Damià Calvet: “El 15-F llamaría a Sánchez para sentarnos a dialogar”

Si el conseller de Territorio, Damià Calvet (Vilanova i la Geltrú, 1968), gana las primarias de Junts per Catalunya y también las elecciones del 14-F, ofrecerá diálogo al Gobierno. Llegaría a la mesa de negociación con tres exigencias: amnistía, derecho a decidir y la carpeta de compromisos económicos incumplidos. La independencia llegará, dice, sumando pequeñas victorias en la gestión.

Pregunta. Pide gobernar con solvencia. ¿Lo hace el Govern?

Respuesta. Hemos tenido disfunciones que hacen sufrir a la gente. Tenemos que saber pedir perdón y corregir. Es evidente que el Govern tiene muchas limitaciones. Políticas y, sobre todo, económicas. Y eso provoca tensiones. Superarlas nos ayudaría a gestionar mejor y por eso trabajo para lograr la independencia.

P. Limitaciones, pero dan sensación de incapacidad. Si tienen que repetir coalición con ERC, ¿cómo se coordinarán mejor?

R. Cuando no puedes responder con diligencia por tus limitaciones y las tensiones se viven no al día sino al minuto hay una magnificación de las disfunciones. Los mecanismos de toma de decisiones, debate y comunicación tienen que mejorar.

P. Usted viene del mundo convergente y Laura Borràs de los independientes que Carles Puigdemont buscó en 2017. ¿Tres años después se siguen enfrentando esas dos almas?

R. Desde el momento en que somos un partido nuevo y todos somos afiliados, somos todos lo mismo. Aquí ya no hay “independientes” o “vengo de este sitio”.

P. ¿Es usted el candidato favorito de Carles Puigdemont?

R. Quien lidera este espacio es Puigdemont. Encarna el proyecto de esta generación de la ruptura, que ha perdido el miedo y que propone conseguir la independencia con paz y democracia. Las primarias son para escoger a un presidenciable que pueda hacer en Cataluña lo que Puigdemont pide, que es un Govern fuerte.

P. Entonces, si gana ¿hará lo que él le diga?

R. No, yo sería el president. Soy el candidato de los que creen que Junts es la pieza central del independentismo, que gobernando la Generalitat hará la independencia y también habrá un Govern al servicio de los ciudadanos.

P. ¿Con qué porcentaje? Su partido habla del 50% más uno. La sociedad está dividida.

R. No hay una sociedad dividida, hay una sociedad que contrasta ideas de manera natural. No creo que el debate esté ahora alrededor de los porcentajes y Puigdemont rehuye esa idea. Quiero presentar una propuesta para una generación. El 1-O fue una gran victoria moral y política y ahora conviene hacer del 14-F una nueva victoria. Victorias que sumen y orientadas inequívocamente a hacer la independencia. Puede haber otras: la amnistía o la bilateralidad. O sectoriales, como el traspaso de ciertas competencias. Y este hacer la independencia necesita de un acto de reconocimiento interno y externo y eso es un referéndum acordado.

P. ¿Le duele la purga al PDeCAT en el Govern?

R. Me ha dolido por el uso del término purga. Lo que no se vale es llegar al 1-O todos juntos y usar el espacio de Junts para presentarte a todas las elecciones y que después te desmarques. El que se ha separado es el que tiene que dar explicaciones.

P. Las encuestas no les son muy favorables.

R. Junts es un espacio más inclasificable y seguramente las encuestas no acaban de reflejarlo.

P. Consejero de un “legítimo” consejero (Josep Rull). Candidato a la presidencia de un “legítimo candidato (Puigdemont). ¿Algún día querrá ser usted el legítimo?

R. Siempre defenderemos la legitimidad del Govern cesado. Yo soy el consejero de Territorio, no el consejero sustituto. Pero desde esta posición defiendo que el consejero legítimo es Rull. ¿Contrasto con él cada decisión? No. Reivindico su posición y hablo con él cada día. Lo mismo pasaría con la presidencia de la Generalitat.

P. ¿Si gana a Borràs será más fácil negociar con Madrid?

R. Al día siguiente de las elecciones llamaría a Pedro Sánchez para proponerle negociar. Pero no en la mesa de diálogo que ha habido hasta ahora, fake y que no ha tenido ni continuidad ni resultado tangible. Yo le llamaría para poder sentarnos, en igualdad de condiciones, y plantearle como mínimo tres cosas. La amnistía. En segundo lugar, que se nos reconozca nuestro legítimo derecho a la autodeterminación. Y en tercer lugar toda la agenda Gobierno, de temas sectoriales y económicos atascados. Y no podemos renunciar a la unilateralidad, sería ir a la negociación con la mano amarrada a la espalda