabosch), es un centro privado consagrado a constituir, formar, conservar, investigar, difundir y exhibir una colección permanente de objetos y documentos relacionados con el circo. Como parte de su tarea va a organizar exposiciones temporales y otras actividades para fomentar el circo y contribuir a su conocimiento y desarrollo.

El proyecto Circusland: Palau internacional de les Arts del Circ cuenta con el apoyo de la Diputación de Girona y del Ayuntamiento de Besalú.

Después de seis meses casi ininterrumpidos de trabajos, se ha inaugurado ahora la primera fase del centro, la de su exposición permanente, que ocupa la totalidad del edificio racionalista de Cal Coro, con 1.500 metros cuadrados. Se trata de una edificación construida en 1945 sobre el emplazamiento de la casa abacial del monasterio benedictino de Sant Pere de Besalú. La adquisición del inmueble, su rehabilitación y acondicionamiento para uso público y el montaje expositivo han supuesto una inversión de unos 1,7 millones de euros.

Circusland permitirá finalmente hacer públicos y accesibles los fondos de Circus Art Foundation, que posee una de las colecciones dedicadas al circo más importantes del mundo, según afirman sus responsables, en la que decenas de millares de piezas permiten repasar los 250 años de historia del universo de la carpa, incluyendo vestuario original de artistas, carteles, fotografías, grabados, sellos, postales, recortes de prensa históricos, programas, libros y obras de arte.

La exposición permanente de Circusland pretende invitar al visitante a un paseo por las artes del circo, sus orígenes, historia, y evolución mostrando una selección de 537 piezas, los “tesoros” de su colección.

Dispuestas en tres plantas, las diferentes salas del equipamiento explican la historia del circo en un recorrido por las distintas disciplinas de la pista: acrobacia, equilibrios, magia, malabares, trapecio o comicidad circense. También se dedican espacios al uso de animales en el circo, empezando por los caballos que fueron los primeros en salir a la pista e incluyendo las especies más exóticas que han actuado, y a las familias de artistas más célebres. Una presentación que se ha querido que sea muy emotiva trata de transportar al público al “maravilloso mundo del circo”.

El recorrido va desde las milenarias acrobacias chinas hasta el Cirque du Soleil pasando por los juglares medievales, prefiguración de los malabaristas de hoy en día. Durante la visita se puede contemplar la espectacular maqueta del circo Gleich, que ocupa cincuenta metros cuadrados, está considerada la más grande del mundo y muestra con asombroso detalle cómo era un circo a principios del siglo XX. También se exhibe una sensacional colección de trajes de payaso.

Creada a finales de 2011, la fundació cultural Circus Arts Foundation “nace de la voluntad de recuperar el espectáculo de circo como parte integrante de nuestra cultura, reivindicándole un papel destacado en las artes escénicas”.

Según sus estatutos, el objetivo primero de la fundación es “promocionar, fomentar, divulgar, prestigiar, proteger y defender el espectáculo de Circo entendido como arte escénico, elemento lúdico y parte integral de nuestra cultura, paradigma de la multiculturalidad; sus artistas, su memoria, y su patrimonio”. En los mismos estatutos se establece que la meta última de la fundación es la creación de un “centro patrimonial sobre las artes del circo”.

Primera fase de un gran centro de referencia

Circusland planea reunificar, rehabilitar y abrir para el centro, además de Cal Coro, otras dos propiedades que constituían la abadía de Sant Pere de Besalú: el edificio Claustres (dependencias monacales) y el huerto. En pleno rendimiento, el proyecto puede llegar a contar con más de mil metros cuadrados de espacios exteriores y tres mil más dedicados a la exposición permanente y temporales, talleres pedagógicos, archivo, biblioteca, tienda y oficinas.