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Las cámaras no se detienen

Los rodajes de cine se reemprendieron en julio con incómodas y costosas medidas de seguridad pero con la ilusión de mantener vivo el sector

Toni Polo Bettonica
Verónica Forqué  y el director Marc Crehuet (derecha) durante el rodaje de 'Espejo espejo'.
Verónica Forqué y el director Marc Crehuet (derecha) durante el rodaje de 'Espejo espejo'.Quim Vives

Toni Acosta y Santi Millán cara a cara. Muy cerquita, sobre la cama, sus narices casi se tocan. “¡Corten!” ¿Qué ha pasado, si todavía no había empezado lo bueno? Está clarísimo: si no hay mascarilla, tiene que haber distancia. Así que de postura del misionero, nada de nada… Bien podría haber ocurrido así. O no. Lo cierto es que en una escena de la película Espejo espejo, escrita y dirigida por Marc Crehuet (El rey tuerto) y acabada de rodar en Barcelona en octubre, hubo que evitar esa postura. “Eso de estar cara a cara, tan cerca, y sin mascarilla, claro… no era lo más recomendable”, revela, entre risas, el director.

Con las salas cerradas (de nuevo), el sector del cine tiembla. El coronavirus sigue lanzando zarpazos sin avisar sobre la cultura, que resiste como puede. El último, el nuevo cierre de las actividades culturales decretado hasta el día 23. Pero las cámaras siguen trabajando. Entre junio, cuando terminó el estado de alarma, y octubre de este año Catalunya Film Commission —el servicio de la Generalitat encargado de promover y facilitar los rodajes en Cataluña— ha registrado 38 grandes producciones (15 largometrajes de ficción, 10 largometrajes documentales y 13 series de televisión), de las que nueve ya han acabado el rodaje y las otras 29 siguen en fase de producción. En el mismo periodo del año pasado, la cifra fue de 52 largos y series, un 26,9% superior. De las 15 producciones de ficción que han empezado a rodarse desde junio, 12 son producciones catalanas, una es una coproducción entre Cataluña, Bélgica y Francia, una es alemana y la otra, estadounidense.

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Los datos no son malos, teniendo en cuenta el parón de país durante la primera oleada del coronavirus. “Nos lo llegan a decir hace unos meses y no nos lo habríamos creído”, dice Raimon Masllorens, presidente de PROA, la asociación de productores de Cataluña, y director de la productora Brutal Media. Sin embargo, el hecho de que solo haya bajado una cuarta parte la actividad en Cataluña desde junio puede ser engañoso: “No se puede saber si esa bajada responde solo el efecto covid”, dice Masllorens. “No hay que olvidar que la tendencia en los últimos años es a la baja, por eso seguimos pidiendo medidas a la Administración catalana”.

“Todos los trabajadores, desde actores a productores, técnicos…, estamos cumpliendo la normativa a rajatabla. Es mucho más complicado trabajar con mascarillas, con distancias de seguridad, test PCR, desinfectando continuamente espacios, etc., pero es que no nos queda otra”, dice Masllorens. Coincide con él Dani Padró, productor de Rodar y Rodar, que ha terminado este mes de octubre la citada película Espejo espejo, una comedia sobre la identidad: “La reentré ha sido complicada y lo sigue siendo", explica. “Vamos digiriendo las medidas de seguridad poco a poco, según van apareciendo y vamos amoldándonos a ellas”. Habla en presente, porque tiene claro que la pandemia no ha terminado.

El rodaje de esta película es una muestra de cómo funciona el sector actualmente. A nivel de producción la obra se encontraba en fase de preproducción cuando estalló el estado de alarma, en marzo. Superado el confinamiento se empezó el rodaje en Pamplona. “Era hacia mediados de julio… en la fase tres”, recuerda, con dificultad al adjudicar un número a la fase, el director, Marc Crehuet.

Trabajaron con todas las medidas de seguridad impuestas e imaginables… Y el coronavirus no solo afectaba a la parte técnica: además de echar por tierra aquella postura sexual tan cómoda (por lo menos a nivel cinematográfico), a nivel de dirección de actores, con el uso de la mascarilla se pierde comunicación: “Hay indicaciones que a veces las sugieres a la perfección con una sonrisa o con un gesto de la boca… Ahora no, ahora tienes que verbalizarlo todo, no es ninguna tontería”, explica Crehuet.

A pesar de las precauciones, cinco miembros del equipo se contagiaron del virus y hubo que pararlo todo. “La idea era terminar el rodaje a finales de agosto, pero se fue alargando y sufríamos porque no sabíamos cuándo se podría reemprender”, explica Padró. Y el gasto no paraba: “Hacer PCR a todos cada 10 días es un dinero, igual que proveer de mascarillas a todos los trabajadores, dispensar geles hidroalcohólicos, contratar a personal de seguridad covid…”, va sumando el productor. El acto final de la película se rodó en el Hotel Palace de Barcelona, ya en octubre. “Eran escenas complicadas, porque había mucho figurante, lo que en estas condiciones dificulta las cosas”, dice Crehuet.

Director y productor destacan algo bueno de la experiencia de rodar contra el covid: “Es un trabajo muy vocacional pero también profesional: quiero decir que la gente lo ha dado todo para que no se pare el sector, hay que aprovechar las oportunidades de trabajo en un mundo complicado como el nuestro”. Padró concluye con una afirmación incontestable: “La ficción es importante, ha quedado clarísimo durante esta pandemia”.

Barcelona, un gran plató

Entre las producciones rodadas en Barcelona o en Cataluña, figuran Espejo espejo, de Marc Crehuet, con Santi Millán, Toni Acosta, Verónica Forqué; Las leyes de la frontera, de Daniel Monzón; la serie Buga Buga, de Aguacata y Calabaza; la película Chavalas, dirigida por Carol Rodríguez Colás, con Elisabet Casanovas, Vicky Luengo y José Mota en el reparto; Seis días corrientes, el largometraje documental de Neus Ballús; Tres, con Marta Nieto, primer largo de Juanjo Giménez desde que ganó la Palma de Oro en Cannes por su corto Timecode; o la serie Maricón perdido, sobre la vida del escritor Bob Pop, con Candela Peña, Carlos Bardem y Miguel Rellán.

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Sobre la firma

Toni Polo Bettonica
Es periodista de Cultura en la redacción de Cataluña y ha formado parte del equipo de Elpais.cat. Antes de llegar a EL PAÍS, trabajó en la sección de Cultura de Público en Barcelona, entre otros medios. Es fundador de la web de contenido teatral Recomana.cat. Es licenciado en Historia Contemporánea y Máster de Periodismo El País.

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