Los nuevos casos de covid-19 en Cataluña se duplican en dos semanas

La pandemia en Cataluña crece desbocada. Las nuevas infecciones se multiplican cada semana y la curva epidémica despunta sin control. La incidencia acumulada a 14 días supera los 400 casos por 100.000 habitantes y la velocidad de transmisión del virus (la Rt, que mide a cuántas personas contagia, de media, un positivo) se sitúa casi 1,40: es decir, que por cada 100 infectados, hay 140 casos más. Así, entre el 11 y el 17 de octubre, se diagnosticaron 17.672 nuevos casos, el doble de los reportados dos semanas atrás. ″Las cifras son preocupantes. Nos hemos preparado a nivel asistencial, pero la velocidad de crecimiento es alta”, ha admitido este miércoles la consejera de Salud, Alba Vergés. Las duras medidas aplicadas por el Govern, como el cierre de la restauración, aún no han impactado en la curva, pero el Departamento de Salud ya se ha avanzado a reforzar el sistema de detección de casos por si la epidemia sigue al alza: el Ejecutivo catalán ha distribuido 500.000 test de antígenos para ampliar el diagnóstico de casos y aligerar la carga de trabajo de los laboratorios que realizan las PCR.

No hay ni un solo indicador que invite al optimismo en Cataluña. El riesgo de rebrote, que mide el crecimiento potencial de la epidemia, también está disparado, por encima de los 500 puntos (a partir de 100, el riesgo ya se considera alto). La Rt es de 1,38, una velocidad de expansión muy elevada, sobre todo cuando los estándares que recomienda la comunidad científica para mantener la curva epidémica bajo control se sitúan por debajo de uno. Además, entre el 11 y el 17 de octubre, última semana de la que se tienen cifras, ingresaron 887 personas en los hospitales catalanes a causa de la covid-19, un 40% más de las que entraron a estos centros en la primera semana del mes de octubre. Ahora mismo hay 1.142 personas hospitalizadas, según la Generalitat, y 243 personas en cuidados intensivos.

A diferencia de la primera ola, ahora se hacen muchas más pruebas diagnósticas, pero el porcentaje de PCR positivas sigue siendo muy elevado: casi el 11%, cuando las autoridades sanitarias señalan que debería estar por debajo del 5%. Esto significa que la presencia del virus sigue siendo elevada y es preciso realizar muchas más pruebas para atajar cuanto antes eventuales cadenas de transmisión. Según el Govern, en marzo se realizaban unas 5.000 PCR diarias y ahora se están haciendo entre 25.000 y 30.000 cada día. Este incremento ayuda a mejorar la detección precoz, pero pone contra las cuerdas a los laboratorios que analizan las muestras, que asumen diariamente elevadas cargas de trabajo. Por ello, Salud ha anunciado que reforzará la realización de PCR con la compra y distribución de tres millones de test de antígenos en todo el territorio catalán. Como las PCR, estas pruebas detectan la infección activa.

Por lo pronto, 500.000 ya han llegado a los centros de atención primaria. Estas pruebas —que detectan antígenos, unas proteínas de la superficie del virus— son más rápidas que las PCR y no precisan de una logística compleja para analizarlas: la muestra se obtiene con un hisopo (una especie de bastoncillo largo y fino) de la zona nasofaríngea, es decir, de la nariz o la garganta del paciente, y los resultados se consiguen en 15 minutos en el mismo lugar donde se toman las muestras. Tienen una fiabilidad elevada, del 93%, aunque siempre que sea dentro de los primeros cinco días de infección y en personas sintomáticas. Más allá de ese período de tiempo y entre personas asintomáticas, se usará la PCR. Salud ha confirmado que ya se han realizado 1.641 test de antígenos en 161 centros de Cataluña y 345 dieron positivo.

“En estos momentos, generamos resultados de las PCR en 24 o 48 horas, aunque tenemos picos donde podemos ser más lentos. Todo esto mejorará de forma sustancial esta semana porque disponemos de pruebas de antígenos y eso permitirá agilizar mucho el resultado final y descargar actividad de los laboratorios y ser más ágiles", ha explicado Tomàs Pumarola, jefe de Microbiología del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona. A la combinación de PCR y test de antígenos se sumarán las estrategias de automuestras en las residencias —los propios trabajadores se tomarán a sí mismos la muestra para la PCR, que luego será analizada en los laboratorios— y el pooling, una técnica que permite analizar varias muestras a la vez en contextos de baja prevalencia.

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