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La negociación de un pacto electoral con el catalanismo conservador tensiona al PSC

Diputados y alcaldes alzan la voz en la ejecutiva en contra del acuerdo con la Lliga Democràtica y Lliures

El primer secretario del PSC, Miquel Iceta.
El primer secretario del PSC, Miquel Iceta.Servicio Ilustrado (Automático) (Europa Press)

La negociación entre la dirección del PSC y diversos colectivos del catalanismo conservador con el fin de lograr una alianza electoral para el 14 de febrero en Cataluña está generando tensiones en el interior del socialismo catalán. En la ejecutiva celebrada este lunes se escucharon voces contrarias a ese pacto en boca de alcaldes y diputados en el Parlament y el Congreso, quienes lo consideran una desnaturalización del mensaje político del PSC y un escoramiento hacia la derecha que no beneficia ]el aumento electoral que prevén las encuestas.

Al acabar la reunión de la ejecutiva, el primer secretario del PSC, Miquel Iceta, defendió las negociaciones con los tres colectivos procedentes de lo que fue Convergència i Unió: Units per Avançar, la Lliga Democràtica y Lliures. “En política, quien suma gana”, dijo Iceta, al tiempo que reivindicó al PSC como el partido de la centralidad frente a la fragmentación del independentismo.

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“Queremos escuchar a todos los que están a favor del cambio en Cataluña para establecer alguna colaboración”, añadió el líder del PSC, quien descartó que se vaya a producir una coalición electoral. En todo caso, el acuerdo pivotará “sobre el candidato y el programa del PSC”, dijo Iceta. Esas explicaciones, sin embargo, no evitaron las críticas de alcaldes, diputados y otras voces que pidieron la palabra en la ejecutiva de ayer. Todos coincidieron en aceptar sin entusiasmo que se estudie la petición realizada por Units per Avançar, liderada por el exconsejero de Unió Ramon Espadaler, para reeditar el pacto de 2017, pero se rechazó ampliarlo con la Lliga Democràtica que preside la politóloga Astrid Barrio.

Esta formación presentó recientemente una petición de indulto para los presos condenados por el <procés y el pasado mes de julio firmó un acuerdo programático con Lliures y Convergents, formaciones lideradas por otros dos exconsejeros con Artur Mas: el de Trabajo, Antoni Fernández Teixidó, y el de Justicia, Germà Gordó, investigado en la Audiencia Nacional en el caso del 3% por su condición de exgerente de CDC.

En las elecciones de hace tres años, el PSC incluyó a Espadaler en el número 3 de la candidatura por Barcelona conservando la marca electoral del partido, aunque posteriormente el grupo parlamentario pasó a denominarse Socialistas-Units per Avançar y se firmó un acuerdo dando libertad de voto al exconsejero en cuestiones como la defensa de la escuela concertada. El pasado mes de julio Units y el Partido Nacionalista Català que lidera Marta Pascal exploraron un pacto electoral que se acabó frustrando.

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Las voces críticas con ampliar el acuerdo electoral con el nacionalismo conservador argumentan que las expectativas de un crecimiento electoral del PSC el próximo 14 de febrero no pasan por ahí, sino por atraer al votante abstencionista que en 2017 fue a las urnas para apoyar a Ciudadanos tras la declaración de independencia, así como al votante de los comunes, con un discurso de izquierdas en consonancia con el gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos. Iceta, sin embargo, es partidario de “ensanchar la base electoral del PSC en todas las direcciones”, un mensaje que altera a las voces críticas con hacer más concesiones a los restos de lo que fue CiU.

El pacto del PSC con Units de 2017 solo incrementó en un diputado (de 16 a 17) la representación que obtuvo en 2015 el socialismo catalán, mientras que el hundimiento de Ciudadanos que vaticinan las encuestas en los próximos comicios podría beneficiar principalmente al PSC. El último sondeo del CEO de la Generalitat prevé que la lista que liderará Carlos Carrizosa podría perder más de la mitad de los 36 diputados que tiene ahora y que el PSC podría ganar siete u ocho.

Las voces críticas del PSC con ampliar el pacto no escondieron en la ejecutiva el rechazo que les provoca ser compañeros de viaje de Josep Ramon Bosch y Antoni Fernández Teixidó. El primero fue presidente de Societat Civil Catalana y ahora está en la Lliga Democràtica, mientras que el exconsejero de Artur Mas, ahora presidente de Lliures, nunca tuvo un buen cartel en el PSC por las políticas neoliberales que defendió. Los socialistas tampoco han olvidado las vinculaciones profesionales que afloraron en 2006 con un jefe de la mafia rusa.


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