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obituario

Muere Antonio Beneyto, representante del surrealismo contemporáneo

El pintor, escultor y escritor era autor de una obra poblada de criaturas híbridas y monstruosas pero llenas de humor e ironía

Antonio Beneyto con una de sus obras, en 2002.
Antonio Beneyto con una de sus obras, en 2002.tejederas
El País

El escritor, pintor y escultor Antonio Beneyto ha fallecido este jueves en Barcelona víctima del coronavirus a los 86 años, después de permanecer tres meses ingresado en una clínica por otra enfermedad. Este albacetense afincado en Barcelona desde 1967 fue uno de los máximos exponentes del llamado surrealismo contemporáneo.

La obra de Beneyto está llena de figuras enfrentadas, con rostros desdoblados como si fueran el Ying y Yang; criaturas híbridas y monstruosas que ofrecen al espectador una perspectiva fantasmagórica, donde todo lo humano no es más que un recuerdo. Maestro de lo onírico, como buen continuador de lo surrealista, desarrolló un arte imaginativo, lleno de ironía y sarcasmo. Una amplia visión de su trayectoria pictórica y escultórica se encuentra en el libro Beneyto, creador postista (2002). Su obra forma parte de museos y colecciones privadas, como la Fundació Vila Casas, que cuenta, al menos, con cuatro obras. Fue designado por Carlos Edmundo de Ory, Chicharro y Sernesí como el mejor valedor de los principios fundacionales del movimiento postista -primera corriente de vanguardia de postguerra en la península que crearon estos tres artistas-, que se pueden desglosar en cinco constantes: libertad, calle, inconsciente, amor loco y euritmia.

Beneyto comenzó su carrera artística a finales de los años sesenta en Palma de Mallorca, en torno a la revista Papeles de Son Armadans, donde conoció a Robert Graves, Camilo José Cela, A. F. Molina, Cristóbal Serra, y Antoni Serra. Una vez instalado en Barcelona dirigió la colección La Esquina, en la que editan Juan Ramón Jiménez, Ramón Gómez de la Serna, Ax Aub, Juan Eduardo Cirlot y Joan Brossa.

En 1987 protagonizó en la Galeria Maeght una hazaña digna del libro Guinness: pintó un dibujo de 30,5 metros de largo realizados sobre dos rollos de pianola enganchados; en el que el artista había pintado, una vez más, sus personajes: monstruos, hombres y vegetales híbridos a base de gouache y tinta china. “No tiene principio ni fin, entrada ni salida; la gente me pregunta que dónde empieza, pero el caso es que no hay secuencialidad en él; tampoco cuenta ninguna historia, es una obra absolutamente abierta a todas las lecturas”, dijo el artista sobre su obra.

Autor de numerosos libros entre los que destacan los de narrativa y ensayo como Los chicos salvajes (1971), Cartas Apócrifas (1987), Eneri, desdoblándose (1998), Tiempo de Quimera (2001), El otro viaje (2003), Còdols en New York (2004), Un Bárbaro en Barcelona (2009), Escritos caóticos (2009) y Dentro de un espejo morado (2010). Fue redactor jefe de la revista de creación literaria Barcarola. También es autor de libros autobiográficos como Diario del artista suicida y textos políticos como Censura y política en los escritores españoles y críticos como Escritos caóticos. Entre sus poemas en prosa o verso destaca Textos dentro de un espejo morado, Un bárbaro en Barcelona o Tiempo de quimera, poema cinematográfico, reeditado por In-verso.

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